Con fe caminamos hacia una patria nueva

martes, 15 de julio de 2008
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Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba. Por la fe, vivió como extranjero en la Tierra prometida, habitando en carpas, lo mismo que Isaac y Jacob, herederos con él de la misma promesa. Porque Abraham esperaba aquella ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. También la estéril Sara, por la fe, recibió el poder de concebir, a pesar de su edad avanzada, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar.

Todos ellos murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de lejos, reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Los que hablan así demuestran claramente que buscan una patria; y si hubieran pensado en aquella de la que habían salido, habrían tenido oportunidad de regresar. Pero aspiraban a una patria mejor, nada menos que la celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de llamarse “su Dios” y, de hecho, les ha preparado una ciudad.

Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, al heredero de las promesas, a aquél de quien se había anunciado: “De Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre”. Y lo ofreció porque pensaba que Dios tenía poder, aún para resucitar a los muertos. Por eso recuperó a su hijo, y esto fue como un símbolo”.

Hebreos 11, 8-19

¡Qué bella es la Palabra de Dios y qué providencial es Dios que nos habla a través de ella. Dios nos dice: salí hacia la tierra que te tengo prometida. El cielo nuevo y la tierra nueva está en medio de nosotros, es el Reino de Dios con los valores nuevos que confluyen en torno al anuncio del Evangelio y que Jesús viene a proponer para mostrarnos un estilo nuevo de vida, de hombres y mujeres nuevos para una sociedad nueva, fundada y fundamentada en lo que Pablo VI llamó la “clave de la caridad para una civilización”. Es justamente el valor de la caridad, vivido en la fe en Jesucristo, la que atrae como un imán todos los valores propuestos por Jesús: honestidad, solidaridad, transparencia, fraternidad, confianza, laboriosidad, preocupación por el bien común, etc.

Todos estos valores deben estar presentes en la nueva Argentina que aspiramos, en la nueva Nación que queremos construir. El don del amor es lo que nos va a permitir encontrar lo que estamos buscando.

Cuando Abraham sale de su tierra hacia la nueva patria, con la nueva descendencia, movido por la creencia, pero una creencia en un Dios del que él está locamente enamorado. No se va detrás de una idea, sino detrás de un amor. El amor sí moviliza. No las ideas. Dios no le está proponiendo una idea, sino que es Él mismo quien se le manifiesta. Ha tocado un lugar sensible en el corazón de Abraham: su infertilidad. Es ya un hombre grande, viejo, y no tiene descendencia. Dios va sobre este lugar de carencia de Abraham y le dice: “Mirá, Abraham, Yo te voy a dar lo que necesitás. Animate a caminar hacia donde Yo te mando, obedeceme.” Éste es el don de la fe que nosotros celebramos.

En el Catecismo de la Iglesia Católica, en el N° 144, dice “op audire”, lo que significa obedecer, someterse libremente a la palabra escuchada porque su verdad está garantizada por Dios, que es la VERDAD.

De esta obediencia, Abraham es el modelo que la Escritura nos propone y la Virgen María es la realización más perfecta de la misma.

Es Ella la que está gestando una patria nueva y nosotros, entre varios lugares, hemos encontrado éste, esta hermosa radio que hacemos juntos, precedida por Ella, embarazada de una nueva nación.

En la Carta a los Hebreos, en el gran elogio de la fe de los antepasados, se insiste particularmente en la persona de Abraham. “Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba”

¿Cómo se puede salir sin saber a dónde se va? ¿Es que acaso uno está loco? En la Radio, ¿estamos locos haciendo las cosas que vamos haciendo? ¿O hay algo que nos va haciendo ver, en medio de la noche, que hay algo más por delante y que por eso nos tenemos que animar a caminar?

Éste es el mensaje de la fe: el que camina sin saber a dónde va, no va porque si, sino porque sabe que hay Alguien que lo guía, ve algo que los otros no son capaces de ver. Y cuando una persona no tiene la capacidad de ver, se vale de los otros sentidos, particularmente del oído para caminar. Justamente es el oído el instrumento del que Dios se vale para hacernos crecer en la fe.

Op audire = obedecer en la fe, someternos a lo que Dios nos dice, escuchando con atención qué es lo que Dios nos está queriendo decir.

“Escucha, escucha Israel”. Es el clamor que brota del corazón de Dios. “Escúchenme, no endurezcan su corazón”.

Abrámonos a la escucha de este Dios que habla en el hermano, en la Palabra, en la naturaleza, en la música. Habla al corazón, a través de la oración. Clama en nosotros con gemidos inefables por la obra del Espíritu que dice “Abba”, Padre, Papá. Porque sabe Dios que hemos quedado como huérfanos y por ello justamente es la paternidad de Dios la que viene a nuestro encuentro para sacarnos del doloroso lugar de orfandad en que nos encontramos.

Es todo el cometido de Jesús cuando anuncia la buena noticia. La palabra padre está muy vinculada a la palabra patria. El que preside la patria es el padre.

Y cuando Jesús invita a caminar hacia la nueva patria, lo hace invitándonos a caminar bajo la figura del padre, de un padre que nos hace a todos hermanos. Un padre que necesita de una madre. En este sentido nosotros sentimos hondamente el llamado a colaborar con Dios que quiere hacer de nuestra patria una patria suya, una patria de hermanos. Ésta es nuestra razón de ser, el motivo y el sentido por el cual la Radio aparece en este tiempo.

Realmente se está gestando una patria nueva. Es decir: estamos caminando como Abraham, saliendo de una patria y yendo a otra patria. Y para lograrlo, debemos “op audire”, debemos someternos al decir de Dios, tener un oído nuevo.

Si no vemos con claridad hacia dónde somos conducidos, intentemos entenderlo a partir de lo que escuchamos.

Tenemos que escuchar y escucharnos. Porque Dios nos habla en el hermano. Dios se nos comunica y está en medio de nosotros. Hay algo más importante que el consenso. Es la concordia, que se da cuando el corazón de uno está en comunión con el otro. Corazones unidos en un mismo sentido.

La concordia viene de una presencia en medio nuestro, que es la que nos permite estar en honda comunión.

Aquélla maravilla que muchos hermanos encontraron en el camino de la renovación eclesial. Chiara Luwig, entre ellos. Y fundamentalmente el padre Lombardi, que a mi modo de ver ha sido el que ha elaborado esta teología de la concordia, por la presencia misteriosa de Jesús en medio nuestro. A punto tal que en la doctrina de la gracia, en la materia de “Gracia” que él dictaba en la universidad Gregoriana, incluyó este modo de presencia -que es evangélico (“donde dos o más se reúnan en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”). Lo incluyó como una parte a trabajar en el pensamiento teológico y después lo acompañó durante todo el tiempo de la gestación, creación y proyección del Movimiento para un Mundo Mejor, en el que éste es un punto clave. Jesús en medio. Lo mismo que lo es en el Movimiento de los Focolares. Justamente la posibilidad de diálogo que este movimiento ofrece, está de la mano de esta conciencia de que nos escuchamos porque Lo escuchamos. Nos escuchamos porque nos queremos bien, porque Jesús está entre nosotros y habla a través nuestro. Y eso implica apertura, un ida y vuelta, participar de una misma gracia, compartir. Eso es concordia. Y justamente es desde este lugar de concordia donde tenemos que buscar la forma de seguir creciendo. Caminemos como Abraham, guiados por un oído que se abre a escuchar y a recibir la presencia de Jesús que está en medio nuestro.