11/04/2019 – Esta vez la profesora María Gloria Ladislao nos permitió conocer a toda una comunidad, la de Antioquía, un grupo de personas llenas de fervor misionero. “Antioquía está en actual Siria y fue fundada hacia el 300 antes de Cristo. Llegó a ser la capital del país, siempre fue una ciudad muy grande y rica comercialmente. Aquí se formó una de las primeras comunidades de cristianos no judíos y fue donde por primera vez los seguidores de Jesús de Nazaret fueron llamados cristianos”, indicó la especialista.
Ladislao agregó que “en la ciudad de Antioquía vivían judíos de la diáspora, que fueron evangelizados tras la dispersión de la iglesia de Jerusalén. Al enterarse los notables de la iglesia de que en Antioquía había también personas de origen griego que aceptaban el Evangelio, mandaron allí al apóstol Bernabé. Él, viendo la vitalidad de esa comunidad, fue a Tarso a buscar a Saulo, y juntos fueron catequizando a esta joven iglesia”.
Asimismo, indicó que “en sus inicios, estos misioneros utilizan el método de evangelización habitual entre los primeros cristianos: participan en la sinagoga el sábado, cuando se lee el Antiguo Testamento, y dan su interpretación, releyendo los textos desde la muerte y resurrección de Jesús. Algunas personas se adhieren a esta fe en el Mesías, pero va creciendo el enfrentamiento con el judaísmo oficial. Es por eso que los misioneros deciden volcarse hacia la evangelización de los paganos. En la comunidad de Antioquía vemos el prototipo de la comunidad de avanzada que se lanza al encuentro con las nuevas realidades y las ilumina con el anuncio del Evangelio. Un ejemplo de evangelización a los paganos está en Hechos 14, versículos del 8 al 18. Para poder anunciar al Dios Vivo, los apóstoles primero debieron corregir el error de quienes quieren idolatrarlos. Y desde la realidad circundante y el testimonio de la creación, anunciaban al Dios Padre de Jesús”.
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