¿Cómo reaccionamos ante la muerte de un ser querido?

lunes, 9 de marzo de 2015

velorio

09/03/2015 – La muerte de un ser querido es uno de los momentos más dolorosos que debemos atravesar los seres humanos. Muchas veces, cuando se trata de consolar o entender, no sabemos qué decir ni cómo. Para comprender un poco mejor las circunstancias de este misterio, del cual pocas veces se habla, el Padre Leandro Bonnin, vicario parroquial de Nuestra Señora de la Piedad de Paraná, en Entre Ríos, dejó algunos conceptos en diálogo con Radio María, en relación al significado de la muerte como una Pascua.

“El velatorio tiene una finalidad desde el punto de vista humano y afectivo. Por un lado, se consuela a la familia, y permite a quienes viven más lejos llegar a despedirse, pero la gran finalidad es dar gracias Dios por la vida del difunto, recordarlo y rezar por su eterno descanso. La iglesia invita a tratar de visibilizar el misterio de la muerte, como momento de encuentro de la persona con sí misma””, comentó el sacerdote.

Con respecto a quienes optan por no velar a sus seres queridos, expresó: “Las grandes urbes hacen difícil sostener algunas costumbres. El cortejo fúnebre se complica en las grandes ciudades, y los cementerios están cada vez más lejos de las ciudades. Pero estas cuestiones también revelan la dificultad del hombre de ver el fenómeno de la muerte. Este proceso de ocultamiento responde a cuestiones prácticas y a la ausencia de la trascendencia del sentido de la vida eterna”.

En lo que respecta al duelo y el sufrimiento por el fallecimiento de un ser querido, el padre Leandro calificó de “normal” a este dolor. “Jesucristo lloró ante la tumba de su amigo Lázaro. La fe no anula ese dolor, si lo alivia y permite darle un sentido trascendente. Hay que saber cuándo es conveniente hablar y cuándo callar. A veces sucede que cuando parte alguien decimos que <Dios se lo llevó porque lo necesitaba con él>. Personalmente, pienso que es una frase un poco hiriente para el ser querido”.

“A veces el silencio es una invitación a la reflexión personal. A veces sirve para consolar a otros recordar qué cosas nos ayudaron cuando nosotros perdimos a un ser querido, porque hay frases que en vez de ayudar incomodan. A veces un abrazo, un apretón de manos, una mano en la espalda, para el otro es enormemente importante. La presencia y algunos pequeños gestos suelen ser el modo más eficaz de manifestar el consuelo”, agregó.

Por último, Bonnin recordó que “la muerte, sepultura y resurrección es el centro de la fe cristiana, el elemento que da fundamento a la fe”, y afirmó: “El alma de la persona que se muere es inmortal e indestructible. La fe de la iglesia nos invita siempre a confiar”. Además, explicó que la cremación es permitida por la Iglesia, aunque se invita a la sepultura. “Para nosotros la muerte es Pascua. Desde la muerte y resurrección de Jesús nos acercamos a este misterio”.

 

 

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