11/09/2025 – En el Día del Maestro, tres docentes de distintos puntos del país compartieron sus experiencias y vivencias, uniendo voces y geografías en una misma línea que recorre de sur a norte la Argentina.
La primera parada fue Ushuaia, Tierra del Fuego, donde trabaja Sandra Iserre, bibliotecaria de la Escuela N° 13. Hace 14 años que vive en la ciudad, aunque nació en Chaco. Allí describe un paisaje único: “en estos momentos estoy viviendo cerca del Cerro Alarkén, donde está ubicado el famoso hotel Arakur, y muy cerca tenemos el canal de Beagle por donde transitan los cruceros”. Su escuela, de jornada completa, combina la enseñanza pedagógica con talleres artísticos, y cada año organiza la Feria del Libro, única en la provincia. “Este trabajo lo realizamos los docentes a pulmón. Hacemos rifas, ferias de plato y todo lo que sea necesario para sostener el proyecto”, comenta. Y sobre su vocación, asegura: “amo la lectura y amo transmitir a los niños el amor por los libros, la investigación y la lectura por placer”.
El recorrido continúa hacia Metileo, La Pampa, donde enseña Daiana Schreiber -o la ‘seño Day’- en la Escuela N° 53 «Víctor Mercante». Con entusiasmo describe su entorno: “estamos en el centro del país, en la maravilla de la llanura pampeana, caracterizada por los vientos y la tierra de nuestra pampa querida”. Su escuela, con apenas un centenar de alumnos, apuesta a la jornada completa con talleres de huerta, cocina y radio escolar. “Nuestro taller se llama ‘Nuestra escuela tiene voz’; allí los chicos se expresan como locutores y se sienten protagonistas de algo maravilloso”, relata. Y recuerda su decisión de ser docente: “fue la mejor decisión que tomé en mi vida porque lo hago con amor y con vocación, y eso se transmite y se siente”.
Finalmente, la voz llega a Pampa Sena, Chaco, donde Noemí Medina dirige la Escuela N° 829 «Sixto Sena». Vive allí hace 18 años, rodeada de la llanura chaqueña. “Para acceder a la escuela se recorren hasta 30 kilómetros de camino de tierra, y algunos alumnos llegan en moto o a caballo”, explica. La institución es pequeña, con 32 estudiantes en nivel inicial y primario, más un secundario y un terciario que funcionan en el mismo edificio. “Somos dos maestras en primaria y tratamos de proyectar artes, huerta escolar y juegos, porque no contamos con maestros especiales”, detalla. Para ella, la lectura es fundamental: “las tertulias literarias son el puntapié que me permite mejorar la comunicación y el respeto en mis alumnos”.
Tres miradas, tres realidades distintas y un mismo compromiso: sostener el valor de la educación en cada rincón del país.
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