15/12/2021 – En el ciclo “Renacer a la esperanza”, el abogado y escritor Carlos Barrio y Lipperheide reflexionó sobre la alegría dado que es la primera palabra que Dios le dirige al Maria. “El domingo pasado tuvimos la fiesta de la alegría en la liturgia de Adviento. Parece fácil hablar de la alegría pero no lo es porque vivimos en un mundo que hoy siente dolor. Pero no podemos negar la alegría que hay en el mundo, que es la que reconoce el ángel Gabriel cuando saluda a la Virgen María en el nuevo testamento en el relato de la Anunciación. Todo esto lo traemos porque estamos hablando de la oración del Ángelus, que es toda alegría. El primer big bang dicen los científicos expandió el universo. Y este “alégrate” del ángel Gabriel es un segundo big bang que no lleva a la vida, al nacimiento de Jesús”, sostuvo Carlos.
“Según la encuestadora Gallup, el 85 por ciento de los trabajadores del mundo no se siente satisfecha en su ámbito laboral, lo que denota una gran tristeza y soledad en el trabajo, por ejemplo. La soledad es algo que tenemos que trabajar, asociado a la insatisfacción que muchas personas que tienen. Por eso la Navidad que se avecina es una luz de esperanza para la humanidad. Es buscarle sentido a la vida. Tenemos que encontrar caminos que vengan de Dios hacia el hombre y también hacer caminos que vayan de la humanidad al Creador”, agregó Barrio.
“Por todo esto propongo estas tres preguntas: ¿Qué actividad me dan vitalidad? ¿Qué puedo hacer para encontrar mas vitalidad en el trabajo? ¿Cómo puedo hacer para ser más creativo? No existe el trabajo perfecto, sino que tenés que analizar qué podes aportar a ese trabajo para ser una persona alegre y feliz. Cuando te acercás más a quien sos, cuanto más te descubrís, más te estarás acercando a Dios”, dijo el especialista. “El papa Francisco enseña en la exhortación apostólica Evangelii Gudium que el tiempo, ampliamente considerado, hace referencia a la plenitud como expresión del horizonte que se nos abre y al momento que es expresión del límite que se vive en un espacio acotado. Es decir, hay un tiempo-plenitud y un tiempo-momento. Estamos llamados a vivir en la eternidad. Podemos preguntarnos cómo sería la vida sin eternidad…. Y sería un gran vacío”, añadió.
Finalmente, Carlos compartió esta oración:
María, Madre de la compañía y el encuentro. Calidez y cobijo de los desamparados … de aquellos que están solos, tristes … encarcelados … o enfermos y han perdido la esperanza y la alegría.
¡Ven a nosotros! ¡Llénanos con tu presencia, que cambia el agua en vino de fiesta! Transforma nuestro hogar y lugares de trabajo, nuestras miradas y actitudes, acercando las manos, rompiendo distancias y desconfianzas.
Que nos animemos a darnos sin reservas… a salir de nosotros y arriesgarnos… a suspender nuestras agendas… llegando a quienes nos interpelan con sus necesidades…
Sé que un mundo nuevo es posible y que el amor nos transforma. Amén.
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