El río Paraná en la encrucijada: un debate entre los negocios y el ecosistema

miércoles, 5 de noviembre de 2025

05/11/2025 – La discusión en torno a la licitación del dragado del Río Paraná pone de manifiesto dos visiones opuestas sobre el curso de agua. Por un lado, se encuentra la perspectiva que prioriza el río como una hidrovía y un canal para los negocios, sean estos legales o no. Del otro lado, emerge una voz de alerta que subraya la necesidad de proteger el Paraná como un curso de agua dulce que debe ser cuidado, no explotado, y resguardado de la contaminación. Este dilema central fue el marco de la reciente audiencia pública, un espacio que, para los críticos, se mostró más como un requisito formal que como un ámbito genuino de escucha.

🏛️ Audiencia Pública: una «formalidad» sin escucha:

El pasado lunes 3 de noviembre se llevó a cabo una audiencia convocada por la Agencia de Vías Navegables. Sin embargo, Martha Arriola, del Movimiento Nacional Cuidadores de la Casa Común, fue clara al calificar el encuentro como una «formalidad» destinada a «convalidar una licitación que ya está prácticamente cerrada». Una de las críticas centrales es la ausencia en la convocatoria del área específica que debería estar involucrada: la Subsecretaría de Ambiente. Arriola señaló que, de 247 personas inscriptas para exponer, la inmensa mayoría manifestó su rechazo o impugnación, demostrando que «no hubo escucha a las distintas representaciones del enorme, inmenso pueblo» que se ve afectado.

🌾 Intereses agroexportadores y falta de difusión:

La licitación, según los sectores que se oponen, es «absolutamente funcional» al sistema agroexportador cerealero que tiene un fuerte peso en la economía nacional. Arriola mencionó que el 80% de la riqueza del país sale por los puertos concentrados de la zona de Rosario y aledaños. La convocatoria a la audiencia se hizo mediante una resolución en el Boletín Oficial, sin «ninguna difusión pública para que la ciudadanía nos enteráramos de la misma». Además de la escasa difusión, se pusieron a disposición 9.000 carillas de documentación «inconexas, confusas, nadie podía entenderlas», dificultando el análisis serio por parte de la ciudadanía y las organizaciones.

🚧 El riesgo del dragado y el «Ecocidio»:

La propuesta de dragado a profundidades de entre 40 y 44 pies es calificada por Arriola como «inédito en el mundo» y un verdadero «ecocidio». La activista explicó la preocupación más grave: la ausencia de un «estudio de impacto ambiental acumulativo, serio, autónomo». Esta falta de previsión ambiental es crítica porque, al generar una herida o grieta de esa magnitud en el río, el agua tendería a fluir hacia ese punto, comenzando a secar el sistema de humedales que forma parte de un corredor azul considerado de los más importantes del planeta. El río Paraná, además, es parte de la Cuenca del Plata, que concentra el 31% del agua dulce del planeta.

💧 Consecuencias directas: el acceso al agua potable:

Un ejemplo de los riesgos inminentes es la situación que ya atraviesa la ciudad de Victoria, donde dragados a menor profundidad (36 pies) han provocado la falta de acceso al agua potable. Martha Arriola detalló el mecanismo: «Los sedimentos que se remueven tapan las bocas de acceso al agua potable de la localidad». Además, la remoción de sedimentos también libera impurezas y tóxicos que el río naturalmente decanta. Es por esto que se pide actuar con criterio y seriedad, ya que la dicotomía entre «trabajo y desarrollo económico versus cuidado de la casa común» es «falsa» y se pueden «armonizar» los desafíos.

🛥️ El principio clave: adaptar los barcos a los ríos:

La postura de las organizaciones no es oponerse al dragado per se, ya que es necesario para la circulación de embarcaciones. El punto central es la profundidad y la falta de planificación ambiental. Arriola citó un concepto clave que rige en otros ríos importantes del mundo: «No hay que adaptar los ríos a los barcos, sino los barcos a los ríos». La licitación actual, al proponer un dragado tan profundo, busca acelerar el ritmo de ingreso de los buques para que puedan portar hasta 80.000 toneladas, un objetivo que privilegia a «un puñado mínimo de grupos económicos» con un alto costo socioambiental. Ahora, la mirada está puesta en la acción legal, como la presentación de amparos colectivos, ante lo que consideran un avance inminente de la licitación.

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