Caminos para enfrentar la vida con más optimismo

jueves, 7 de junio de 2012
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En nuestra familia, en nuestra sociedad, podemos encontrarnos con personas tristes y muchas veces deprimidos. Podríamos decir que esto es causado por problemas económicos, y si bien esto es cierto, muchos de los que están así, angustiados y deprimidos, sufren por otros motivos. Y algunos no tienen razones importantes como para vivir sin entusiasmo: tienen trabajo, familia… Y si les preguntamos el por qué de este estado de tristeza suelen responder “realmente no lo sé”. Podemos encontrar también personas con gravísimas dificultades económicas y que sin embargo son más alegres que un potentado. Están también quienes detrás de sonrisas artificiales o caretas, y de un enloquecido activismo esconden un profundo desencanto.

            Hoy pretendemos proponer algunos caminos para enfrentar la vida con más optimismo. Son senderitos sencillos para recuperar la ilusión y la fuerza vital. Podemos encontrar más propuestas que éstas, pero uno solo de estos caminos sería suficiente para levantarse con más ganas de vivir cada mañana

1.       Darle un sentido a la vida.

Esta es una pregunta interesante para interpelarnos:“¿por qué y para qué hago las cosas de cada dia?”.

 

“RAZÓN DE VIVIR” Victor Heredia

Para decidir si sigo poniendo esta sangre en tierra,

Este corazón que va de su parte, sol y tinieblas

Para continuar caminando al sol por estos desiertos

Para recalcar que estoy vivo en medio de tantos muertos.

Para decidir, para continuar, para recalcar y considerar

Sólo me hace falta que estés aquí con tus ojos claros

 

Ay! fogata de amor y guía, razón de vivir mi vida

 

Para aligerar este duro peso de nuestros días,

Esta soledad que llevamos todos islas perdidas

Para descartar esta sensación de perderlo todo

Para analizar por donde seguir y elegir el modo.

Para aligerar, para descartar, para analizar y considerar

Sólo me hace falta que estés aquí con tus ojos claros

 

Para combinar lo bello y la luz sin perder distancia,

Para estar con vos sin perder el ángel de la nostalgia

Para descubrir que la vida va sin pedirnos nada

Y considerar que todo es hermoso y no cuesta nada.

Para combinar, para estar con vos, para descubrir y considerar

Sólo me hace falta que estés aquí con tus ojos claros

 

A veces nos levantamos sin tener un por qué, un para qué. ¡qué diferente es el amanecer cuando sé para qué me levanto. Y no es necesario buscar cada día algo extraordinario, sino darle un sentido a todo. Por ejemplo: si alguien se levanta con la intención de hacer felices a los demás con sus actos, con sus palabras, con sus gestos –como por ejemplo sonreír-, todo lo que haga estará iluminado por ese ideal precioso. Alguien puede levantarse para adorar a Dios, para encontrarse con El, para ofrecerle con amor cada esfuerzo, para vivir en amistad con El, para recomenzar la maravillosa aventura de buscarlo en cada cosa. Y así, aunque el día le reserve dificultades o dolores, estará firme gracias a su ideal, estará preparada para todo, porque también en el dolor puede encontrar un estímulo para descubrir a Dios de otra manera. En la Biblia dice “un corazón afirmado por una convicción madura no se acobarda cuando llega el momento. Una empalizada puesta sobre una altura no puede resistir los embates del tiempo.” Eclesiástico 22

            Esto que da sentido a la vida de una persona es lo que esa persona querría que recordaran después de su muerte.”Este tenía un corazón generoso, libre de egoísmo” “esta era un alma mística, capaz de entregarlo todo a Dios”

            Pero vivir con un ideal y darle un sentido a cada cosa no es lo mismo que pretender escapar de la rutina. Porque en la misma práctica de la rutina diaria puedo vivir de una manera sobrenatural sabiendo para que hago las cosas y qué sentido le doy a lo que vivo. De hecho, de los 33 años que vivió Jesús aquí en la tierra pasó 30 en la rutina de Nazaret, con María y José. Eso significa que para El esa rutina que vivió hasta los 30 años era tan importante como luego predicar y hacer milagros los 3 años posteriores

            Te dejo unas preguntitas para este primer sendero:

          ¿para qué estás viviendo?

          ¿con qué motivación profunda haces las cosas?

          ¿cuáles son los ideales que sueñas alcanzar a lo largo de tu vida y a lo largo de cada día que vives?

 

Cada mañana al despertar y por la noche al descansar

Agradezco tus bondades a mi vida por todo lo que me permites disfrutas

ALELUYA, ALELUYA. AGRADECIDO ESTOY POR TU BONDAD

 

2.    Mirar hacia adelante. Tantas veces me desilusioné, me desencanté. ¿vale la pena desgastarme otra vez con un nuevo sueño, volver a mirar nuevamente hacia adelante? ¿No será mejor sobrevivir, aguantar que pase el tiempo viviendo al mínimo, hasta que todo se termine? Estas son las preguntas que se hace una persona cuando está comenzando a optar por la muerte. Diferente es la actitud del que ansía la vida eterna, porque eso es infinitamente más que elegir la muerte, y el que desea la vida eterna recibe del más allá esta fuera divina para soñar. Esto tenemos que tenerlo en claro. Esta fe, esta fuerza, no nos viene sola: son un don y hay que pedirlas para caminar, para descubrir cómo los gozos del cielo pueden anticiparse en esta vida y pueden aparecer detrás de cualquier esquina; no siempre como yo lo quiero o como yo lo espero, o de la manera como yo lo soñaba, pero estos gozos, estos encantos, estas novedades, realmente aparecen. Hay una obra maravillosa de Alejandro Casona “Prohibido suicidarse en primavera” que narra el caso de una mujer dispuesta a suicidarse quien recibe una botella con un papel adentro que dice ‘mañana’ y una dirección. Este papelito despertó un tímido sueño, una pequeña esperanza. Al día siguiente fue hasta la dirección indicada por el papelito y recibió la misión de pasar todos los días a la misma hora frente a una ventanita de la cárcel y sonreír para el rostro aburrido que se asomaba, y así el preso tendría al menos una sonrisa que esperar y ella también tendría algo que esperar. Simplemente de ese modo volvió a armar su vida, y la historia continuó. Por supuesto, no nos vamos a quedar aguardando que nos caiga esa botella inesperada porque son pocos los que tienen el privilegio de recibir las cosas de este modo, pero sí tenemos que estar atentos a las miles de nuevas posibilidades que nos está ofreciendo la vida aún en medio de la rutina que nos agobia. Si nos liberamos de los miedos, de las vergüenzas, de los esquemas intocables, siempre puede ser muy diferente esa rutina. Las situaciones complicadas que tal vez estamos viviendo actualmente, en lugar de ser una maldición pueden convertirse en la base de lanzamiento para descubrir cosas nuevas.

LA FUERZA DE LA VIDA : Paolo Vallesi
Hasta cuando nos marchamos lejos por cobardía o por despecho, por un amor inconsolable,
cuando en casa el tiempo pasa sin vivirle y lloras porque no sabes por qué
una fuerza enorme esta en nosotros mismos, la sencillez de lo sencillo, donde las luchas son inútiles,
es más fuerte que una muerte incomprensible, es vencer esa nostalgia que nos se va de tí.
Tienes que poner los dedos en tu herida y entonces sentirás la fuerza de la vida,
que te conducirá, lo sé, amor, ya lo verás, a la salida que hoy no ves.

Cuando te recomen los silencios y el corazón les pone precio con un rumor insoportable
cuando te hundes y no puedes levantarte, y hasta cuando la esperanza piensas que se perderá.
Es la voluntad que a todo desafia, es nuestra dignidad, la fuerza de la vida,
que no preguntará que es la eternidad, aunque sepa que la ofenden, o que la venden sin piedad.
Tienes que tocar el fondo de tu herida y reconocerás la fuerza de la vida,
que te conducirá, lo sé, no te dejará marchar, no te dejará, ten fe.

Hasta dentro de la cárcel de esta enorme hipocresía,
y en los fríos hospitales de ese mal de nuestros días,
una fuerza te vigila, tu la reconocerás,
es la fuerza testaruda que hay en tí,
que sueña y no se va de tí.

 Es la voluntad más frágil e infinita, es nuestra dignidad, la fuerza de la vida.
Es nuestro amor, la fuerza de la vida, que no preguntará que es la eternidad,
porque siempre por nosotros luchará, y no nos dejará.

Tienes que tocar la llaga de tu herida, y reconocerás la fuerza de la vida.
La fuerza dentro de tí, la tienes que presentir y allí estará,
la fuerza de la vida, que te conducirá, lo sé, que susurra convencida lo importante que la vida es.

 

Abrazar nuevas causas puede servir para hacer otras opciones que le den novedad a la vida, para que use de otra manera mis talentos, mis carismas, para saber compartir mejor el dolor de los demás y comunicarnos a un nivel un poquito más superior. Y aunque estemos encerrados en nuestra pequeñez, hay frente a nosotros un amplio panorama que nos está invitando a entrar en él, a explorar cada rinconcito, cada curva, cada arroyito misterioso. Y aunque en mi mente no lo vea todo claro, aunque no entienda lo que está pasando o lo que pueda pasar en mi vida, otra fuerza interior a veces un poco oscura nos lleva a amar la vida y sus futuras manifestaciones. “la esperanza no falla porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.(Rom 5,5) Hagamos entonces en nuestro corazón esta súplica: “Tú que me recobras de las puertas de la muerte, ten piedad de mí Señor y mira mi aflicción para que yo cante todas tus alabanzas y me alegre con tu salvación” (salmo 9)

DEJA QUE TE GUÍE MI PALABRA Ricardo Montaner

Si tu existes, yo te hice, te pensé antes de nacer. Si tu vives a mi vera, no te faltará la abundad,
Ni a tus padres, ni a tus hijos, ni nación. Tengo siembra y cosecha, solo…
 
Deja que te guié mi palabra, Tengo mi reino de regalo y salvación de humanidad.
Yo tengo más, tengo gracia y gloria al que me siga Y vida eterna.
 
Si tu amas, si tu adoras, el amor ya lo inventé Si no llegas a la hora de mi rapto esperaré.
Si te impones en hacer tu voluntad Si no encuentras a quien dar tu carga.
 
Deja que te guié mi palabra, Tengo mi reino de regalo y salvación de humanidad.
Yo tengo más, tengo gracia y gloria al que me siga Y vida eterna.
 
3.    Adorar a Dios. ¡vaya motivo para levantarse! Es algo que mucho no sabemos ¿Por qué la adoración puede llevarnos a vivir felices? Tengamos en cuenta lo siguiente: hay una intensidad, una energía, un poder vital que se experimenta en el cuerpo cuando tenemos relaciones sexuales, o cuando sentimos la emoción de la velocidad, por solo dar dos ejemplos. Hay otra intensidad vital que experimenta el sistema nervioso cuando recibe el estímulo de los elogios, de las alabanzas. Hay otra intensidad vital que experimentan nuestros deseos interiores cuando conseguimos dinero o ganamos un premio. Pero la mayoría de las personas se pierde otra experiencia, otra intensidad de la vida, otra energía, otra fuerza maravillosa: se pierden un éxtasis mucho más intenso, un vértigo maravilloso, más total, más pleno. Se pierden la intensidad vital que cala hasta lo más hondo del alma. El lograr tener un verdadero encuentro con Dios.

Pero ¿cuándo se vive esta experiencia sublime? ¿cuándo el alma logra adorar? Dice el Salmo 27 “Una cosa le pido al Señor y la estoy buscando: vivir junto a El todos los días y gustar de su dulzura”. Y en el Salmo 36 leemos “¡qué precioso es tu amor! Por eso nos cobijamos a tu sombra, nos saciamos de la dulzura de tu casa y bebemos del torrente de tus delicias. En Ti está la fuente de la vida”. Hay un gozo que cala tan profundo que se filtra por todos lados, por todo nuestro ser, hace que todo se vea diferente, que nuestro futuro no nos de miedo, que no existan o no necesitemos tantas cosas para ser feliz. Es la experiencia de Dios. Es la experiencia que se obtiene cuando uno logra salir de uno mismo, cuando puede contemplar, adorar, alabar y admirar. Alguna vez tal vez hemos alzado los brazos y pensado por un momento solamente en la hermosura de Dios. Entrar como en otra dimensión, como si voláramos al espacio y alcanzáramos otros planetas. Entrar en el misterio de Dios es explorar un universo superior, lleno de luz, de otra paz, otra alegría. Como decía San Agustín, la experiencia de otro perfume, de otra voz, otros colores, otro tipo de abrazo que no se encuentra en ninguna criatura.

Muchas personas no tienen muchos deseos de vivir porque se resisten a dar espacio a esta experiencia de alabanza, y lamentablemente prefieren morirse poco a poco. Se encierran en su pequeño yo, en sus problemas, y no alcanzan a darse cuenta de que esta experiencia maravillosa se puede tener en cualquier circunstancia –cuando todo va bien y en medio de los problemas cotidianos-.

 

¿Estoy alimentando cada día la dimensión profunda de mi ser en el encuentro con Dios?

¿Realmente salgo de mi propio yo cuando rezo?

¿estoy pidiendo a Dios cada día la gracia de encontrarme verdaderamente con El?

MI ANHELO

Mi anhelo es gustar de día y noche de tu amor y la ternura de tu Espíritu, Señor

En tu presencia hay plenitud de gozo. En tu presencia, delicias a tu diestra

 

4.    La aventura de la unidad: decía Santo Tomás de Aquino que cuanto más unido es algo, más poderoso es. Hay un montón de personas que tiran para diferentes lados, y no logran nada. Sufren inútilmente. Si se ponen de acuerdo y tiran para el mismo lado, pueden arrastrar más de lo que imaginan y avanzan. Muchos arroyos separados –para dar una imagen- tienen poca fuerza. Pero si se unen formando un río pueden cambiarlo todo a su paso. Unirse a otro para hacer algo nuevo, para conseguir algo, es una experiencia vital, maravillosa. Es tonto privarse de este placer del espíritu creyendo equivocadamente que es mejor estar solo y tranquilo. Podrá ser más placentero durante cierto tiempo, pero después de este aislamiento, el egoísmo produce tedio, desgano, angustia. Y en esto hay algo misterioso: el hombre que sabe unirse a otros con amor y experimenta el gozo de compartir se libera de las tonterías de su alma, vive mejor, comunica la vida, descansa mejor y hasta trabaja mejor. El que se aísla tiende a enfermarse por dentro, pierde la energía vital, deja de encontrarle gusto a las cosas, se cansa rápidamente de todo. No padece tanto de enfermedades visibles sino que tiene estas enfermedades silenciosas que lo carcomen por dentro, que le quitan todo entusiasmo, todo deseo de luchar y de vivir. Por algo dice la Biblia en Eclesiástico 4 “mas valen dos que solo uno porque obtienen ganancia de sus esfuerzos y si se caen uno levanta al otro. Pero ¡ay del que solo se cae! Si se acuestan dos juntos se dan calor, pero el solo ¿cómo se calienta? Una soga de tres hilos es más difícil de romper que la de uno solo.” Además hay otro misterio: el hombre que opta por el amor consigue que todo lo que le suceda quede en las manos de Dios, y entiende que hasta los peores problemas terminan siendo para su bien. Lo contrario: el odio, rompe la relación con Dios y el que elige odiar queda condenado a la fatalidad del destino. Por eso tampoco puede esperar que Dios sane su cuerpo o su alma. En otra parte, nos dice la Palabra de Dios “El hombre vengativo sufrirá la venganza del Señor que llevará cuenta exacta de todos sus pecados”.

Hace falta un permanente ejercicio para ponerse en el lugar del otro, para ser empático, para captar su modo de expresarse, para descubrir sus motivaciones. En el camino de la unidad aparecen siempre nuevos desafíos y si no estamos atentos, esta frágil unidad se puede debilitar y puede lastimar. Por eso Pablo pedia insistentemente a las nuevas comunidades el tesoro de la unidad cuando decía “Hermanos: les pido insistentemente, por Cristo, por la atracción del amor, la comunión del espíritu y la compasión del corazón. Que colmen mi alegría teniendo un mismo sentir, un mismo amor y un mismo espíritu”

Para seguir meditando:

¿Qué esfuerzos podría aprovechar mejor uniéndome a otros?

¿estoy experimentando el placer de unirme a otro para luchar juntos por algo?

¿cómo puedo mejorar mi comunicación con las personas concretas que tengo cerca?

 
Me encontré esa flor y te la quiero regalar cortada del jardín de mi interior
Para que la cuides y la riegues por favor con gotitas de amor
 
Tiene unas espinas pero es lindo su color y uno que otro pétalo perdió
Le gustan los abrazos y bañarse bajo el sol con gotitas de amor
 
Tengo que decirte que te amo. Quiero que florezca nuestro amor
Y crezca esa florecita de tu mano en la tierrita de tu corazón
 
Esa macetita a mí me gusta pa´ mi flor. Contigo no le faltara calor
En ningún jardín habrá otra flor con más color y gotitas de amor