Del automaltrato a la autoestima

miércoles, 23 de mayo de 2012
 

EL TÉMPANO Juan Carlos Baglietto

A veces, cuando pienso que todo esta perdido, voy hacia una de las formas de la muerte,

me pego un tiro con una palabra que alguna vez me fue tan transparente.

Y en la ternura del agua que corre te recuerdo en la llegada de unos trenes,

sales de los mares, curvas de los puertos, con mujeres descalzas en el verde.

Voy hacia el fuego como la mariposa, y no hay rima que rime con vivir…

no te pares, no te mates, solo es una forma mas de demorarse.

Y en las tardes tranquilas, cuando extraño todo, pienso que todo no es lo que perdi;

una rosa de fe, aun a costa de perder, se pierde pero se gana.

La lucha es de igual a igual contra uno mismo, y eso es ganar!

No te pares, no te mates, solo es una forma mas de demorarse.

Recuerdo la quietud de la tierra, la quietud estaba adentro;

se cree mas en los milagros a la hora del entierro.

Ese hombre trabajo, quien escribirá su historia?

La cal reseca, la viuda que sueña, los amigos que siguen igual,

la gloria en zapatillas, el florero vacío, quien sabe si se puso a pensar; para que vivo?

Vivo para no perder!.

Voy hacia el fuego como la mariposa, y no hay rima que rime con vivir.

No te pares, no te mates, solo es una forma mas de demorarse…

 

 

 “Hay heridas de la dignidad humana que no siempre vienen de los demás y que muchas veces casi sin darse cuenta uno, puede ser su propio victimario” . Lia Lerner “Del auto-maltrato a la autoestima”

 

L.L: Hace mucho tiempo estoy pensando qué puedo proponer y desde dónde puedo proponer a la gente una opción de vivir mejor. Me parece que la cultura ha ido deformando las pautas de vida que nos pueden servir para vivir mejor, y quiero que cada uno vuelva a su centro interior y busque en sí mismo todos aquellos recursos que seguramente por razones culturales no los usa. Creo que toda persona es un ser posible y que tiene que encontrar la posibilidad de desarrollar esa potencialidad.

   Ocuparme de lo que le pasa al otro me sirvió también para ocuparme de lo que me pasa a mi. Porque estoy convencida que uno se cura cuando cura, y aprende cuando enseña. Fui dándome cuenta de que uno de los mayores problemas que las personas tienen, tienen que ver muchas veces con su estima, y esa estima depende muchísimo de la imagen en espejo que devuelven los demás. Como eso nos vuelve muy dependientes, quise mostrar a través de este libro que tal vez la autoestima tenga una mirada mas para adentro que para afuera, y que uno puede llegar a ser su propio espejo. Atenta un poco a las patologías es que pensé en el auto maltrato en la gente que siempre busca a los culpables afuera en vez de buscar las motivaciones adentro.

 

VLF: En la primera parte de tu libro hablas de que la salud depende de la armonización de tres elementos. ¿cómo defines la salud humana y cuáles son esos tres elementos

L.L.: el ser humano: cuerpo-mente-alma. Una de esas tres dimensiones ha sido trabajada solo desde las religiones y tenemos que trabajarla también desde la vida cotidiana.

 

VLF: Vos hablas de la armonización entre el debo, quiero y puedo. ¿en qué consiste esta armonización?

L.L: Uno tiene que entender la conducta humana desde el contexto histórico, cultural, social. Durante mucho tiempo predominó la ideología del “debo”: no se hacían las cosas porque uno elegía sino porque debía hacerlas (por donde uno quisiera verlo –figura paterna, superyó-). La vida era correcta en la medida en que uno hacía lo que debía. Pero también el nivel de exigencias era hacer no solo lo que se puede sino más de lo que se puede. Y había gente que por esta exigencia de hacer más de lo que se puede se enfermaba. Entonces comprendí que había que buscar una prueba armonizante que diera lugar al debo y al puedo, pero que también incluyera el quiero. Cuando uno hace solo lo que debe, generalmente es un sobre-adaptado, y un sobre-adaptado no cambia el mundo. Simplemente se somete a él. Si se hace solo lo que se quiere, se será un in-adaptado, porque la sociedad tiene sus reglas, porque la familia tiene su ordenamiento, y no siempre se puede hacer lo que se quiere. Y si uno hace solo lo que puede será un ser limitado. Creo que siempre hay que hacer un pasito más adelante del que uno cree que puede, porque siempre puede un poco más.

 

VLF: ¿cómo hacemos para preservar la salud?

L.L: Imagino que no hay una regla universal. Si creo que hay como ‘medidas higiénicas’ para preservar la salud. Y tal vez, entendiendo lo que es la auto-estima, y entendiendo y advirtiendo cuándo uno está haciendo un auto-maltrato, hay una posibilidad de transitar la vida con más hidalguía, dignidad, armonización y salud. Para eso es muy importante empezar a equilibrar el nosotros con el yo. A nosotros nos enseñaron siempre que ‘primero el otro y después uno’, y que cuando uno habla en primera persona es un egoísta o un narcisista. Yo estoy convencida de que lo que no hago para mí y por mí tampoco puedo hacerlo por y para los otros. Creo que nos han retrasado el valor que tiene el YO , que es lo único que tenemos. Lo demás son transeúntes en nuestra vida: entran y salen de acuerdo a sus propias necesidades, a veces contemplan las nuestras, pero en realidad los destinos son individuales. Individuales en un grupo, pero son individuales. Lo que me duele a mí, difícilmente le pueda doler en la misma dimensión al otro. Lo que me place a mi es muy posible que no le produzca el mismo placer al otro. Y es desde ahí: desde el volver a restaurar el valor del yo para que podamos insertarnos en un nosotros más armonioso.

 

VLF: ¿cómo definiríamos al auto-maltrato y a la auto-estima?

L.L: Creo que hay que educar a las personas para quitarles el prejuicio de que si se ocupan de sí mismas eso es egoísmo, es negativo. Creo que si uno trae luz, se ilumina su entorno. Si uno trae oscuridad se oscurecen los demás. Es muy importante que uno ordene su mundo interior, que uno sepa lo que quiere, que sepa hasta dónde puede, que sepa lo que está dispuesto a cumplir porque debe, y de alguna manera va a poder entender lo que puede, quiere y debe el otro. Creo que es importante aprender a ‘mirarse al espejo externo’ que nos devuelva una mirada para el espejo interno. Podemos llamar auto-valoración, auto-análisis o de otras maneras. Pero creo que con las pautas tradicionales, lo mas extraño a nosotros somos nosotros mismos.

                Creo que uno mira un espejo en función a la mirada de los demás. Por eso hay gente que no sabe quién es, que no puede responder a la pregunta ¿quién es? O ¿qué quiero?, sino que siempre habla en función a un tercero. El espejo es la oportunidad para que uno se pregunte a sí mismo quién es, qué quiere, qué le falta, qué tiene. Empecemos a sumar lo que tenemos, lo que somos, lo que sentimos, y dejemos de restar. Siempre estamos más dispuestos a quejarnos de lo que nos falta que a agradecer por lo que tenemos. Siempre nos va a faltar algo, pero tenemos que aprender a gozar de lo que tenemos. Y cuando digo ‘tenemos’ en realidad pienso en lo que ‘somos’. Lo que tenemos es lo que somos: si tenemos buenos vínculos, amor de la gente, paz interior, esas cosas no tienen un sentido material sino espiritual

 

VLF: No hay que confundir auto-estima con auto-suficiencia, con auto-autonomía y con auto-afirmación. Cuál sería el concepto de cada uno de estos términos?

L.L: La auto-estima le permite al yo valorizar lo que cada uno piensa y siente por sí mismo. Todo lo demás está referido a otro. El yo está formado por todas las identificaciones que uno va teniendo a lo largo de la vida. La estima que uno tiene va formándose de las palabras que van recibiéndose de los demás. Si a una persona poco dotada físicamente los padres le dicen por ejemplo ‘vas a ser una modelo’ etc etc. Eso va a formar una falsa autoestima porque el espejo de los demás le va a devolver su verdadera imagen. Si los padres dicen ‘nunca vas a llegar a ser nada, sos un inútil, un incapaz…’ es posible que aunque potencialmente tenga capacidades no las use porque está signado por las palabras de figuras tan importantes como los padres. A medida que uno va viviendo y siendo, va aprendiendo a espejarse en sí mismo. Yo me encuentro con personas que dicen ‘mi marido me deja…’, ‘a mi marido no le gusta que yo no esté en casa cuando él viene’. Ahí todavía no hay una buena estima: hay una relación de dependencia y de sometimiento al deseo y a la voluntad del otro. Uno puede conciliar, comprender, armonizar con el deseo del otro. Pero nunca a costa de sí. Por eso siempre he pensado y lo digo: para mí, la ‘abnegación’ es la ‘doble negación de sí mismo. Es una aspiración de las religiones. Es una aspiración de la santidad, pero no de la vida cotidiana

 

CONFESIONES FRENTE AL ESPEJO Alejandro lerner
Dime lo que pasa en tu corazón, dime donde duele, donde se rompió,
Como sucedió,Dímelo
 
Dime si ha cambiado,Tu imaginación Tu sueño anhelado, El sonido de tu voz,
Dime si cambio…Dímelo
 
Dime si serás el mismo hasta mañana, Dime si será lo mismo el día de hoy, si…
Dime si en cada respuesta hay una pregunta interior,
Dime si ese que me mira, sigo siendo yo
 
Dime lo que pasa en tu corazón. Dime lo que falta, donde se perdió
Como sucedió…Dímelo
 
VLF: ¿es auto-maltrato postergar un deseo que se puede cumplir?

L.L: creo que la vida es armonizar los contrarios. Una vida que esté solamente al servicio del placer es una vida incompleta, como también lo es la vida que está solo al servicio del dolor porque no da lugar al desarrollo, no da lugar a ver cuáles son las potencialidades de cada uno porque se pierde mucho tiempo en curar las heridas. Creo que es importante armonizar el placer con el esfuerzo, y encontrar cuál es la verdadera fuente de placer. Hay para quienes el placer es el juego o la droga: ahí confunden placer con auto-maltrato. El placer tiene que ser siempre una construcción, un aporte para enriquecer al yo, y al mismo tiempo una opción para compartir con otros. Creo que uno, históricamente, va cambiando sus fuentes de placer. En algún momento y en alguna etapa de la vida quizá el placer venga del estar con otros, en otros momentos será una fuente de placer estar con uno mismo. Y la fuente de placer de estar con uno mismo no niega el placer de estar con los demás. Y cuando uno tiene realmente posibilidades, tiene deseos muy claros, fuentes de placer muy delimitadas, etc, y no las aprovecha, no las usa, se las niega, sea por razones circunstanciales o ideológicas, siempre piensa que hay que hacer las cosas con esfuerzo. A pesar de que hoy vivimos en una época donde se privilegia el placer –sea constructivo o autodestructivo-, todavía se piensa en la importancia del deber. Y yo creo que donde no hay armonía no hay salud. Debe haber placer, debe haber deber, debe haber dolor. Para que podamos gozar de un aspecto de la vida está siempre latente el otro. Para poder encontrar la luz debemos reconocer la oscuridad.

 

VLF: ¿cuáles son los placeres destructivos?

L.L: Los que no enriquecen al yo: las relaciones tóxicas, el no cuidado del cuerpo y del alma, drogas, alcohol, sexo indiscriminado

 

VLF: ¿qué papel desarrolla la culpa cuando quiero cumplir un deseo o cuando siento placer en diferentes ámbitos?

L.L: Creo que las personas que eligen o están condicionadas a elegir placeres auto-destructivos, no tienen culpa. Generalmente tienen algún componente psicopático que no les permite discriminar lo que está bien de lo que está mal. Por ejemplo: una persona que tiene un falso concepto de la generosidad y considera que la generosidad es desposeerse al punto de llegar al límite de la pobreza total: si es un ideal de santidad es respetable, es una elección de vida. Pero si es un falso sentido de lo que es la generosidad, que no incluye la preservación personal, ya es un síntoma.

Es también auto-maltrato reemplazar el deseo de uno por la satisfacción de los deseos de los demás.

Es importante tener una concepción desde dónde miramos la vida, y siempre la vida la miramos desde una serie de conceptos mas o menos conscientes, pero todos tenemos una filosofía de la vida. En este momento estamos queriendo que el concepto de ‘ser’ reemplace el de ‘hacer’ y ‘tener’, que fueron las dos propuestas culturales que hemos tenido hasta ahora. Se ha descuidado muchísimo el ‘ser’, que es la esencia de la existencia.

La terapia sirve entre otras cosas, para ser espejo de sí mismo: ayuda a que uno pueda llegar a volverse a sí mismo, porque si no está muy perdido en el nosotros. Para mí la vida entera tiene que ser estética y la estética siempre propone la divina proporción. Entonces: ni mucho YO, ni poco YO, ni demasiado NOSOTROS. La terapia comienza cuando el consultorio se vacía de os otros. Porque el paciente llega con las personas que la hacen sufrir, con las que tienen la culpa del malestar de uno. Cuando uno empieza a mirarse a sí mismo, empieza la terapia.

 

VLF: Hay personas que cuando fallece un ser querido reprime una de las fases del duelo que es la bronca. ¿esto también es auto-maltrato?

L.L: Sí, porque la bronca es energía, y la energía negativa que no sale, va a buscar el lenguaje de órganos por donde expresarse. Todo lo que se reprime busca por dónde expresarse, y generalmente elige el cuerpo. La bronca, que es una reacción visceral, tiene que transformarse en una toma de conciencia. ¿qué es lo que me enoja en este momento? ¿qué no me satisface? Cuando uno nomina el motivo de su bronca, se convierte en palabra y no necesita buscar un órgano para expresarse.

                                                                                                                                                                              

VLF: ¿cómo diferenciar humildad de baja autoestima? ¿qué siente la persona con baja autoestima?

L.L: son dos cosas emparentadas pero diferentes. Una persona humilde es mas vista desde lo moral que desde lo psicológico, en cambio la auto estima se mide siempre desde lo psicológico. Una persona humilde reconoce la omnipotencia de Dios y se considera humildemente hecha a imagen y semejanza de El. En cambio la auto estima tiene que ver con la auto-imagen que uno tiene. La humildad es una actitud, la auto estima un sentimiento.

El auto-maltrato es cuando no se reconocen los méritos y los valores propios. Y eso también suele ser fruto de la educación recibida: reconocer que uno tiene ciertos valores, y que uno puede destacarse en ciertos aspectos fue siempre reconocido como narcisismo. Hay que esperar el elogio que venga de afuera, y nadie mas que uno mismo sabe lo que puede y lo que no puede, sabe lo que quiere mostrar. Quien ha estado en contacto con adolescentes, sabe que hay chicos que no rinden todo lo que pueden porque es un compromiso. Me pregunto: ¿eso es humildad o es auto-maltrato? Conozco chicos que tienen una gran potencialidad y no la desarrollan porque hay que mantenerla, entonces prefieren mantenerse en lo justo, en la mediocridad. Y sin embargo para quien puede analizar la conducta de un adolescente, puede darse cuenta que puede dar mucho mas.

                El concepto de finitud no olvido y no dejo que lo olviden los que están cerca de mí. Tenemos, hasta donde sabemos, esta vida, que nos es dada. Lo que viene después es un supuesto de fe o una esperanza. Y esta vida hay que cuidarla y darle dignidad. Y uno de los aspectos de la dignidad es saber qué es lo que se quiere de la vida, y de alguna manera, permitírselo. Hay gente que se perturba cuando es elogiada, y que de alguna manera rechaza la mirada que el otro puede tener de él. ¡Bienvenidos los elogios! Fortalecen el yo, lo nutren. Pero cuidándonos de no entrar en la vanidad que pueden producir.

Así como pienso que en la medida de lo posible debemos ser nuestro propio espejo, también es importante lo que nos espejan los demás. No por recibir elogios vamos a ser menos humildes. Uno puede quedar en el lugar de la humildad que haya elegido. Tiene que quedar claro que yo no soy solo lo que los otros dicen que soy. Soy, en parte, lo que los otros dicen que soy, y en parte lo que yo se que soy. ¿Quién mejor que yo puede saber quién y qué soy?

 

VLF: ¿es necesaria una pequeña cuota de auto-narcicismo para no auto maltratarnos?

L.L: Claro que sí, porque si reconoces tus propios valores vas a saber cuidarlos y defenderlos. Hay que darle vueltas al punto que la cultura nos enseñó hasta ahora. No solo somos lo que los otros dicen que somos. Somos, además, lo que somos. Y eso me parece importante. Nos maltratamos de muchas maneras y casi no nos damos cuenta: cuando toleramos cosas intolerables, cuando no decimos lo que tenemos que decir, cuando no enfrentamos a la persona que nos hiere y nos recogemos en el dolor y en el resentimiento, etc. Hay muchas maneras de auto-maltrato y de empobrecimiento del yo, que también es una forma de auto-maltrato.

 

VLF: la autoestima también depende de la mirada de los otros ¿qué sucede a una persona que desde pequeña no ha tenido una mirada positiva de los demás?

L.L: Es muy posible que tenga grandes dificultades en la vida, porque uno a veces piensa que las palabras son inofensivas y se las lleva el viento. No es cierto eso. Muchas veces dejan heridas que no terminan de cicatrizar. Hay palabras que hieren, palabras que lastiman, palabras que hasta matan toda posibilidad de tener auto estima. Esa persona necesita un trabajo de reparación que no siempre se puede hacer sola.

VLF: ¿es el caso de los chicos a los que permanentemente se les dice ‘no servís para nada’?

L.L: hay casos de chicos que van a hacer cosas para hacerse notar, pero generalmente se auto-destruyen. Mal comportamiento en el colegio, abandono de los estudios, droga, alcohol, ausencias repetidas del hogar. Y en los grandes también eso queda como una huella que se transita de diferentes maneras. Uno a veces tiene bronca y canaliza esa bronca en el que tiene mas cerca. Hay muchas personas que se dejan ser el ‘tacho de basura’ de las frustraciones de los otros. En realidad a los otros le sirve para descarga, y al que recibe la descarga le sirve para modelar una personalidad que va al fracaso

 

VLF: ¿cómo poner un límite a esto?

L.L: el problema es que si uno no tiene una estructura del YO fuerte, no puede poner límites. Lamentablemente en este mundo nos dividimos en víctimas y victimarios. Y no se si esto será karma, destino o coincidencia, a veces pienso que uno nace en vientre equivocado y entonces viene al mundo a sufrir, y tiene que transitar ese camino hasta que alguien aparece para ayudarlo a salir de eso. son metáforas.

 

VLF: ¿cómo influye esta baja auto-estima en la elección de las relaciones humanas?

L.L: Acá tenemos la típica mujer maltratada: confunde amor con maltrato. Por eso tarda tanto en denunciar y en separarse de la persona que la maltrata. Y no son solo ellas las maltratadas, también hombres y niños son víctimas de malos tratos. No puede tener buena autoestima quien aceptó el maltrato como código de amor.

HASTA CUANDO Diego torres
Mi cabeza da vueltas de tanto pensar y yo sigo parado en el mismo lugar
es que me he dado cuenta que el tiempo no regresa
los que se han ido ya no volverán jamás.
 
Recuerdos que añoro de algo que perdí, caricias y besos que yo vi partir
y si algo mas me olvido es que no estas conmigo
la vida no es lo mismo si ya no estas aqui.
 
Hasta cuando la tristeza vendrá por mi. Hasta cuando me seguiré sintiendo así.
Hasta cuando las heridas y el dolor que no terminan
hasta cuando seguiré sintiéndome así.
 
Ya no encuentro razones para respirar, malditos errores que me hicieron mal
y cuanto mas me pregunto no encuentro la salida
en esta vida ya no me quiero lastimar.
 
Hasta cuando la tristeza vendrá por mi...
Detrás de ti un abismo del que no puedo salir
ya no quiero mas seguir viviendo asi no no no no.
 
 

Participan los oyentes

Estoy buscando trabajo, no lo encuentro. Eso me da mucha bronca y somatizo. ¿qué me sugiere la dra.?

L.L: acá hay que trabajar el concepto de frustración. Cuando el yo es muy débil se frustra muy fácilmente. Ahora: hay un criterio de realidad. Las personas necesitan trabajar por distintas motivaciones y no encontrar trabajo puede producir frustración. Es la frustración la que va a provocar la bronca. Cuando uno está urgido por la necesidad de trabajo tal vez no se puede moderar la frustración, pero es una energía que hay que canalizarla en esperanza. Hay que cambiar el concepto de frustración o de bronca por el concepto de fe o de esperanza. La bronca es una energía estéril. La fe y la esperanza son energías positivas. Es cierto que es frustrante no conseguir trabajo, pero también es cierto que quedarse solo en la bronca también enferma. Hay que seguir buscando, hay que seguir sintiendo que se puede, tal vez con un poco más de dificultad. Cuidado de dejarse invadir por la bronca porque es como un color rojo que no nos permite ver el azul del cielo.

         Aquellos sujetos que quedan anclados en un narcicismo primario, ¿Qué pasa con su yo?

L.L: No desarrollas sus capacidades, no asumen la capacidad de competir con el mundo adulto. Se quedan en esa etapa. Todo lo que es fijación en una etapa anterior a la del proceso evolutivo es patológica.

– ¿qué quiere decir ‘persona con componente psicopático?

L.L: Quiere decir el sujeto hace sufrir y no sufre. Si es por el caso que preguntaron de la chica que no tiene autoestima, creo que no tiene que ver con una psicopatía sino mas bien con una neurosis, porque el que no busca armonizarse, de alguna manera está enfermo.

Tengo una hermana cuyo marido la degrada, y no sé como ayudarla

L.L: ¿cómo puede haber amor junto con maltrato? Ahí hay un vínculo sado-masoquista: la persona se pega masoquísticamente al sufrimiento, y el otro goza en hacer sufrir. Estamos entrando ya en el terreno de la patología

– Yo hago todo pensando en qué dirá o pensará mi marido

L.L: Yo le preguntaría cómo era su padre, porque las mujeres que “elijen” un marido autoritario o un marido maltratador de palabra o de acción, son personas que en general o han tenido un padre muy débil y entonces buscan un hombre que suponen es fuerte (aunque su fortaleza solo sea agresiva), o volvieron a elegir el padre que tuvieron. Esas situaciones no se resuelven solo con opiniones de terceros. Hay que encontrarse consigo mismo y hay que volver a encontrar la autoestima que permita que uno tenga una vida digna

Trato de vivir el Evangelio, pero ¿qué pasa cuando un familiar siempre habla mal de mi y lo hace también con mi hija? Eso me da mucha bronca.

L.L: Hay que discriminar lo que es del otro y lo que es de uno. Si esa persona tiene la necesidad personal de agredir a otra persona, el ‘el otro’. Uno debería tener la capacidad de no hacerse cargo. Eso le pasa al otro. Si uno se hace cargo de la maledicencia del otro estamos en el plano de la víctima y el victimario. Si uno no se hace cargo, son palabras del otro, sentimientos del otro, necesidades del otro. No nos hagamos cargo.

– Cómo conciliar esta necesidad de auto-estima que todos tenemos, con la Palabra de Dios que nos dice “líbrame Señor de la necesidad de ser alabado” etc etc?

L.L: Creo que uno de los peligros está en confundir el ideal de santidad con el ideal de humanidad. El ser humano es un ser perfectible, no perfecto. Entonces tenemos que buscar permanentemente cómo podemos ponerle más luz a nuestra vida, pero no siempre con una aspiración a la santidad siempre –el que tiene esa vocación por supuesto que la buscará- sino como una vocación armonizada. Yo no sé cómo se hace. Para eso hay que conocer las historias individuales, el ámbito en que cada persona se mueve. No hay fórmulas universales. Lo que sí, creo que hay que distinguir muy bien la perfección de la perfectibilidad, y entonces seguir buscando en nosotros lo que puede permitirnos vivir mejor. Creo que Dios estaría muy contento de saber que estamos buscando la manera de vivir mejor y no a costa de los demás sino a favor de nosotros mismos, sin perjudicar a terceros.

 

– Tengo una hermana de 25 años que tiene la auto-estima por el suelo. No hay forma de hacerla verse diferente. La llevé al psicólogo, pero nada.

L.L: a esa edad no hay que ‘llevarla’. Creo que el error está en que el deseo es de la hermana, no de la paciente. Si el deseo de mejorar es de uno, no necesita que lo lleven. Lo que hay que hacer creo que es permitir que esa persona pueda concientizarse de que así no se transita por la vida. Hay que dejarla que lo padezca así ella misma busca la solución. Mientras uno sirva de continencia no sirve el esfuerzo por sacarla, porque no le permite al otro tomar conciencia de lo que le está pasando.

¿cómo trabajo la frustración que me causa el auto-maltrato que se infringe mi hijo?

L.L: ese es un caso clínico. Cuando hay auto-maltrato no hay salud, y cuando no hay salud hay que recurrir a quien puede ayudar a recuperarla. Cuando un chico, joven o adolescente se auto-maltrata la solución no depende de los padres. Hay que recurrir a la terapia, recurrir a la persona que le puede hacer entender a quién está castigando. Generalmente se está maltratando una persona y maltrata a sus objetos internos y no a sí mismo. Entonces hay que poner la bronca, el odio o el resentimiento donde corresponde bajo una dirección terapéutica.

¿qué hacemos con un hermano alcohólico que no permite que lo ayudemos?

L.L: Hay que tener paciencia, esperar que toque fondo. Los adictos son pacientes muy difíciles. Siempre están buscando reemplazar una carencia. A veces uno cree que se está maltratando a sí mismo y está maltratando a otro que tiene introyectado. Por ahí no se atreve a maltratar al padre o a la madre y se maltrata a sí mismo como forma simbólica de maltratar a la madre o al padre. Pero todos estos casos no dependen de un tercero. Dependen de un profesional que pueda hacer que el sujeto tome conciencia de lo que le está pasando. Son sintomáticos, son pacientes, y hay que tratarlos como tales

 

VLF: A modo de síntesis, me gustaría nos des algunos consejos puntuales para pasar del auto-maltrato a la auto-estima

L.L: Creo que uno de los motivadores del auto-maltrato es el no saber para qué está uno en este mundo, cuál es el sentido de nuestra vida. Es decir: uno viene al mundo para saber qué hacer, cómo hacer. Pero para qué hacer, generalmente no nos enseñaron eso. Cada uno de nosotros es un universo que pone sentido al universo, y ese sentido es el que tenemos que descubrir. Todos estamos para algo. Como dicen los existencialistas, el mundo no es el mismo si uno de nosotros no está. Eso quiere decir que nuestra existencia tiene un sentido. Hay que buscarlo. A veces se lo puede buscar en la religión, a veces en la filosofía, a veces en la vida cotidiana, en un amigo, en un sacerdote. Pero lo mejor que uno puede hacer es comenzar a buscarlo en sí mismo