07/07/2016 – En la mañana que se conoció la noticia del milagro atribuido a Madre Catalina Rodríguez, Doña Jovita habló de la próxima beata “Mamá Antula”.
“Dicen que esta chica era bonita, tenía dos cielos que iluminaban desde su vista y descalza, nieta del Rey Luis de Francia que después fue santo. Ella dejó una marca y una inquietud. Mamá Antula tomó la posta de los jesuitas y el Cura Brochero y Catalina la tomaron de Mamá Antula”. “Son una tropa, y hacen equipo los santos” dijo Doña Jovita hablando de éstos tres grandes que ha dado nuestra patria.
“Su bravura estaba en su ternura y constancia” dijo de Mamá Antula.
Una mujer que nació en Santiago del Estero
y cultivó con amor “la mayor gloria de Dios”.
Echaron a los jesuitas, ni un segundo lo ha dudado,
se puso a lomo el recado empeñando en su palabra
la posta que ellos dejaron y entró a tirar del arado.
Con las patitas descalzas se largó por los caminos
y por inciertos destinos fue de Jesús mensajera
para llevar a quien fuera su corazón peregrino.
Portaba un largo bastón con una cruz coranado
andaba por todos lados con decisión y coraje,
embelleciendo el paisaje su corazón entregado.
Así la supieron ver con su gentil trajinar
meta caminar y un aire se me palpita,
a la misma Teresita como si fuera a bailar.
No conocía frontera, andaba desde la aurora
y como una topadora atropellando horizontes
sin demorarse en aprontes, una leona la señora.
De pueblo a pueblo en un carro acopiaba provisiones,
para completar las raciones.
Siempre le daban bastante y ablandaba corazones,
alistando ejercitantes.
Sin ninguna diferencia, ricos y pobres juntaba,
en cada pueblo buscaba a los más necesitados
y en el amor hermanado bajo su fe los arriaba.
En las casas de ejercicios, blancos, mestizos, mulatos
tenían el mismo trato.
Patrones y servidores, ignorantes y doctores,
comían del mismo plato.
Si le negaban permiso esperaba con paciencia
confiando en la Providencia y más terca que una mula
les porfiaba Mamá Antula, hasta obtener la licencia.
Consiguió de esa manera, con su vida de servicio, llevar a los ejercicios
a miles de abandonados
que estaban empantanados en la pobreza y el vicio.
Su cuerpo estaba cansado tanto y tanto trajinar
y aunque quiso continuar, la fuerza le abandonaron
desde arriba la llamaron y se tuvo que entregar.
Para seguir sus andanzas Dios ha querido mandar
quien ocupe su lugar,
y con criterio certero
nos mandó el Cura Brochero bien montado en su mular.
Olor a oveja el pastor en su sotana llevaba
Mamá Antula caminaba y llevaba con orgullo
olor a todos los yuyos que en los esteros pisaba.
Cómo habrá sabadido ser el encuentro con Brochero,
se habrán semblanteado primero y al haberse percatado
qué alegrón se habrán pegado aquel 26 de enero (fecha en que muere Brochero).
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