10/05/2018 – La hermana Silvia de la Misericordia de Dios, junto a la hermana Laura del Amor Misericordioso, ambas del Monasterio San José de Carmelitas Descalzas de la ciudad de Córdoba, nos dijeron que “es natural la dispersión a la hora de la oración”. Y agregaron diciendo que “Santa Teresa de Jesús, experimentó veinte años esta dificultad”.
“Podés aprender a vivir desde la presencia de Dios cada situación – manifestó la hermana Silvia – por eso todas esas cosas que nos dispersan, que van mordisqueando los tiempos, nos demuestran que nuestro corazón está hecho para el amor”. Es lo de San Agustín: “Nos hiciste para Ti Señor, y nuestro corazón no descansa hasta que descanse en vos”.
“Hay que animarse a entrar en contacto con la oración con quien sabemos nos ama”, decía Santa Teresa. Es una experiencia que al principio nos puede resultar costosa, indicó la hermana Silvia.
Y la hermana Laura, destacó que “Santa Teresa tuvo esta experiencia, que tenemos todos, de vivir esclavos de esta dispersión”. Y continuó: “Nos proponemos tener un tiempo para orar con este amigo, y de golpe sentimos que nos tironean las preocupaciones, nos tironean tantas cosas que tenemos que hacer, y obviamente esto nos desgasta”.
Teresa en el libro de la vida, que es su autobiografía, nos cuenta esta tensión tan grande que tuvo, y este Dios que la esperaba, que más allá de veinte años de caídas, veía que necesitaba hacer el esfuerzo para poder generar este espacio para poder crecer en este camino de oración.
Por otra parte, la hermana Silvia ejemplificó este tironeo, con una frase de Santa Teresa: “Cuando estaba en los contentos del mundo, me acordaba de lo que debía a Dios, y me daba pena. Y cuando estaba con Dios, las preocupaciones del mundo me desasosegaban”, indicó.
“Todo se puede sufrir con tal amigo presente” – Santa Teresa.
“Nos nos quita las dificultades, sino que es ayuda verdadera”, dijo la hermana Silvia.
El tiempo: “La primera dificultad es el tiempo, pero cuando se ama, siempre hay tiempo, explicó la hermana Laura. Y ahí, nos damos cuenta que nos falta interioridad. Nos falta adentrarnos, entrar en nosotros mismos. Basta un movimiento del corazón para encontrar ese pequeño tiempo para sentir a este amigo que nos acompaña. Santa Teresa insistía mucho en hacerle este espacio a este amigo nuestro, para manifestar nuestro interés por Él y fortalecer nuestra misma fe. Para construir la amistad hay que dar tiempo“, expresó la hermana Laura.
Las distracciones y la sequedad: “Aunque nos distraigamos, Teresa dice que no hay que dejar la oración. Teresa a través de su experiencia se da cuenta que no hay que darle mucha importancia a esta dificultad. El hecho de tener distracciones, forma parte de nuestra humanidad. No nos tiene que inquietar ni afligir. Tenemos que pensar que Dios no mira estas distracciones, Él conoce mejor nuestra realidad que nosotros mismos”.
“Importa mucho que de sequedades, ni de inquietudes, ni de distracciones en los pensamientos, nadie se aflija”, reflexionó la hermana Silvia.
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