22/06/2021- En “Maestro donde vives” recibimos nuevamente a Diego Vidueira, profesor en Ciencias Sociales y amigo muy querido de este programa. En esta oportunidad nos invitó a reflexionar sobre la importancia de las dos fechas importantes que celebramos en estos días: el Paso a la Inmortalidad del General Belgrano y de Martín Miguel de Güemes.
El General Belgrano aceptó el desafío, sabía que no era fácil, pero eligió el sacrificio y la incertidumbre, nos legó su ejemplo, que se replica y multiplica en cada insignia patria enarbolada a lo largo y a lo ancho de nuestra querida Argentina. La bandera es el símbolo nacional por excelencia que nos recuerda que la Patria la hacemos todos, día a día, generación tras generación. Una Nación tiene identidad cuando se construye fundada en principios y valores que le son propios e intransferibles.
A pesar del tiempo transcurrido y con los cambios profundos que se han producido en el mundo, aquellos principios permanecen con toda su fuerza y vigencia. Se manifiestan en nuestra vida democrática, en la activa participación del pueblo en el quehacer nacional, resaltando las acciones positivas, señalando también los errores, trabajando en la construcción colectiva de una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria.
El general Martín de Güemes, junto a San Martín y Belgrano, fue uno de los grandes próceres que lucharon por nuestra independencia y la adquisición de nuestra condición de país libre y soberano. Desde sus inicio, luchó para que el sueño de una nación cuya identidad sea la libertad y el bien común. Conocido por sus gauchos, fue quien organizó la milicia del pueblo de Salta, resistiendo a los embates realistas con un verdadero espíritu patriótico y una valentía sin igual.
Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes nos dejan mucho más que un recuerdo histórico: nos legan una idea de Nación, es decir, nos regalan esa inteligencia emocional que hay que poner en marcha para construir un País desde la mente y el corazón. Nos dejan el ejemplo de la entrega al bienestar público sin esperar más recompensa que la simple noción del deber cumplido.
Agradecemos a Diego por su visita y por ayudarnos a pensar con estos dos grandes próceres de nuestra historia, que pasaron a la eternidad por su ejemplo de humildad, generosidad y grandeza.
Podés escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota
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