“Dejar que la caridad sea lo primero”, padre Fernando Cervera

lunes, 1 de julio de 2019
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01/07/19 – El sacerdote jesuita Fernando Cervera, continuó compartiendo su reflexión en torno a la Bienaventuranza de Jesús: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra en herencia.”

“La mansedumbre es el reflejo de todas las bienaventuranzas: reúne características de todas, pero sobre todo va unida íntimamente con la humildad”, comenzó diciendo el padre Fernando.

“La serenidad-dijo el padre Cervera-es el fruto de dónde esta ubicado el corazón, no de lo que sucede afuera, sino el fruto de la actitud fundamental en la que él está parado para hacer las cosas” y para ilustrar este pensamiento compartió una historia:

‘Había dos monjes caminando por el campo en Japón, yendo a cruzar el río. De repente aparece una señorita dudando si cruzar o no, para no ensuciarse el vestido. Entonces, uno de los monjes se ofrece a cargarla en brazos y cruzarla al otro lado. La señorita acepta y la cruza. Ambos monjes siguen caminando y uno de ellos caminaba con actitud ofuscada. Entonces, el que cruzó a la señorita, le dice “¿Te pasa algo?”. El otro le responde que le pareció indiscreta la actitud de ofrecerse para cruzar una señorita en brazos. Entonces el primero le responde:  “pero ¿vos la traes todavía? Yo ya la dejé al otro lado del río” y siguió caminando en silencio.

A veces las agitaciones, las ansiedades, las broncas, lo que todavía sigue funcionando en nuestro corazón, son las cosas de las que nos ocupamos, cuando en realidad la intención, por ejemplo en el cuentito era ayudar a alguien”, señaló el sacerdote jesuita.

Importancia de la oración

El padre Fernando dijo que “la serenidad, el apaciguamiento, la paz interior brota del gusto por las cosas espirituales, donde uno siente esta cercanía, el amor de Dios. Sin la centralidad de la oración, sin la contemplación silenciosa, sin la meditación, es difícil centrarse. Hacer silencio es callar las agitaciones dejando que la compañía, la presencia de Dios entre en nosotros, calle nuestra ansiedad.”

“Jesús es el claro ejemplo de la mansedumbre, en el despliegue de la Pasión, por ejemplo, no solo que Jesús no devuelve la agresión, sino que devuelve bien por mal, porque la agresión impide el privilegio de servir, el privilegio de ver que lo importante no es prevalecer, o tener la verdad o la razón, sino que el otro acceda, que el otro pueda tener la oportunidad de cambiar.Dejar que la caridad sea primero es realmente vivir el Evangelio.”

Junto al padre Fernando Cervera, sacerdote jesuita, seguimos recorriendo la Bienaventuranza "Felices los mansos porque…

Posted by Radio María Argentina on Tuesday, June 25, 2019

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