Abel Albino con niños y madres en su consultorio. Foto gentileza Gazeta Jujuy.
26/7/2018 – Ayer habló en el Senado de la Nación, en el marco de las exposiciones a favor y en contra del aborto, el médico Abel Albino, fundador de la Red Conin, experto en nutrición infantil, quien en los últimos años ha sacado y recuperado de la desnutrición extrema a 17 mil niños pobres. A través de Conin, Albino atiende hoy a más de 40 mil niños en situación de vulnerabilidad alimentaria en un país donde el 30 por ciento de la población es pobre, y más de la mitad de los menores de edad vive en la pobreza o en la indigencia.
Desde ese lugar, desde esa experiencia de valorar y de trabajar por toda vida humana –la que ya nació y la que está en gestación–, Albino cuestionó con dureza la práctica del aborto y la intención de implantarlo en la Argentina. Dijo que trabaja contra la pobreza y la desnutrición en todo el país. Relacionó la cifra de muertes por aborto con las de otras causas de defunción y demostró que el aborto no es una prioridad sanitaria, sobre todo porque hay otras ocho o nueve causas que generan muchas más muertes de mujeres que la denominada “interrupción voluntaria del embarazo”.
“El aborto –expuso Albino– es el 0,05 por ciento de la problemática de la mortalidad femenina. Y todo el país está movilizado por esto. Es algo que me parece sorprendente”.
Nadie se animó a discutir al doctor Albino en esto de salvar vidas de niños pobres, porque nadie ha logrado salvar a tantos niños de la desnutrición. Sin embargo, hoy Albino aparece cuestionado o escrachado en casi todos los medios de comunicación del país.
¿Qué pasó en el medio? Para saberlo hay que hacer un poco de historia y hablar del nazismo, de esa ideología que se convirtió en régimen, que provocó un holocausto y una guerra mundial con millones de víctimas; y que, entre otras cosas, aplicó prácticas eugenésicas para “depurar” la raza, similares a las que “justifican” algunos tipos de abortos en los países desarrollados que han “eliminado” el síndrome de Down abortando a los niños a los que les detectan esa alteración genética.
Joseph Goebbels fue el responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda que creó Adolf Hitler cuando llegó al poder en 1933. Goebbels había sido el ideólogo de la tarea comunicativa del Partido Nazi y fue el arquitecto del ascenso al poder del nazismo con su ideología perversa y genocida.
Como ministro de Hitler, Goebbels prohibió las publicaciones y medios que no controlaba, y armó un sistema de propaganda para reforzar e imponer la ideología asesina. A Goebbels se le atribuye el diseño de la propaganda moderna que hoy llamamos “marketing social”, como, por ejemplo, un listado de 11 principios que cuando uno los lee entiende -con espanto- las estrategias mediáticas de hoy.
En ese listado de principios de la propaganda que se atribuye a Goebbels hay dos puntos que ayudan a entender lo que pasó con la exposición de Abel Albino en el Senado. El primero es el “principio de exageración y tergiversación”, que implica “convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en una amenaza seria” para los objetivos que se quieren lograr. Y el segundo es el “principio de silenciamiento”, que consiste en “acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario”.
Esto es lo que pasó con Abel Albino. Esta es la estrategia que siguió el abortismo y sus medios de propaganda: como el trabajo de Albino y de Conin con los niños pobres es contundente como testimonio de defensa de toda vida, y en ese sentido es un testimonio en contra del aborto, le aplicaron el “principio de silenciamiento” para ocultar el valor de su palabra. Y, acto seguido, le aplicaron el “principio de exageración y tergiversación” para convertir lo que en el marco del debate por el aborto era menos importante (como la eficacia o no del preservativo para prevenir el contagio de Sida) en una amenaza importante.
Entonces para los periodistas siempre muy progresistas, para los opinadores acomodados al sistema, y para mucha gente que no aplica un sentido crítico a lo que se dice, resultó ser mucho más humano un ministro de Salud como Adolfo Rubinstein que impulsa la legalización de la eliminación de vidas humanas inocentes, que un hombre como Albino que ya ha salvado de la desnutrición extrema a 17 mil niños y que fundó una organización reconocida a nivel internacional por su lucha por erradicar los efectos de la pobreza y la miseria. Como si en Argentina fuera más necesario matar niños que salvarlos.
Por eso hoy hemos visto y vamos a seguir viendo el “fusilamiento” público masivo y mediático del hombre que en Argentina salva más niños de la desnutrición. Simplemente porque incurrió en la falta de astucia de dejarse llevar al terreno donde lo quisieron llevar, al terreno donde la dictadura del relativismo ya ha ganado todas las batallas e impera de manera casi irremediable.
El “pecado” de este hombre que defendió y sigue defendiendo la vida y la virtud fue decir lo que varios estudios científicos han dicho del preservativo. Basta recordar parte de un artículo publicado por el diario Washington Post, uno de los medios más prestigiosos del mundo según las categorías del progresismo comunicacional, publicado años atrás, cuando el papa Benedicto XVI dijo exactamente lo mismo que Albino.
El autor del artículo (cuyo texto original puede leerse en inglés aquí) es Edward Green, investigador científico en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Escribió Green: “Cuando el papa Benedicto XVI comentó que la distribución de preservativos no está ayudando, y puede estar empeorando la propagación del VIH / SIDA en África, provocó una tormenta de protestas. La mayoría de los comentarios no católicos han sido muy críticos con el Papa. Sin embargo, en verdad, la evidencia empírica actual lo respalda. Los liberales que trabajamos en los campos del VIH / SIDA y la planificación familiar mundial asumimos terribles riesgos profesionales si nos aliamos con el Papa en un tema como este. El preservativo se ha convertido en un símbolo de libertad y, junto con la anticoncepción, de la emancipación femenina, por lo que aquellos que cuestionan la ortodoxia del preservativo son acusados de estar en contra de estas causas”.
Otro artículo importante que refleja estudios sobre la seguridad o inseguridad del preservativo, que respalda varias de las cosas que dijo Albino sobre el tamaño de los poros del látex y su permeabilidad, se puede leer aquí.
Pero en la dictadura del relativismo no hay lugar para decir algunas verdades o para contradecir algunos “dogmas” de la industria discursiva progresista. Y el que se atreve a decirlas puede terminar lapidado. Eso le pasó al doctor Albino, el hombre que más niños está salvando hoy de la desnutrición en la Argentina, y al que quieren lapidar porque se opone al aborto.