21/06/2021 – La semana pasada el Papa envió un videomensaje a la reunión anual de la OIT, la Organización Internacional del Trabajo. En ese mensaje, el papa habló de la necesidad de generar fuentes de trabajo, que se han perdido por millones en todo el mundo por la pandemia.
En ese marco, el Papa habló de las responsabilidades de cada actor del ámbito del trabajo, es decir, del Estado, de los políticos, de los empresarios, de los trabajadores (y de sus representantes, los sindicalistas)…, y a la hora de hablar de la función de los empresarios habló de la generación de riqueza, de la propiedad privada y del destino universal de los bienes.
Se trata de un principio de la Doctrina Social de la Iglesia que, como hemos visto, molesta mucho a algunas personas, sobre todo las que, a veces, sin darse cuenta, ponen al dinero y al capital por encima del bien de las personas y de los pueblos. Desde esa mirada, algunos medios, periodistas y dirigentes cuestionaron al Papa, limitando sus apreciaciones a la recortada información de lo que dijo, con títulos como el siguiente: “Para el Papa, la propiedad privada es un derecho secundario” (sin decir secundario de qué, que es lo más importante).
Para hablar de esto entrevistamos a Edgardo Dainotto, quien, además de ser presidente de Hombre Nuevo es profesor de Doctrina Social de la Iglesia.
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