¿Codicioso yo?

lunes, 18 de julio de 2022
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18/07/2022 – El padre Mateo Bautista, sacerdote camilo y especialista en pastoral del duelo, habló del pecado capital de la codicia. “Ya hemos hablado de la avaricia: la tendencia a ser egoísta, tacaño y de acaparar todo para uno mismo. Codicia y avaricia no son la misma cosa. Ya sabemos que la avaricia es el afán de poseer riquezas u otros bienes con la intención de atesorarlos para uno mismo mucho más allá de lo requerido para satisfacer las necesidades básicas y el bienestar personal. El avaro acumula, es tacaño, gasta lo menos posible y casi nunca comparte. El codicioso puede disfrutar de su riqueza, se la gasta y puede incluso compartirla”, sostuvo el consagrado que reside en Lima (Perú). Este es el desarrollo del tema:

¿Qué es el pecado capital llamado codicia?

Se denomina codicia el afán desmedido de una persona por tener riquezas y bienes.

Una persona que es codiciosa querrá tener más de lo necesario o merecido,

La palabra, como tal, proviene del latín cupiditia, que a su vez deriva de cupidĭtas, cupiditātis.

La codicia, en este sentido, implica un deseo vehemente de posesiones, bien sea materiales (riqueza, propiedades, bienes), bien sea inmateriales (estatus, poder, influencia).

La codicia, como la avaricia, es pecado capital, origen de muchos males, lo opuesto a virtudes como la generosidad, la solidaridad o el comedimiento.

La codicia ha sido uno de los peores males que ha padecido la humanidad.

Ha estado en el origen de toda explotación del hombre, de la esclavitud, del colonialismo, del abuso laboral.

El codicioso casi siempre se beneficia a costa del resto de la población

Además de relacionarse con comportamientos inmorales, de todo tipo.

Es causa de guerras, de corrupción, traiciones y delitos, estafas, robos, asesinatos y mentiras.

Personalidad del codicioso:

– Lo que más caracteriza al codicioso es un interés propio, un egoísmo que nunca se consigue satisfacer. Se ha dicho que la codicia es como el agua salada, pues cuanto más se bebe más sed da.

– Las personas codiciosas se identifican porque son egocéntricas.

– Son insaciables.

– No se regulan por los valores.

– Están arrastradas por el deseo de poseer para considerarse algo o alguien.

– Carcomidos por un corazón puramente materialistas

– Falta de absoluta empatía con los demás

– Nunca se sienten satisfechas con lo que tienen, que requieren satisfacer sus necesidades de forma inmediata.

– Viven en la más completa ansiedad por acaparar más y más.

– El codicioso no conoce fin.

– Resultan ser manipuladores.

– El codicioso ambiciona tener más de lo que necesita para vivir. De allí que pueda llevar a las personas a tener conductas al margen de la moralidad y la legalidad.

– Ausencia de espiritualidad (manipulador de la espiritualidad).

– Siempre insatisfechos.

– No conocen la paz.

– No son felices