04/10/2025 – La salida de la Virgen hacia Luján desde el Santuario de San Cayetano se ha convertido en un momento cargado de fe y emoción.
Allí, en el barrio de Liniers, miles de peregrinos se reúnen para despedir la imagen mariana, que es llevada en andas como signo de amor y esperanza. La unión entre el santo del pan y del trabajo y la Virgen de Luján refleja el corazón devoto del pueblo, que confía en ambos como intercesores en medio de sus luchas cotidianas.
Durante el recorrido inicial, los cantos, las oraciones y los pañuelos al aire envuelven la procesión en un clima de comunidad. Los peregrinos parten con la certeza de que el camino hacia Luján no es solo físico, sino también espiritual: un trayecto de encuentro con Dios y con los hermanos. La imagen de la Virgen avanza como faro de fe, sosteniendo las intenciones de quienes caminan junto a ella y de los que, aunque no puedan estar presentes, se sienten unidos en la oración.
Este gesto de llevar la Virgen desde San Cayetano hasta su santuario en Luján simboliza el paso de la gracia de un lugar de fe a otro, enlazando la devoción popular en un mismo cauce. Es también un recordatorio de que la vida cristiana es camino compartido, en donde las dificultades se sobrellevan mejor cuando se camina juntos. Así, cada año, la salida desde Liniers se convierte en un nuevo inicio de esperanza y en una invitación a mantener viva la confianza en la intercesión de María.
El padre Lucas Arguimbau, rector del Santuario de San Cayetano sostuvo que «la gente viene con el corazón cargado, con sus seres queridos, con los enfermos, quizá también agradeciendo alguna situación que vivieron difícil en el año y que la pudieron superar».
Se puede acceder a la entreista completa en el reproductor de videos ubicado bajo el título.