21/03/2023 – En la tercera semana contemplamos y tratamos de vivir esta experiencia de seguir a este Señor que va a entregarse, que entrega su vida por amor, y es una entrega que lo hace desde todo momento. Hemos contemplado el misterio de la encarnación, el nacimiento, su vida oculta, por otro lado a mí también me gusta contemplar o darle vuelta a este término de la pasión. Cuando decimos la pasión, muchas veces definimos, quizás por el artículo “la”, parece que recargan un sentido doloroso a la pasión, que lo tiene sin dudas, pero también pensar la pasión desde el corazón, desde el apasionamiento, desde alguien que se da con todo y en todo, que se da por entero.
Cuando contemplamos a Jesús en la pasión contemplamos a alguien que pone todo, vemos a un hombre apasionado no por el sufrimiento, sino por nosotros, y como nos sugiere Ignacio en esta parte de los ejercicios, poner mi propio nombre, apasionado por mí, todo esto por mí. Es una pasión por amor, por rescatarnos, por rescatarme.
En la pasión contemplamos no la veneración al dolor, no el dolor por el dolor mismo, sino que es el camino, el interno conocimiento, ese que nos hace pedir San Ignacio en los ejercicios para más amar y seguir a un hombre apasionado por nuestra humanidad, por mi humanidad, que entrega su vida por mí.