18/11/2025 – La reciente elección presidencial en Chile ha arrojado un escenario de alta polarización, marcando un cambio en la tendencia observada en procesos anteriores. El analista Marcelo Taborda analizó la composición de este nuevo panorama electoral, donde las fuerzas de derecha han logrado un respaldo mayoritario en la primera vuelta. El resultado dejó a Jeanette Jara (candidata del oficialismo y del Partido Comunista) en primer lugar con una diferencia ajustada sobre José Antonio Kast (abanderado de la derecha conservadora).
La pasada elección, que llevó a Gabriel Boric a la presidencia, mostró un Kast en posición de ventaja inicial, aunque fue superado por un amplio margen en la segunda vuelta. Taborda indica que ahora «parecieran haberse invertido los tantos», con un electorado que ha dado un respaldo mayoritario a las fuerzas de derecha. Kast, con su Partido Republicano, y otros referentes como Evely Matei, aunque esta última quedó rezagada, sumaron un caudal de votos que posiciona a Kast como favorito en el balotaje, por la simple «sumatoria de votantes de fuerzas de derecha en el espectro electoral chileno».
Un elemento central en esta contienda es la irrupción de Franco Parisi, un candidato que realiza su campaña a distancia y que logró un sorpresivo tercer puesto con casi el 20% de los votos. Su discurso, articulado en el lema «ni fachos ni comunachos», busca desmarcarse de las dos principales fuerzas políticas. Taborda señala que los votos de Parisi son clave, aunque el candidato ha condicionado cualquier apoyo formal a un compromiso de adoptar el eje central de sus propuestas, como la devolución del IVA, que ya fue considerada por Jara.
El analista advierte que, si bien la sumatoria matemática favorece a Kast, «en política no siempre 2 + 2 es 4». Este contexto abre un mes de negociaciones e incertidumbre antes de la segunda vuelta del 14 de diciembre. Un eventual triunfo de Kast podría significar un regreso a un discurso de «mano dura y ultraconservadora», que para algunos sectores de la prensa y el análisis político refleja un retorno a ciertos sectores de poder relacionados con el pinochetismo. Kast, sin la estridencia de la campaña anterior, ha hecho alusiones a este período.
El vuelco electoral también se explica, en parte, por el desgaste del oficialismo. Taborda sugiere que en el gobierno de Boric «había expectativas que no se terminaron de cumplir, de expectativas de cambios más profundos» tras el estallido social de 2019. El rechazo a la propuesta de reforma constitucional y el deseo de «reformas más estructurales o de fondo» pudo haber generado un desencanto. A pesar de la popularidad de Jara en ciertos sectores por su desempeño como exministra de Trabajo, el discurso de seguridad y «mano dura» de Kast ha resonado en el contexto global de reclamo por más seguridad.
Finalmente, Taborda enmarca el caso chileno en una tendencia regional y global: la dificultad de los oficialismos para consolidarse. «El desencanto es directamente proporcional» a la promesa de cambios que no se concretan de forma inmediata. La «velocidad con la que se exigen los cambios» debido a la dinámica de las redes sociales y la mediatización influye en que el «favoritismo también pasa a ser una cuestión volátil». Por ello, aunque Kast se perfila como favorito, el analista deja un margen para la sorpresa en el balotaje.
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