19/12/2025 – Cada semana hacemos un repaso por algunos films o películas argentinas que abordaron temas históricos. ¿Qué decimos de nuestro pasado a través del cine? Es la pregunta que guía cada episodio junto a Nicolás Moretti, doctor en historia, docente e investigador.
En una semana marcada por el contexto social y político, vuelve a ponerse en primer plano La Patagonia Rebelde (1974), un clásico del cine argentino que invita a repensar el pasado para interpelar el presente. El fallecimiento reciente de Héctor Alterio, protagonista del film, y el debate actual en torno a una posible reforma laboral funcionan como disparadores para revisitar una obra que aborda, con crudeza y profundidad, la relación entre el Estado, el capital y el mundo del trabajo.
“El pasado, la historia, nos tiene que servir para hacer cierto ida y vuelta y alumbrar el presente”, señala Nicolás, subrayando el sentido de volver sobre esta película dirigida por Héctor Olivera y basada en la investigación histórica de Osvaldo Bayer. El film reconstruye los sucesos de las huelgas patagónicas de comienzos de la década de 1920, violentamente reprimidas por el Ejército durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen, en un contexto de crisis económica tras la Primera Guerra Mundial y de fuerte presencia del capital extranjero en la región.
Las diferentes escenas permiten reconstruir con claridad la dura condición de los trabajadores patagónicos de comienzos del siglo XX, mayoritariamente peones rurales, muchos de ellos inmigrantes, sometidos a jornadas extenuantes y a condiciones de vida precarias. El trabajo en las estancias ovinas estaba marcado por salarios bajos, pagos irregulares, alojamiento insalubre y una absoluta falta de derechos laborales. La caída del precio internacional de la lana agravó aún más esta situación, ya que los estancieros trasladaron la crisis directamente a los trabajadores mediante rebajas salariales y mayor explotación.
En ese marco, la película no solo recupera un episodio largamente silenciado, sino que lo hace desde una mirada compleja. Alterio encarna al teniente coronel Héctor Benigno Varela, responsable directo de la represión y ejecución de los trabajadores, en un papel que el entrevistado define como especialmente rico: “Es un personaje que no parece estar del todo cómodo con la función que le toca cumplir”. Esa incomodidad, visible en el célebre plano final del film, abre interrogantes sobre a quién sirve finalmente la violencia estatal y quiénes resultan beneficiados por ella.
Estrenada en 1974, La Patagonia Rebelde también fue atravesada por su propio contexto histórico: sufrió censura, estuvo poco tiempo en cartel y dialogó, de manera inevitable, con un país que ya vivía formas de represión previas al golpe militar de 1976. “El film empieza a sufrir una suerte de censura desde el inicio”, recuerda Nicolás, marcando cómo la historia narrada incomodaba al presente en el que fue realizada.
A más de cincuenta años de su estreno, la película se reactualiza. En tiempos donde se discuten derechos laborales que fueron conquistados tras largas luchas, La Patagonia Rebelde vuelve a recordarnos que nada de lo adquirido fue gratuito y que la memoria histórica sigue siendo una herramienta clave para comprender el presente.
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