19/03/2021 – En el ciclo “Aire fresco y brisa suave” fray José Guirado habló de los lenguajes que usamos y de las luchas valóricas de las que participamos. “Con la figura literaria del Quijote de la Mancha embistiendo a los molinos de viento nos introducimos en este espacio de reflexión espiritual para este tiempo de pandemia. La auténtica espiritualidad nos conecta con las cuestiones existenciales que vivimos, con lo que nos pasa. A veces el mundo no entiende nuestro lenguaje espiritual, quizás le falta una actualización. Lo del Quijote que lucha contra los molinos de viento nos habla de nuestras luchas contra fantasmas, contra proyecciones propias. A veces es bueno preguntarnos: ¿Contra qué molinos de viento estás luchando? ¿Por qué vivís la vida como una lucha? Todo lo que nos pasa es una proyección de lo que llevamos dentro, lo que está en nuestro interior. Proyectamos lo mejor y lo peor que está en nuestro corazón”, indicó Pepe.
“A veces en estas luchas infructuosas se van tus energías vitales. Hay una lucha genuina, cuando hay un deseo y para realizarlo ponemos las mejores fuerzas. Pero a veces luchamos contra aquello que vivimos como una amenaza en la vida. Hoy vivimos verdaderas luchas lingüísticas, en las redes se usa un lenguaje casi combativo y es posible que nos mezclemos en medio de eso. Reaccionamos casi como una lógica compulsiva, tenemos niveles altos de reactividad. Ante un hecho público y sin mediar una escucha se desatan reacciones y compulsiones sobre eso. Tenés que poder escuchar la realidad como es para poder verla, porque en ella se está manifestando lo mejor que la vida tiene. Cada ser humano tiene una bondad original que debe primar sobre la desconfianza original de no ser amado”, destacó.
“Tenemos que observar esa cosa reactiva que tenemos en nuestra sociedad, en los medios de comunicación, en la política y en la calle. Hay mucha violencia verbal, hay mucha descalificación hacia los otros, tal vez para tener un sentimiento momentáneo de superioridad. Cuando estoy discutiendo una idea o hasta hablando de un partido de fútbol o de básquet, o de temas políticos, o cuestiones religiosas, está bueno que puedas darte cuenta de estas cosas. Esto para poder vivir una espiritualidad holística y encarnada, cristiana. Debemos buscar los mecanismos viciosos que nos enriedan en ideologías que nos atan, busquemos no ser miopes. Una de esos mecanismos es la reactividad compulsiva y también la opinología. Esto va tiñendo nuestro lenguaje, el de las palabras y el corporal. Nos falta la pausa para encontrarnos con el hermano”, dijo Guirado.
“Tenemos que pensar si caemos en la curiosidad morbosa, porque esa mirada es superflua. Como en el caso de la pequeña niña Maia que esta semana fue raptada. O en noticias de la intimidad de famosos. Cuando caemos en la morbosidad de la información de ciertos medios de comunicación. Pero no hacemos una mirada profunda, de pensar, sufrir y rezar sobre cuántos niños hay hoy en Argentina en la calle. El ser humano es un ser en lucha, por la justicia, por la paz, por la verdad. Tenemos que tener ese vigor por esas luchas. Por eso hermaná la lucha con la capacidad de hacer. No se trata de luchar por luchar. A veces detrás de eso hay venganza o descalificación del otro. Si no le ponemos luz a esos círculos viciosos no vamos a poder luchar por espacios genuinos de bien. El lenguaje tenemos que evangelizarlo, tenemos que limpiarlo, porque muchas veces nos quita vida en lo vincular. Hay lenguajes que están llamados a ser creadores y creativos, a ser sanadores. Desactivá las luchas innecesarias. Las buenas causas no justifican cualquier tipo de medios o cualquier tipo de lenguajes. Es bueno que nos planteemos esto. Lo que nos saca la paz es entrar en un yo herido y no salir de ahí”, sostuvo fray Pepe.
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