Cuidar a los niños, cuidar a nuestro niño interior

martes, 12 de agosto de 2014
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12/08/2014 – Junto a la Doña Jovita, la abuela de Traslasierras, el Padre Javier Soteras reflexionó en torno a los niños y la necesidad de cuidar la infancia y dejarnos enseñar por los más chicos de la familia.

Doña Jovita en la Catequesis

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”.Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellosy dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.

Mt 18,1-5

Los niños viven el presente en plenitud, y nada más. Los niños tienen esa capacidad de entrar en sintonía con el eterno presente de un Dios que salva aquí y ahora. La viven con intensidad propio de quien vive en el amor cada segundo.

Van Thuan nos ha dejado un testimonio desde su prisión de cómo vivir el momento presente en su libro “5 panes y 2 pescados”*:

Esa noche, en el trayecto de una carretera de 450 km, que me llevó al lugar de mi residencia obligatoria, me venían a la mente muchos pensamientos confusos: tristeza, abandono, cansancio, después de tres meses de tensiones… Pero en mi mente surgió claramente una palabra que dispersó toda la oscuridad, la palabra que monseñor John Walsh, obispo misionero en China, pronunció cuando fue liberado después de doce años de cautiverio: «He pasado la mitad de mi vida esperando». Es verdaderísimo: todos los prisioneros, incluido yo mismo, esperan cada minuto su liberación. Pero después decidí: «Yo no esperaré. Voy a vivir el momento presente, colmándolo de amor».

Nena1

Los niños tienen la posibilidad de vivir al límite y terminan el día exaustos: se les acaba la pila cuando se acaba el día, porque el día está para ser vivído en plenitud. El derecho de los niños son los que queremos poner en el centro en esta catequesis. Y quizás recuperemos algo de lo que perdimos cuando la vida nos arrebató la alegría, el gozo, la frescura, el sentir que estamos vivos y que los niños lo hacen connaturalmente suyos.

Es increíble, cuando un niño se enferma o cuando mueren rápidamente, decimos “¿cómo este niño nos ha enseñado tanto en tan pocos años o quizás meses?”. Nosotros adultos, llamados a educarlos, somos educados por ellos. “Si ustedes no se hacen como niños no entrarán en el reino de los cielos” dice Jesús en el evangelio de hoy, como diciendo “si no se hacen como niños no van a entender nada”.

A través de diferentes versos y canciones de Doña Jovita, la abuela nos condujo a concluír que amar a un niño es sencillamente vivir como Dios quiere que vivamos, abranzando lo pequeño en donde se esconde lo grande.

Padre Javier Soteras

*Cardenal Fco. Xavier Nguyen Van Thuan, “5 panes y 2 pescados”