Amados y elegidos de Dios

martes, 2 de septiembre de 2008
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Sabemos hermanos amados de Dios que ustedes han sido elegidos

1Tesalonicenses 1,4

Amados de Dios y elegidos. Este es el centro de nuestra catequesis. Este reconocimiento que Pablo hace de quienes somos a la mirada de Dios. Somos sus hijos amados, somos los elegidos de Dios. Tiene toda una significación ésta doble terminología que Pablo utiliza para dirigirse a los Tesalonicenses y a los romanos. En dos oportunidades Pablo utiliza ésta misma expresión y tiene todo un eco que resuena en su riquísima tarea epistolar y que le viene desde el Antiguo Testamento con el cual Pablo tiene vínculos muy hondos, muy profundos en su naturaleza arraigada sin duda en la tradición más rica y milenaria de la fe Judea y cristiana a partir del encuentro con Cristo Jesús. Israel es el amado y elegido. Estos dos títulos, amado y elegido, tienen su raíz en el pueblo del Antiguo Testamento. Israel tiene conciencia de ser amado por Dios. Amo a los Patriarcas dice el Deuteronomio 4, 37 y los eligió prometió guardar ese amor a toda la posteridad con la condición de que ellos fueran fieles a las exigencias de la alianza. Los profetas recuerdan con frecuencia éste amor de Dios. Amados, se da a los israelitas en una invocación de los salmos: que salves a tus amados  dice el Salmo 60. El amor de Dios por su pueblo permanece, tiene características de fidelidad. No se arrepiente Dios, es gratuito. En Oseas 3,1 dice que Dios tiene éste tipo de amor por su pueblo: como ama un hombre a su mujer. Así Yahvé ama a los israelitas. Un amor incondicional. En los momentos de mayor angustia el pueblo es conciente de haber traicionado a la alianza y pide a Dios que recuerde su amor por Abraham No nos retires tu misericordia, reza Daniel 3,35 por amor a tu siervo, Abraham, tu amado. Cuando el pueblo postrado en el dolor de haber olvidado los caminos de Dios clama al cielo por la fidelidad de Dios y su misericordia lo despierta a Dios en la memoria el amor que tuvo por sus elegidos. Tal vez entre los amados de Dios Abraham sea de los más entrañablemente amados por El y el pueblo reconoce esto y por eso lo despierta a Dios en la memoria del amor a Abraham cuando ha caído en la infidelidad para que sea justamente desde aquel gratuito amor abrahámico donde Dios fijándose en su propia fidelidad vuelva a regalarle al pueblo en gratuidad el amor que ahora no merece por haberse apartado de El. Amor de gratuidad, amor fiel, amor incondicional, entrañable amor, amor que se hace alianza. Amados de Dios son los que en el Antiguo Testamento se reconocen bajo la mirada de Dios. Dependiendo de la idea del amor aparece la elección. El concepto de Israel como pueblo elegido está enraizado, entrelazado en el vínculo que Israel tiene con Dios en torno al amor fiel de Dios que permanece por siempre. Solo porque se descubre así el pueblo amado fielmente por Dios pueda reconocerse elegido de Dios. Cuando uno de nosotros elige algo lo que hace es separar eso que elige de lo demás y lo reserva para si. Elegimos tomarnos un día de descanso y separamos el día de los días de trabajo. Elegimos tener una salida familiar. Rompemos con el modo habitual de convivencia y vamos a un lugar que hemos elegido. Nos separamos del ritmo habitual. Cuando Dios elige a su pueblo de algún modo lo separa para si. Es hermosa la expresión que Dios utiliza en éste sentido con el profeta Elías cuando el en la soledad del monte después de haber caminado por un largo rato hasta llegar a la cueva donde busca esconderse porque Jezabel lo quiere matar, Dios le dice :yo me he reservado para mi siete mil hombres entre hombres y mujeres Quiere decir he separado éste resto que me será fiel. En momentos determinados del proceso histórico del pueblo de Israel la elección se hace clarísimamente por un grupo que se constituye en un resto que va a ser fiel a Dios y que va a permitir el resurgir del pueblo. Para que desde allí sea toda la humanidad elegida y ésta es la conciencia que despierta Pablo dentro de la comunidad judeo cristiana. Ahora la elección ha pasado de Israel a todos. De un resto que Dios se reservó para si en la elección que hace de los doce y en los que se van reuniendo alrededor suyo se configura éste resto desde la conciencia que ya tiene la familia de Nazaret de pertenecer a los pobres de Nahuín, a los elegidos de Dios para que desde ese lugar se extienda rápidamente a todo el pueblo, también a los gentiles y los paganos a los cuales Pablo está llamado a testificar el mensaje de Jesucristo. Ahora lo que Dios ha hecho es lo que Pablo revela en éste sentido en todo su ministerio es haber tomado la humanidad toda en la persona de Jesús para separarla para si Ya no hay judío ni griego, esclavo y hombre libre somos hombre y mujer, somos todos uno en Cristo Jesús.

Pablo por dos oportunidades en Romanos 1, 7 y en 1Tesalonicenses 1,4 habla de los amados y de los elegidos de Dios, los santos. La elección y el. No digas en tu corazón por mis méritos dice Deuteronomio 9,4 y justamente en ésta perspectiva en la que Pablo propone el vínculo nuevo con el Dios del amor que se revela en Cristo Jesús a todos. Solo a ustedes los elegí entre todas las familias de la tierra por eso les haré rendir cuentas de todas sus iniquidades dice Amós haciéndose eco de esto reconoce que justamente en el don de la gratuidad donde somos invitados a responder con mayor responsabilidad a la elección que Dios nos ha hecho. Es la conciencia que tiene ya Israel de que la elección que Dios hace es toda una tarea, un trabajo, una responsabilidad que le cabe por delante. La gratuidad de Dios compromete en el amor y desde el amor. La elección que Dios hace de Israel es un acto gratuito que tiene el amor de Dios como única razón de ser pero la elección y la separación implican un fin. Cuando Dios elige es para encargar una misión. Israel es amado por Dios. Es elegido y santificado con una misión: Ser pueblo para que sean sus testigos, me reconozcan y conozcan, me crean y sepan que yo soy. Para llevar la salvación mucho más allá de los confines de la tierra. Por su naturaleza la elección pone distancia entre Israel y las otras naciones. Esto es propio del Antiguo Testamento. Esta diferencia se acerca, va como madurando en la progresiva revelación que Dios hace para con su pueblo a partir del concepto de proximidad y de la proximidad que no solo es para los israelitas con la cual bebemos aprender a vincularnos. Les va enseñar Israel a Israel su Dios sino también con el forastero, con el extranjero, con el que ha fijado su domicilio en Israel. El extranjero que vive en su propio país. Amar al prójimo es lo que permite extender las fronteras e ir mucho más allá en la elección. La elección que sueña separar ahora por la progresiva revelación de Dios se va vinculando cada vez más a toda la humanidad y yo diría que justamente que en la conciencia paulina donde esto se define para siempre como el modo y el estilo con el que el Dios de Israel se quiere vincular ahora a todos sin excluir a nadie. Es en la conciencia de Pablo donde se hace eco y realidad la indicación que ya estaba presente en Isaías 49,6 que Jesús la hace suya en el momento en el que está siendo elevado a los cielos: lleven la salvación hasta los confines de la tierra    

Elegidos y amados de Dios. Esta es la conciencia que Pablo tiene de si mismo. Esto que canta Marcela Gándara: Gracias por la cruz, el amor que tuviste por mi es lo que Pablo dice en Gálatas 5 cuando reza me amó y entregó su vida por mi. Esta conciencia de que Dios ha salido a su encuentro en el camino a Damasco a partir de ésta ofrenda de la vida de Jesús en la cruz es la que gana el corazón paulino y le permite descubrir que ese amor es tan grande, tan inconmensurablemente grande que no tiene límites y por lo tanto no puede tener límites tampoco la comunicación de ese mismo amor. Es verdad que en la Palabra Dios cuando la pronuncia verdaderamente la crea y aquello que dice y la elección que Dios hace por todos desde Pablo en su misión a la gentilidad y al mundo pagano lo envía creadoramente a Pablo para ir sobre aquello que le ha dado como misión pero esto no va desprendido de la conciencia que Pablo tiene que nace de esa experiencia de un amor que no tiene límites. La elección que Dios hace por todos. La elección que va de3sde el pueblo elegido al resto de Israel, a la comunidad de los doce en Cristo, a todos los que se van sumando a ella, a todos ahora con Pablo como mandato de Jesús ya cuando estaba siendo elevado a lo alto en el cielo crece por la Palabra creadora de Jesús pero también esto acontece como hecho en el corazón de Pablo que no entiende otro modo de amor de Dios que no incluya a todos. Lo compartíamos ayer, lo repetíamos hoy, lo hemos venido viendo en estos días en la conciencia paulina no hay judío, griego, mujer, hombre, esclavo, libre, todos somos uno en Cristo. Es no desde una confusión que nace de un sincretismo. Es una unidad que incluye las diferencias y las incorpora superándolas sin romper las autonomías donde Pablo ofrece ésta doctrina que no es solo un pensamiento sino una experiencia creadora de Dios en su propio corazón. Aquel que le recrimina fijate que éste es uno que persigue a los cristianos cuando le indica que lo debe recibir en su casa. Este, le dice Jesús, yo me lo he reservado, lo he elegido para que vaya a todas las naciones y la verdad que donde Dios pone el ojo pone la bala. No le va a errar el Señor y de hecho no lo está haciendo en estos tiempos donde a veces, como me decía un joven el otro día, acerca del drama que vive otro joven, me decía, ¿donde estaba Dios? Dios siempre está aunque nos parezca que no está. Esta conciencia la tenía claramente Teresa de Calcuta cuando con una maestría por parte de su director espiritual ella se va desprendiendo progresivamente de las locuciones interiores con las que Dios ha ido comunicando el don de la vida caritativa en las Misioneras de la Caridad dándole Dios todo lo que necesitaba como indicación. Cuando ella se va desprendiendo de esto entra en la oscuridad de la fe y ella que había venido a ser luz, ésta fue la palabra primera que recibió de lo que ella reconoce en sus cartas como la voz que le hablaba por dentro. Cuando Teresa de Calcuta entra en el desprendimiento de ésta voz no, no obedeciéndole sino no dependiendo de ella, no atándose a ella. Siguiendo lo que Juan de la Cruz dice al respecto ir de nada tras nada, entrando en la oscuridad y en la fe tiene conciencia que el amor de elección de Dios crece y son más los que son incluidos dentro de esa mirada amorosa de Dios. Es por el camino de una fe abnegada, entregada, ofrecida, de una fe que no duda, que tiene certeza que Dios va sumarlos a todos al misterio del amor donde justamente se acrecienta éste don maravilloso de elección de un Dios que habiendo empezado por nosotros quiere alcanzarlos a todos.

Cuando Dios llama lo que hace es crear. El llamado de Dios tiene la particularidad que es creador. Llama a las cosas que no existen para que existan, para que comiencen a existir dice Romanos 4, 17. Cuando el Señor llama a un hombre para que sea profeta ese hombre comienza a ser profeta. En el Antiguo Testamento el verbo llamar está asociado con la vocación. Se puede citar por ejemplo el llamado a Samuel. Lo llama a Samuel cuatro veces y el niño va a verlo a Elí y dice Aquí estoy porqué me has llamad? El entiende que es Yahvé el que está llamando a Samuel y Samuel se convierte así en profeta. El llamado de Dios crea y Dios nos está llamando desde la elección que nos hace de ir a todos. Esta es la conciencia que Pablo tiene. El Dios que nos eligió nos separó para si, nos reservó para si no para quedarnos atados a El sino para ir a todos y en ese mismo momento El después de habernos separado los incorpora a todos rápidamente para que todos se sientan parte del misterio. Es tarea nuestra el que todos reciban el don. Es un llamado de Dios el que crea y que compromete en la creación que Dios realiza y supone una respuesta, una tarea de parte nuestra. Somos copartícipes en éste sentido de la acción creadora de Dios desde nuestra respuesta libre, generosa al querer de Dios para que sean todos, para que nadie quede excluido. La elección de los amados de Dios se produce por una llamada que es creadora. Uno tiene a veces la certeza que es así. Yo recuerdo cuando comenzamos la radio no teníamos nada pero había algo que decía que la voluntad, el querer de Dios era que estuviéramos en toda la Argentina, que íbamos a constituirnos en una red, estando en un garage con una radio ilegal, trucha ,sin más que la buena voluntad, el deseo de hacer las cosas como Dios manda, con la posibilidad de hacerla como lo hacíamos por entonces y rápidamente ordenando todo para que vaya por los carriles donde tiene que ir pero con la certeza de que Dios lo estaba haciendo. Este Dios no lo iba a parar nada de lo que se opusiera adelante. A nosotros nos tocó seguirlo. Decíamos por entonces cuando ni conocíamos Radio María internacional sentíamos que nos uníamos a una red que estaba en el mundo ¿que es ese sentir y querer de Dios? Su voluntad, su querer, su presencia que cuando se manifiesta, se revela, acontece, lo que produce es aquello mismo que hace presente. Es creador Dios por eso hay que abrir el corazón para escucharlo, hay que abrirse a su amor, a su elección y a su llamada. Pablo tiene conciencia de esto y nos invita en ésta mañana también nosotros a despertar al amor de Dios que nos elige, que nos separa para El para que resuene en nosotros la llamada que el mismo apóstol tenía de ir por todo el mundo anunciando la buena noticia que hemos encontrado: Jesús nuestro Señor y nuestro hermano

Padre Javier Soteras