¿Cuál es el camino para reconstruir los vínculos? – María Cecilia Jaurrieta

lunes, 1 de octubre de 2018
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01/10/2018 – “La fraternidad, hace posible la reconstrucción de vínculos”, reflexionó María Cecilia Jaurrieta, miembro de la Orden Franciscana, quien actualmente preside la fraternidad Santa Margarita de Cortona perteneciente a la Comisaría de Tierra Santa Convento Nuestra Señora de la Merced de Sión. Ha sido designada para el Servicio de Formación de la Región Santa María de los Buenos Aires.Seglar.

Relató que “Francisco poco tiempo antes de morir, escribe en su testamento: <El Señor me dio hermanos>. Esta frase cortita -indicó María Cecilia- nos enseña que todo viene de Dios. Francisco reconoce que todo nos lo da Dios, entre esas cosas, los hermanos, esos tan queridos hermanos, y a veces algunos no tan simpáticos, o tan afines, pero al fin y al cabo, son todos dones de Dios”.

Continuó diciendo que “La gran intuición que tuvo Francisco, es comparar el amor de hermano con el amor de madre. Pidió que los hermanos se amen y se cuiden como una madre cuida a sus hijos, esto de alguna manera, es una síntesis bastante difícil de lograr”, resaltó. Porque él dice en la primer regla: <Y donde quiera que estén y se encuentren los hermanos, trátense mutuamente con familiaridad y manifiesten confiadamente el uno al otro su necesidad>.

En este sentido, dijo que “Francisco nos invita a reparar el tejido social roto, aconseja actuar con misericordia. Él decía: Si no lo puedo amar en plenitud a mi hermano, por lo menos tenemos que buscar no hacerle el mal”, recordó.

“La espiritualidad franciscana no se detiene en estar en contra de nada, la espiritualidad franciscana es construir siempre. Poner el bien antes de luchar contra el mal. Si uno pone cortesía, crea una atmósfera de paz, la que viene de la cultura del encuentro”, acertó.

Por consiguiente, expresó que “San Francisco, en cada época tiene mucho que dar, y en este tiempo donde muchos han perdido los vínculos, nos dice que hay que cultivar el amor desinteresado, que sana y salva”, explicó María Cecilia.

A modo de conclusión, dijo que “La Iglesia está llamada a ser como Jesús, a sanar heridas”.