Cantos a la Cruz

viernes, 5 de septiembre de 2025

05/09/2025 – La cruz, signo de entrega y de victoria, ha sido fuente de inspiración para innumerables cantos que resuenan en la liturgia y en la vida cristiana. Cada melodía dedicada a la cruz busca expresar la paradoja de un instrumento de suplicio que se convirtió en árbol de vida y esperanza. Los himnos y oraciones que la Iglesia entona alrededor de este símbolo nos recuerdan que en la cruz no hay derrota, sino un amor más fuerte que la muerte. Por eso, cantar a la cruz es confesar fe, esperanza y gratitud.

El himno a la cruz ocupa un lugar privilegiado en la tradición de los fieles, porque pone en palabras lo que el corazón experimenta ante el misterio de Cristo crucificado. Sus versos suelen ser breves, repetitivos y profundos, capaces de llevarnos a la contemplación. Allí la cruz no es solo madera, sino signo del Dios que se abaja para levantar al hombre. Cada estrofa resalta la grandeza de un sacrificio que abrió camino a la redención. Cantar este himno es unirse al mismo canto de la Iglesia universal.

Los cantos a la cruz también son una escuela de oración. No son simples expresiones artísticas, sino plegarias que brotan de la fe del pueblo. Al entonarlos, la comunidad revive la pasión de Cristo, se siente acompañada en sus dolores y fortalecida en sus luchas. De esa manera, los cantos se transforman en puentes entre el sufrimiento humano y la esperanza cristiana. La música, con su fuerza evocadora, permite que la cruz se haga cercana y viva en cada corazón.

En estos días en que se acerca la fiesta de la Exaltación de la Cruz, los cantos adquieren un significado aún más profundo. La liturgia del 14 de septiembre invita a contemplar la cruz no como signo de oscuridad, sino como estandarte de victoria. Es el día en que la Iglesia proclama con fuerza que la salvación se dio en el madero bendito. Por eso, las celebraciones se llenan de himnos solemnes, de procesiones y de cantos que exaltan la gloria del Crucificado. La cruz se convierte así en motivo de alabanza.

Celebrar la Exaltación de la Cruz es también renovar la certeza de que el amor de Dios no tiene límites. Los himnos que entonamos nos recuerdan que en la cruz se revela la medida extrema de ese amor. Al cantar, la comunidad proclama que la vida triunfa sobre la muerte, y que todo sufrimiento tiene sentido a la luz del Calvario. Los cantos a la cruz, lejos de ser tristes, son cantos de esperanza. Ellos nos preparan para vivir con fe y confianza, sabiendo que en la cruz está nuestra salvación.

El padre Marcos Picaroni, miembro del Grupo Pueblo de Dios sostuvo «cada 14 de septiembre se conmemoran dos eventos históricos: el hallazgo de la verdadera cruz por Santa Elena en el siglo IIV y la dedicación de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. Esta fiesta ha quedado incorporada al calendario litúrgico y tiene una particularidad, la celebramos tanto en la Iglesia Católica como en las iglesias orientales, las iglesias ortodoxa. Así que s una festividad que es un vínculo así de comunión ecuménica con cristianos de otras regiones y sirve para recordar el sacrificio de Cristo en la cruz, su poder salvador, invitando a los fieles a reflexionar sobre el propio camino de fe».

Se puede acceder al micro completo en el reproductor de videos ubicado bajo el título.