21/08/2025 – Cada 21 de agosto la Iglesia celebra el Día del Catequista, una ocasión para reconocer la misión silenciosa y fundamental de quienes dedican su vida a transmitir la fe. En esta fecha dialogamos con Daniela Palacios y Bruno Ugarte, dos catequistas cordobeses que compartieron sus historias, su llamado y la alegría de acompañar a niños, jóvenes y familias en el camino de la fe.
Daniela recuerda que su vocación nació en la adolescencia, durante una misión en la que descubrió que Jesús era real y cercano: “Fue un llamado que encendió mi corazón. Desde entonces supe que quería compartir esa alegría con otros”. Con el tiempo, su búsqueda de sentido la llevó a estudiar teología y a descubrir que su lugar estaba en el aula: “Ser catequista en la escuela es tierra sagrada, porque Jesús me confía a cada niño y joven que acompaño”.
Por su parte, Bruno se formó con los redentoristas y, tras un tiempo de discernimiento, comprendió en los Ejercicios Espirituales que la catequesis no se trata sólo de transmitir conocimientos, sino de dar testimonio: “La mejor apologética es la testimonial. Somos instrumentos de Dios, no protagonistas. Él es quien obra en los corazones”.
Ambos coinciden en que la catequesis es mucho más que una materia: es una vocación que se vive con alegría, cercanía y humildad. Como señaló el Papa Francisco, los catequistas son “la primera línea de la Iglesia”, un verdadero ejército invisible que sostiene la vida de las comunidades con su servicio fiel y constante.
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