01/11/17 – En la entrega de esta semana del especial para matrimonios desde el Magisterio de la Iglesia, el P. Javier desde la Exhortación apostólica “Amoris Laetitia” del Papa Francisco propuso: “Ella y él, cuando el otro despierta lo mejor que hay en mi”.
El P. Javier planteó que en el camino del perdón y de la reconciliación es necesario justificar al otro, poner la mirada en lo positivo que el otro trae y correr la mirada de lo negativo que pudiera obstaculizar la relación.
“Somos frágiles, estamos heridos por el pecado, en cada uno de nosotros la herida es diferente, por eso debemos ser misericordiosos. Cuando en la relación matrimonial lo que prima es el amor y la misericordia, el defecto del otro no me pesa porque es mi hermano, es con quien tengo el primer vinculo fraterno, aquel donde Jesús vino a fundar la comunión de la eclesialidad” dijo el P. Javier hablando sobre la construcción del matrimonio, que se hace con lo que cada uno tiene para ofrecer.
“Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, guardan silencio para no dañar su imagen” comentó.
Dice la Exhortacion Amoris Laetitia que “El otro no es sólo eso que a mí me molesta. Es mucho más que eso. Por la misma razón, no le exijo que su amor sea perfecto para valorarlo. Me ama como es y como puede, con sus límites, pero que su amor sea imperfecto no significa que sea falso o que no sea real. Es real, pero limitado y terreno. El amor convive con la imperfección, la disculpa, y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado”.
El P Javier agregó que “es clave en el vinculo fraterno conyugal el valor de la empatía. Uno puede perdonar, misericordiar y ser misericordiado, cuando se tiene un vinculo empático”. Eso se da, explicó, cuando tu lugar de pertenencia no me resulta extraño, me resulta amable porque te amo, me resulta querible porque te quiero, porque venís con eso, no sos nacido de un repollo, formás parte de esa historia. Si yo no me meto en el zapato del otro, si por no pertenecer a mí me resulta extraño, es muy difícil que se establezca el vínculo de comunión, que lleguemos a ser una sola carne, porque si no te tomo como sos, si no me tomas como soy, somos dos extraños.
“La empatía da esa posibilidad donde el contexto de pertenencia al otro me resulta familiar, sólo porque amo a esa persona, como es, no como quisiera que fuera. Ahí es donde el amor se hace milagro porque yo no tengo la posibilidad de cambiar las cosas, pero tengo la posibilidad de amar y hacer redimible esa historia a partir de hacerla mía, y lo mismo espero que haga el otro, cargarla.”
El amor lo soporta todo, dice la carta a los Corintios, de eso se trata: la gracia de permanecer firmes incluso en un ambiente hostil. El amor es mas fuerte que la muerte.
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