13/08/2021 – El domingo pasado se conmemoró el “Día Internacional de Acción por las Dos Vidas”, una iniciativa que surgió en nuestro país durante el debate por la legalización del aborto, que buscó fortalecer el compromiso con proteger la vida de las mujeres y los niños por nacer.
Como escribió Nicolás Laferrierre en un artículo muy recomendable, la efeméride provida fue una oportunidad para llamar la atención o para denunciar que en Argentina se ha dado prioridad absoluta a la promoción del aborto como política pública, mientras que se han postergado las medidas que apuntan a ofrecer ayudas a la mujer y al niño por nacer.
El 30 de diciembre de 2020, el mismo día que el Congreso de la Nación convirtió en ley la legalización del aborto, se aprobó también la ley 27.611 conocida como “la ley de los mil días” que tiene por objetivo fortalecer el cuidado integral de la salud y la vida de las mujeres y de los niños y las niñas en la primera infancia “con el fin de reducir la mortalidad, la mal nutrición y la desnutrición, proteger y estimular los vínculos tempranos, el desarrollo físico y emocional y la salud de manera integral, y prevenir la violencia”. Eso es lo que dice el artículo uno de esa ley que fue promulgada por Decreto publicado en el Boletín Oficial el 15 de enero de 2021.
El tema es que, mientras que para el aborto y la eliminación de vidas humanas inocentes hay plena disponibilidad de recursos y políticas (como se demostró con con la aprobación del polémico Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción voluntaria y legal del embarazo), la “ley de los Mil días” todavía no fue reglamentada, y por lo tanto, no tiene aplicación real y efectiva.
Para hablar de este tema convocamos a la doctora Ana Belén Mármora, abogada, integrante de Unidad Provida, defensora del derecho a la vida de todas las personas, y asesora parlamentaria.
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