21/05/2025 – El fenómeno de los «Brainrots» o «cerebros podridos» ha emergido como una preocupación en el consumo digital de niños, adolescentes y jóvenes. Se refiere a videos cortos e imágenes, a menudo generados con Inteligencia Artificial, que combinan elementos absurdos como dibujos animados con caras de famosos, obscenidades o narrativas sin sentido. Este contenido viral, que se propaga sin control en redes sociales, plantea interrogantes sobre su impacto en las mentes jóvenes y la naturaleza de su consumo.
Detrás de la aparente trivialidad de los Brainrots, se esconde una compleja interacción de factores. Por un lado, existe un evidente negocio para quienes entienden el funcionamiento de los algoritmos de las redes sociales, monetizando la atención generada por estos contenidos. Por otro, algunos minimizan el fenómeno, comparándolo con el consumo de entretenimiento de generaciones anteriores, como «Los tres chiflados» o «El Chavo del ocho». Sin embargo, esta comparación abre el debate sobre si los Brainrots son simplemente una evolución del entretenimiento o si, de verdad, estamos frente a un deterioro cognitivo en la juventud.
La disyuntiva entre entretenimiento inofensivo y potencial riesgo nos lleva a cuestionar la educación del consumo digital. ¿Cuál es el papel de los padres en la supervisión de estos contenidos? ¿Cómo debe involucrarse la escuela en la formación de un pensamiento crítico frente a la sobrecarga de información absurda? ¿Qué responsabilidad tiene el Estado en la regulación de estos fenómenos virales? Para profundizar en estas inquietudes, conversaremos con Diego Tachella, psicólogo, docente e investigador especializado en conductas adictivas vinculadas a las tecnologías y redes sociales.
Para escuchar el desarrollo completo de la noticia accede al video del inicio