18/10/2021 – En “Testigos de la Alegría”, la hermana Natalia Vera, Hija de María Auxiliadora en Bahía Blanca, habló del tema de la educación y los consagrados. “En la Patagonia los salesianos nos dedicamos a la educación integral, sobretodo con los más vulnerables. Los primeros en evangelizar el sur argentino fueron los jesuitas pero no pudieron continuar con ese proceso y prácticamente nosotros heredamos eso. Tengo 46 años y mi vocación nació en las misiones que hacíamos en la meseta de Somuncurá de Río Negro y Chubut, un vasto territorio en los departamentos 9 de Julio, Valcheta y Telsen”, expresó. “Mi comunidad de origen es la capilla Virgen del Carmen de San Carlos de Bariloche. Desde niña participé con mi abuela y dos hermanos de la comunidad, era un ambiente de familia. Los sábados eran días felices, de juego, recreación, diversión y entretenimiento. Recibí muchos valores de este ambiente, conocí y viví la fe. Me acuerdo el día que me regalaron el libro de Laura Vicuña en el oratorio, me quedé leyéndolo con la luz de la cocina”, añadió Natalia.
“Nací y crecí en una familia humilde, pobre. Viví junto a mis padres y abuelos paternos. Mis padres valoraban y valoran mucho la educación, hacían muchos esfuerzos para que no nos faltara nada. No podíamos salir a jugar si no terminábamos los deberes. En la educación inicial, primaria y secundaria nos fueron a buscar y dejar todos los días a la escuela. Recuerdo en invierno mi papa se levantaba una hora antes para calentar el auto y llevarnos. También mi mamá se levantaba antes para hacer fuego en la cocina de leña y calentar nuestra ropa así no sentíamos tanto el frío. Podría decir que la escuela marcaba los tiempos, ritmos y prioridades que se hacían en mi familia. Mi papá trabaja mucho para que no nos faltara ningún libro, ni material de estudio. Me hicieron una apasionada por aprender y aprender. El barrio también fue un espacio educativo de juego, amistad con los vecinos, de peleas y reconciliaciones, de solidaridad, de pedir ayuda cuando se necesitaba y estar siempre dispuestos a salir al encuentro de las necesidades de los demás. El deporte también lo considero educativo, la disciplina de estar, de practicar y desafiarte a vos misma cuando los ejercicios no salen, aceptar que otros tienen habilidades más desarrolladas, divertirnos en las presentaciones. Todo esto fue ampliando el mundo, y haciéndolo comprender un horizonte cada vez mayor y vinculando estrechamente la vida, el amor, la educación, la dignidad”, sostuvo la religiosa salesiana.
“Me apasionó la congregación porque encontré en Don Bosco y la Madre María Mazzarello, un hombre y una mujer que fueron respuesta a las necesidades de los niños y niñas más pobres de sus pueblos a través de la educación. Una educación basada en el vínculo de amistad y cercanía. Fueron inquietos, creativos en buscar cómo llegar más y cómo prepararlos para la vida, para el futuro. Reconocieron en el ambiente el potencial educativo más significativo, en el acompañamiento la clave para despertar todas las potencialidades, vieron en los jóvenes una guía y pares en el desafío de buscar nuevas propuestas. No se quedaron con las fuerzas de ellos mismos, sino que siempre más con otros, con otras para un bien mayor. En la congregación salesiana de la Patagonia, encontré valientes hombres y mujeres que dieron todo en estas tierras, con muchos sacrificios, esfuerzos crearon escuelas para que muchos niños y niñas pobres pudieran acceder a la educación, vivir la dignidad que todos anhelamos”, dijo la hermana Vera.
“Los religiosos y las religiosas somos personas que queremos vivir con radicalidad el bautismo, somos laicos y laicas que encontraron en Jesús el sentido de la vida plena, en el Amor. Los salesianos, las salesianas, toda la Familia Salesiana, así como tantas familias religiosas en nuestro país, asumimos la Misión de la Iglesia a través de la educación formal y no formal a los jóvenes más pobres. Entendiendo formal como la escuela y no formal todos los centros educativos como centros de Día, club, centros comunitarios, capillas, junta vecinales o sociedades de fomento, centros municipales, actividades barriales. Promovemos una educación integral al estilo del Sistema Preventivo, somos un binomio consagrados salesianos y los jóvenes, formamos con ellos una familia, basada en el vínculo de la confianza,el encuentro profundo con Jesús. Es un estilo de vida, una espiritualidad, un método para responder con los jóvenes al presente, con sus lenguajes y estéticas, sin prejuicios. Basada en la razón, el diálogo, la búsqueda de la verdad desde la libertad y el respeto. La educación salesiana es una educación religiosa por eso el valor de un itinerario de fe, profundizando la vida de Jesús y el encuentro con él en la comunidad, en los sacramentos, en la entrega a los pobres. Comenzaron con la educación no formal en lo que llamamos Oratorio y Misión y luego con escuelas de educación formal. La obra educativa salesiana, cuando llegó de Italia actuó como una suerte de complejo social que abarcaba las horas de ocio y de catequesis de niños de la calle en los oratorios festivos, la recogida de huérfanos en orfanatos, la reinserción de jóvenes delincuentes, la asistencia a los enfermos en hospitales, la educación musical con la formación de bandas, la capacitación técnica y laboral a través de talleres”, dijo Natalia.
“Hoy los desafíos son otros, son nuevos, inéditos por la pandemia y lo que nos ha dejado. Pero estamos en un tiempo de primavera eclesial con nuestro Papa Francisco que va conduciendo a la Iglesia y habilitando luz para el camino. ¿Cuáles son estas luces? Los caminos de los sínodos. Laudato Sí, el Sínodo de la Amazonia, diseñar para la Aldea global y la ciudadanía ecológica. La educación afronta la llamada rapidación, que encarcela la existencia en el vórtice de la velocidad tecnológica y digital, cambiando continuamente los puntos de referencia. Hay que educar para todos y no para el sistema capitalista que deja excluidos, integrando la diversidad de creencias y religiones. Vivir la condición dialógica tan propia de la revelación. Los jóvenes no quieren saber lo que hay que creer sino el significado que tiene creer. En un mundo con tantas incertidumbres, la educación debe transmitir a los sujetos la conciencia de las propias raíces y ofrecer puntos de referencia que les permitan encontrar su situación personal en el mundo. En la diversidad cultural, educar para la interculturalidad. Asumir las nuevas formas culturales que asumen las nuevas generaciones”, manifestó Vera. “El sistema preventivo de los salesianos es una manera de vivir, es una verdadera alianza con los jóvenes. Este método está basado en la confianza y la amistad para que Jesús se haga presente”, completó.
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