06/06/2025 – Jesús le confía a Pedro —y a cada uno de nosotros— la misión de cuidar a sus ovejas. ¿Qué significa ser pastor en la vida cotidiana? Inspirados en el Evangelio y en San Ignacio de Antioquía, descubrimos siete actitudes para vivir el amor como servicio.
“Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme»”. Juan 21,15-19
Descubrir a Jesús como Pastor es descubrir un modo de vivir: acompañar con ternura, sostener en el dolor, orientar en la oscuridad, alentar en el cansancio. No se trata de un ideal lejano, sino de un don real que el Señor deposita en cada corazón para que lo ejerzamos entre los hermanos.
Inspirados en los escritos de San Ignacio de Antioquía, te compartimos algunas claves para vivir esta vocación de servicio y caridad pastoral en la vida cotidiana:
La unidad no es uniformidad, sino comunión en la diversidad. Implica corregir, perdonar, comenzar de nuevo, para que el mundo crea en el Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La caridad no es aguantar, es soportar con amor, ser hombro para el otro, asumir sus diferencias con ternura y humildad.
Solo desde una relación profunda con Dios se puede discernir bien, acompañar con sabiduría y corregir con delicadeza.
Estar “despiertos”, atentos a los signos de Dios, no es vivir estresados, sino vivir tensos como una guitarra bien afinada: listos para sonar en el tono del Espíritu.
El estilo de Dios es la caridad, no la imposición. Es ocuparse sinceramente del otro, amar con gestos, con palabras suaves y con presencia compasiva.
A veces es necesario hablar, otras veces callar. Un abrazo, una mirada, un silencio acogedor pueden sanar más que mil palabras. Acompañar es saber recibir también el dolor del otro.
La sobriedad es vivir con la mirada en la vida eterna, sin apegos. Guiar a otros es ayudarlos a encontrar ese horizonte de plenitud que empieza ya en la tierra.
Jesús le dice a Pedro: “Sígueme”. No es solo un mandato: es una invitación a vivir una vida entregada, a veces en caminos difíciles, pero siempre sostenida por el amor del Pastor. Esa es la meta: guiar hacia la eternidad, acompañar con esperanza, y construir un mundo más fraterno, donde el amor de Dios se haga visible.
Mirá la catequesis.
Escuchá la catequesis en vivo de lunes a viernes a las 8:00 por radiomaria.org.arSuscribite a nuestro canal de YouTube.Sumate como aportante y ayudá a evangelizar: Quiero ayudar
También te puede interesar:Catequesis anteriores.