26/11/2025 – La figura de Monseñor Vicente Zaspe (1917-1984), quien fuera obispo de Rafaela y luego arzobispo de Santa Fe, sigue resonando con una extraordinaria actualidad a través de sus escritos y el testimonio de quienes lo conocieron. El Padre Jorge Montini, autor de su biografía y editor de sus obras, relató que su ministerio se caracterizó por una simplicidad y cercanía poco comunes en su época. Ordenado obispo a los 41 años, Zaspe fue un pastor que supo escuchar y captar la realidad sufriente de su tiempo, poniendo el Evangelio como luz para iluminar las problemáticas sociales y políticas de la Argentina.
El Cardenal Jorge Bergoglio, luego Papa Francisco, fue un gran admirador de Monseñor Zaspe, a quien se propuso seguir desde su juventud. El Padre Montini recordó la homilía que Bergoglio brindó en la Catedral de Buenos Aires al cumplirse 25 años del fallecimiento de Zaspe, donde lo destacó como un profeta y apóstol del Reino. De hecho, muchas de las temáticas que hoy plantea el Papa Francisco a nivel universal ya eran abordadas por Zaspe en las décadas de 1960 y 1970, demostrando una notable sintonía profética con el espíritu del Concilio Vaticano II y el Magisterio Latinoamericano de Medellín y Puebla.
Uno de los aspectos más fuertes del ministerio de Zaspe fue su valentía durante la dictadura militar. Fue uno de los pocos obispos que se atrevió a plantear públicamente temas como los detenidos injustamente, los desaparecidos y la tortura. «Lo que hace de Zaspe un gran obispo fue su simplicidad y su capacidad de llegar a la gente desde el evangelio, desde Dios», afirmó el Padre Montini. Zaspe no rehuyó los temas candentes, como la democracia en plena dictadura, iluminando la realidad con la luz de la fe, siempre en diálogo con especialistas y personas de distintos ámbitos.
La figura de Zaspe se destaca por ser un «obispo padre» para sus sacerdotes y seminaristas, característica que el Padre Montini considera poco frecuente y esencial. Además, su forma de abordar los temas actuales era siempre constructiva. «Nunca le esquivó el tema que la Iglesia muchas veces se ha acostumbrado a hablar de temas de siglos pasados», comentó el Padre Montini, quien destacó que Zaspe asumía «lo actual sin miedo, tampoco sin agresividad, sin condenas». Un ejemplo de este enfoque positivo fue su carta pastoral sobre la sexualidad, donde evitó la condena para dar líneas que animaran a vivir la realidad actual «con la luz del evangelio y dando siempre esperanza».
La trascendencia de Monseñor Zaspe radica en la inalterable actualidad de sus escritos, los cuales la Universidad Católica de Santa Fe está digitalizando para hacerlos accesibles a un público más amplio. Para el Padre Montini, la clave de esta vigencia reside en que sus reflexiones «parten, iluminan desde Dios realidades concretas», y esas realidades mantienen una continuidad en el tiempo. Zaspe invitaba a una presencia de luz, de esperanza y de alegría, incluso en medio de la dificultad. El sacerdote recordó que, a pesar de las angustias por los problemas, Zaspe era «el hombre de la alegría», buscando siempre levantar el ánimo de los demás.
La presentación del tercer tomo de sus escritos, que reúne homilías y mensajes, es un nuevo paso para difundir su legado. Zaspe, quien falleció el 24 de enero de 1984, es visto por sus allegados como un hombre de «santidad notable». Aunque el proceso canónico para su beatificación se encuentra en tratativas, el Padre Montini confía en que la fama de santidad que el «santo pueblo de Dios» le reconoce será fundamental para que, con el tiempo, su causa pueda avanzar.
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