Oración Inicial
Juan 17, 1 -11
Amor de Dios, eso es vida.
El amor al Cristo abandonado terminó siendo para la comunidad de las que fundaron junto a Chiara Lubich y el movimiento de los focolares la gran fuerza que las llevo a sentir que todo se reunía alrededor de aquel que entregaba la vida por amor, era la fuerza del amor de Jesús en la cruz el que atraía y el que subyugaba y sigue haciéndolo hoy, aquellas mujeres que sintieron el llamado a la unidad que después se hizo Movimiento y a todo el que de cualquier realidad de la vida eclesial y en el mundo siente que es verdad lo que la palabra de Dios dice cuando afirma: cuando Yo sea elevado en lo alto atraeré a todos hacia mí. El misterio de la comunión en la diversidad y de la inclusión de lo diverso en un mismo epicentro de la relación tiene que ver con esta fuerza de amor que brota de la cruz. Por eso al mirar al que nosotros mismos hemos traspasado por nuestros pecados, somos traspasados por un amor que nos hace ir mucho mas allá de lo que nuestra propia naturaleza por su propia inclinación está dispuesta a ir, capacitándonos para ir más allá, mucho mas allá .