Su amor a los ejercicios espirituales y su trabajo

domingo, 11 de septiembre de 2011
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Rodeado de un mar de gente

sobre las piedras y pastos

pusieron ponchos y bastos

pa’ escuchar con atención

y haciendo Jesús el gasto

"Dichosos son los que tienen

hambre y sed de la justicia

porque serán sin noticia

saciados por el Señor

dichosos los sin malicia

porque ellos verán su amor."

 

"Dichosos los perseguidos

por causa de la verdá

dichosos sin igualdá

los que sufren por mi nombre

porque entonces daré al hombre

el amor de mi amistá."

 

"¡Guay de los muy divertidos!,

porque llorarán de susto.

¡Guay de los hartos de gusto!,

porque tendrán hambre aciaga.

¡Guay de los ricos injustos!,

porque ya cobran su paga."

 

"La ley manda a amar al prójimo

y odiar a los enemigos

pero yo más bien les digo

que han de amar a su contrario

como Dios que llueve el trigo

del güeno y del perdulario."

 

Un trozo del evangelio criollo del Padre Anzi hemos compartido en este encuentro nuestro que se inicia detrás de este gaucho, cura de tras la sierra José Gabriel del Rosario Brochero.

 

Repaso un poco todo lo que hemos trabajado en torno a la figura de Brochero para darnos cuenta por dónde el Señor nos va a llevar siguiendo las huellas de este hombre ejemplar. Rasgos humanos de un hombre de Dios, el primer tema, rumiar la palabra divina y la providencia como estilo de fe en Brochero, la fe y la oración en el Cura, también ayer hemos trabajado su amor a la Purísima y su entrega al Señor desde el corazón de la Madre.

Hoy vamos a detenernos en dos aspectos de Brochero que son bien identificatorios de su rostro pastoral, por un lado su amor a los Ejercicios de San Ignacio como instrumento desde el cual planteó la reforma de las personas y de la geografía de su curato en San Alberto y por otro lado su trabajo incansable a favor de obras civiles que permitieran a los cristianos de su tiempo, a los pobladores de su comarca encontrar desde el evangelio las salidas de dignidad a su vida, promocionándolos. 

 

Muchos de nosotros hemos hecho Ejercicios de San Ignacio, o Ejercicios Espirituales, tal vez hayas encontrado en ellos la reforma de tu vida, como de hecho para ello lo creó Dios en el corazón del fundador de la Compañía de Jesús.

 

Los ejercicios Ignacianos y los ejercicios espirituales y aún los no ignacianos están pensados en esa clave, de un modo de retiro en el espíritu y en todo el quehacer corriéndose de la actividad cotidiana para encontrar en la voz de Dios y en la conciencia, las luces y las fuerzas para hacer verdaderamente un cambio de vida.

 

Podes contarnos y compartirnos, ejercicios espirituales y voces que Dios hizo resonar en tu corazón invitándote a una verdadera reforma de vida, cuando te animaste y te acercaste a este lugar, que el Cura Brochero utilizó como instrumento para el llamado a la conversión de sus paisanos y no solamente para eso, sino para que desde ese motor favorecer el cambio social de su tiempo.

 

José Gabriel el de los horizontes, que en el recitado de los salmos con su breviario – acompañante de sus viajes en mula – iba ahondando en ese mirar profundo que ofrece ese valle hermoso de tras la sierra cuando uno deja la montaña grande de las sierras cordobesas y se encuentra con el horizonte bellísimo del valle que nos ofrece el abrazo de la protección que Dios nos deja.

 

Qué eran los Ejercicios para Brochero? Él va a decir así: baños del alma, así como uno se baña y se asea el cuerpo así también cuando hace los ejercicios se baña el alma. Los ejercicios practicados principalmente por el evangelizador de las sierras fueron la clave de su decisión pastoral posterior de ofrecer a los paisanos una oportunidad de revisión, conversión, transformación espiritual, como base del cambio personal y como base de la transformación social.

 

Qué fueron los Ejercicios para Brochero?

 

El Gobernador de Córdoba, quien fuera compañero de Brochero en la Universidad, Ramón J. Cárcano, da nota de la significación de los ejercicios en la vida de Brochero. Dice Cárcano hablando de la vocación de Brochero, la constante preocupación de su juventud fue el sacerdocio que se le presentaba como una invitación a cosas grandes, la luz de la vocación brillo para él como el fruto iluminante de un discernimiento activado en el curso de los ejercicios. Asistió un día a un sermón en que se señalaron las exigencias y los sacrificios de una y otra bandera, según su propia expresión y apenas concluyó de escucharlo, la duda ya no le atormentaba el alma, y ser sacerdote era para él una resolución inquebrantable, muy luego pues, le fueron discernidas las órdenes mayores, dice Ramón J. Cárcano. Desde entonces la causa de los ejercicios para Brochero fue el comienzo para vivir su vocación bajo la bandera de Cristo, luego su vivencia vocacional se va a ver surcada por la experiencia de los ejercicios.

Es impresionante ver en las memorias de los ejercicios, como Brochero comienza trayendo unos pocos hombres a mula de tras la sierra cabalgando durante 3 días, desde allá para Córdoba y a la casa de Ejercicios de la Compañía. Al principio sumaban 20, después 50, hasta después 100, llegó a hacer ejercicios, Brochero, en el término de un año para 3000 personas en Córdoba.

 

Contaba el Padre Ponza, quien tuvo la posibilidad de indagar mucho en la figura de Brochero al preparar la causa canónica de su beatificación, que él registrando un informe de lo que decía el Padre Provincial de la Compañía de Jesús en Córdoba al Padre General en Roma, le decía el padre provincial al general : no hay en todo el mundo alguien que lleve adelante los ejercicios a tanta gente y que haga tanto bien como Brochero.

 

En otra tanda de Ejercicios participaron 900 mujeres, en otras 500, todo este ir y venir hacia Córdoba con los paisanos de su pueblo, recogiendo gente de todas partes para que llegaran hasta acá lo hacían con mucho frío, tres días para llegar, ocho para los Ejercicios y tres días para volver, catorce días, dos semanas dedicadas en agosto para exponer el alma a este baño de gracia, como decía Brochero que eran los Ejercicios Espirituales para él.

 

Esta experiencia fundante de su vida vocacional y de su ministerio, donde él se encontró con Jesús, con esta predicación dicha a viva voz – lo puso a Brochero de cara a su paisanada como un testigo real de Jesús. Una predicación sencilla, hecha a la medida de la gente, una voz que sonaba como la de cualquier paisano de la zona pero con el rasgo típico de que la Palabra lo habitaba, Dios hablaba en él. Esta figura de Brochero detrás de los Ejercicios, con ese lenguaje tan particularmente gráfico que ofrece Ignacio de Loyola cuando invita a la meditación, fue el instrumento y el alma de su tarea pastoral.

 

Después de ir y venir Brochero decide hacer la casa con la gente del lugar para que ya no tengan que ir hasta Córdoba para hacer los ejercicios sino traer a uno en vez de trasladarse miles y toda la gente de la comarca pueda participar de este don tan particularmente fundante para la vida de tantas comunidades eclesiales en el mundo como son los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

 

Brochero tenía la capacidad para ir a invocar la presencia de los paisanos y recorría leguas para buscarlos, él se subía a la mula y los convencía uno por uno, y buscaba los mas malandras, los más duros de reaccionar, además después, cuando ya Brochero tuvo que ser trasladado a Córdoba como canónico por su enfermedad, lejos de sentarse en la silla de la catedral para rezar el diario, se dedicó a dar los Ejercicios en la cárcel. Fue la primera vez que un cura entró en la cárcel de Barrio San Martín, para hablarles de Dios a los hombres, que privados de la libertad no tenían rumbo para volar, como todo hombre tiene adentro suyo ese anhelo y Brochero gracias a los ejercicios podía liberarlos y ponerlos en contacto con esta experiencia de Dios sentida en el corazón, que es adonde apuntan los ejercicios de San Ignacio. Esto de ir al sentir interno dentro del corazón, en la experiencia de Cristo Jesús.

 

Cuentan que ha sido tal la marca que dejó la presencia de Brochero y los Ejercicios, que Gabriel del Rosario Brochero, un ignaciano, un discípulo de San Ignacio que encontró en este instrumento de evangelización la fuerza de la cual valerse para que Dios transformara el corazón de su gente.

 

Desde ahí después, el Cura Gaucho inició una tarea grandiosa de transformación también de su paisaje.

 

Este hombre del Espíritu y de manos trabajadoras, este hombre de corazón de oro como testificaban los periódicos de aquella época tiene además las manos llenas de callos como su cola de tanto andar en mula, y en ese interminable andar suyo por las sierras, fue dándose cuenta que no era suficiente con senderos para poder traer el progreso a aquella zona que Dios le había confiado bajo su cuidado pastoral, y hacían falta caminos, porque los caminos que Brochero va a construir son los que le van a permitir al Cura gaucho establecer un plan para alcanzar el progreso en la zona. Cuanta obra hizo Brochero, cuanto camino ha desarrollado el cura a favor de aquella zona tan desprotegida, caminos, obras viales que han seguido el propósito de comunicar la zona, facilitar el acceso a determinados lugares y hacer posible la construcción de nuevas poblaciones donde concentrar familias dispersas por todo el territorio, refacción y construcción de Iglesias que unifican al pueblo y le dan sentido de pertenencia civil y también allí la presencia del evangelio como luz y sal, obras para la distribución del agua, elemento fundamental para la subsistencia y para la consolidación de los poblados incipientes y para la agricultura; acequias hace Brochero, recogiendo el agua de las sierras y haciéndola andar hasta los pequeños poblados que se están constituyendo y también para los sembrados.

 

Brochero justifica su capacidad de conocimiento e influjo en la zona, dice también, he hecho 60 caminos vecinales y un camino carretero que une Soto con Dolores, pensemos que no había máquinas viales, que todo era a pico, pala, fuerza de mula, llevando piedras, quitando montes, abrir caminos por aquella época era poner el lomo, y no era que Brochero dirigía esto, también trabajaba con sus paisanos. Era el primero en ponerse en marcha para que se fueran abriendo los caminos, lo que él recogía mientras iba andando por las sierras era que para facilitar el encuentro entre la gente del poblado hacía falta abrir caminos.

 

Los caminos y las poblaciones creadas por Brochero tenían una perspectiva civilizadora, la vida de la población, su atención pastoral se hacen posible solo si hay caminos que hicieran accesible los mas recónditos puntos de la sierras donde vivían sus paisanos. Las distancias se acortan, las posibilidades de aprovisionamiento y de encontrar refugio seguro en medio de las soledades serranas eran muy grandes, el cura supo valerse de su influencia sobre los paisanos para que con él se pusieran manos a la obra y sobre las autoridades públicas para que pudieran dar algunos “pesitos” que ayuden a estas obras. Este hombre no solamente abrió un camino de Jesús para el corazón de los hermanos sino que también abrió camino para los hermanos para que se encontraran en Jesús entre ellos.

 

 

La prensa de la época habla de la incomunicación y las dificultades de transporte de la zona, se trata, dice un diario, de regiones inaccesibles a los medios de movilidad salvo la mula, pero preñada de tesoros inexplorables. Las dificultades de transporte han detenido el desarrollo de esta zona riquísima, han bloqueado la venta de productos, la fruta seca puesta en sacos de cuero o alforjas, la industria minera, los hombres de la zona saben que con transporte se va a desarrollar el comercio y nacería la industria que transformaría el producto de la naturaleza según la necesidad de los hombres. También en aquel tiempo se vislumbraba que el paraje de tras la sierra escondía un atractivo particular para el turismo, por eso hacer caminos además de favorecer la comercialización favorecería el turismo.

 

El Gobernador Juárez Celman designó una comisión integrada entre otros por el Cura Brochero, para que se estudiara la traza de un camino de herradura a fin de comunicar Córdoba con tras la sierra.

 

En segundo lugar después de la visita de Juárez Celman también se estudió la construcción el camino carretero de tras la sierra a Córdoba, de

de San Alberto a Tanti, después al Cura se le puso el hacer uno entre Villa del Tránsito y Villa Bisso, y así van apareciendo uno tras uno,

 

Además de caminos, Brochero tenía el sueño del ferrocarril para la zona, las obras de distribución del agua, Iglesias en las poblaciones, talleres de capacitación, el colegio de niñas, la llegada del telégrafo, la casa de ejercicios, el correo, los bancos y la producción de peces para el consumo y la venta por parte de los paisanos, la construcción y administración de cementerios para la zona y diversos servicios a las instituciones.

 

De dónde brota toda esta capacidad de meterle acción a la vida ministerial, del encuentro con Jesús con ese instrumento grande que ha sido en sus manos los Ejercicios Espirituales de San Ignacio,

 

Este hombre tan activo no quería que le apuraran a su gente, se hizo al ritmo de la gente, mucha acción, mucho fuego por cambiar la realidad pero al ritmo de la realidad donde le tocó estar. En ese sentido el cura pedía que quienes vinieran a ayudarlo a su pueblo, lo hicieran teniendo en cuenta el ritmo de su gente y si en algo se equivocaban sus paisanos o su feligresía, el que tenía que retarlos era él porque sabía la palabra, el tono y el modo de corregir. Un hombre todo de Dios y todo de su pueblo a favor del progreso de su pueblo, lejos de confrontar con ellos se valió de esa perspectiva de desarrollo de la sociedad sin que eso lo involucrara en un pensamiento liberal alejado de Dios, por el contrario supo compaginar las dos cosas evangelio y acción, paradito, ya viejito, con su bastón apoyado en una silla, era petiso y medio diminuto, pero realmente grande por otro lado. Como los pequeños, los humildes, los sencillos en la mano de Dios se hace gigante, y cuando humildad y esa sencillez de comparte con la gente, se agranda el corazón del pueblo, porque fue él y todos los que él arrastraba detrás suyo para cambiar aquella realidad tan inhóspita, tan alejada del progreso. Brochero hombre de Dios, y de su gente.

 

 

Nos vamos despidiendo, en la semana que viene nos vamos a encontrar un trecho mas con el Cura Brochero, un hombre que se adelantó sin duda en el tiempo, el evangelio y la promoción humana van de la mano en el proceso de evangelización, él lo hizo carne muchísimo antes de que la Iglesia lo declarara en sus documentos por los años 70. Seguramente el Señor nos renovará aun mas en este que es un sacerdote que en muchos aspectos antes que ser cura es un muy buen cristiano y por eso nos hace bien a todos. Nos encontramos el lunes.