27/08/2025 – ¿Te imaginaste alguna vez que la devoción al Corazón de Jesús es mucho más que un acto de piedad personal? En este fascinante encuentro del ciclo «Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia», dentro del programa «Solo por Hoy», el Padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, nos invita a un recorrido por la historia de esta devoción, una guía que, a lo largo de los siglos, fue enriquecida y discernida por los sucesores de Pedro. La reflexión nos lleva a descubrir que la devoción al Sagrado Corazón es el camino que nos lleva al encuentro con la humanidad de Cristo.
El Padre Javier nos explica que, si bien la devoción se encendió en el pueblo de Dios a través de grandes místicas como Margarita María Alacoque y Sor Faustina, fueron los papas quienes supieron acompañarla con discernimiento para que no se desfigurara. Desde León XIII hasta San Juan Pablo II, la Iglesia siempre nos ha recordado que el costado abierto de Jesús es la fuente de donde brota toda la vida sacramental. Los primeros padres de la Iglesia vieron en esa herida una ventana por la que podemos asomarnos al misterio de la Santísima Trinidad. A lo largo de los siglos, esta espiritualidad se convirtió en una respuesta contundente al rigorismo jansenista, un movimiento que planteaba una salvación exclusiva para unos pocos, a través de un voluntarismo moralista y una visión desconfiada de la misericordia de Dios.
Frente a esta visión, el Padre Javier nos revela que la misericordia no es un atributo de Dios que existe en relación a nuestro pecado, sino que es Su naturaleza misma. “Dios es misericordioso per se”, nos dice, es su ser, su identidad más profunda. Esta verdad nos libera de la carga de sentir que debemos “comprar” nuestra salvación con buenas acciones. La misericordia de Dios, ejemplificada en el encuentro de Jesús con la mujer pecadora, es una perfecta síntesis de ternura y firmeza. Nos perdona y nos muestra el camino, nos ama y nos da un límite, como lo hace un padre o una madre.
Esta reflexión nos lleva a un punto clave sobre el ejercicio de la autoridad, ya sea en el hogar, en la Iglesia o en la vida en general. El Padre Humbi, siguiendo el ejemplo de Jesús, nos recuerda que la verdadera autoridad no se basa en el autoritarismo, sino en el ejemplo. Y la mayor fortaleza para ejercerla nace del reconocimiento de nuestra propia debilidad y fragilidad. No se trata de decir “hacé lo que yo digo y no lo que yo hago”, sino de encarnar aquello que se propone. Por eso, el Padre Javier nos invita a que, en nuestra fragilidad, nos apoyemos en Dios para ser un faro para los demás. Si querés profundizar en esta enseñanza, te invitamos a ver el video completo.