Brochero: Dios nos cambia de sendero – P. Ángel Rossi

viernes, 9 de junio de 2017
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Cura Brochero

09/06/2017 – El Padre Ángel Rossi sj en su espacio de “Palabras de Vida” hizo una pequeña reflexión sobre el Cura Brochero y el proceso de aceptación de su enfermedad.

Una de las cosas que al Cura Brochero más le dolieron fue aceptar que Dios nos cambia el sendero. En 1906 la salud de Brochero empieza a deteriorarse y el decide consultar con su médico, con una mezcla de ingenuidad, celo apostólico y humor, de quien olvidado de sí relativiza lo que es grave. Le escribe a su amigo Antonio Rivero, refiriéndose a su enfermedad:

«Diga al doctor Nores que antes de que acabe el mes iré por Córdoba
a hacerme curar de una enfermedad que me apareció inmediatamente de volver
de Buenos Aires el año pasado, y que según mis conocimientos médicos, consiste ella
en que estoy sarnoso (en realidad era lepra lo que tenía y él no lo sabía), pues tengo un escozor y granería desde el codo hasta las uñas de la mano y desde las rodillas hasta el empeine de las patas y que lo mismo es en los dos
jamones del anca. (…) Que se apronte por consiguiente para cuararme en 4 días a fin de poder pasar a Buenos Aires a iniciar los trabajos del ramo del tren. Y que sepa que si en ese tiempo no me cura la culpa será de él, agrega con humor”.

Trabajar la disponibilidad

San Ignacio dice en los Ejercicios Espirituales que la primera gracia a pedir y a trabajar para hacer la voluntad de Dios es la de la disponibilidad. Es decir, estar dispuesto a que Dios me lleve por el camino de la salud o de la enfermedad, de una vida larga o una corta, por el camino del honor o del deshonor, de la riqueza o de la pobreza, dice San Ignacio. Al leer esta lista, claramente que ante estas situaciones opuestas no nos da lo mismo, sino que naturalmente estamos inclinados a la salud, a una vida larga, a ser hombres honrados o al menos respetados y a buscar seguridades. Pero a la vez tenemos que estar disponibles a lo contrario, si Dios así lo quiere y sólo si Dios así lo quiere. Por eso Ignacio habla no de ser disponibles sino de hacernos disponibles. Osea que es un proceso largo, doloroso y que exige sobre todo humildad.

En Brochero esto se evidencia. Su enfermedad de ceguera y  lepra lo sorprende y lo desconcierta dolorosamente, y le exige un trabajo interior de hacerse disponible que para nosotros es un testimonio ejemplar. Y lo demuestra en la carta a su amigo, el obispo de Santiago del Estero:

Mi querido: Recordarás que yo sabía decir de mí mismo que iba
a ser tan enérgico siempre como el caballo chesche que se murió
galopando. Pero jamás tuve presente que Dios Nuestro Señor es -y
era- quien vivifica y mortifica, y da las energías físicas y morales, y
quien las quita.

Pues bien, yo estoy ciego casi al remate, y apenas distingo la luz del
día, y no puedo verme ni mis manos. A más, estoy casi sin tacto
desde los codos hasta la punta de los dedos, y de las rodillas hasta
los pies. Y así, otra persona me tiene que vestir o prenderme la ropa.
La Misa la digo de memoria (…)  Me cuesta mucho
hincarme y muchísimo más el levantarme, a pesar de tomarme de la
mesa del altar.

Ya vez el estado a que ha quedado el chesche, el enérgico y el brioso.
Pero es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios Nuestro Señor
en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida
pasiva, quiero decir, que Dios me da la ocupación de buscar mi fin y
de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han
de venir hasta el fin del mundo.

Esta carta expresa ese caminito interior que va de la sorpresa, de una cierta rebeldía, hacia la aceptación.

Y después también dice en su carta que “como algunos de los médicos han dicho que mi enfermedad es la lepra me disparan las monjas, los jesuitas y hasta la familia Recalde, que eran sus amigos, y por eso le piden al obispo que me saquen pronto de esta Parroquia”. Quizás esto le dolió más que su propia lepra.

Brochero nos demuestra por un lado su humanidad, porque le costó y también nos muestra su santidad que es ese camino interior de aceptación.