15/11/2021 – En “Testigos de la Alegría”, María Florencia Marfía, integrante del Instituto Secular Cristífero y secretaria ejecutiva de la comisión episcopal para la Vida Consagrada, habló de secularidad y consagración. “Lo nuestro es una forma de vivir la consagración y lo hacemos dentro de un instituto secular, que es algo poco conocido eclesialmente hablando. Muchas veces se nos confunde con los consagrados de los movimientos, como los Focolares, de Comunión y Liberación o los del Movimiento de la Palabra de Dios. En mi caso yo soy cristífera”, completó Marfía.
“El Instituto Cristífero es un instituto secular femenino de vida consagrada, de derecho pontificio, creado según las leyes de la Iglesia católica. Es un instrumento, una mediación, para consagrar a Dios en alabanza de su gloria, como dice la carta a los Efesios. Nuestras vidas están insertas en la historia de cada día y entregadas al servicio fraterno de hombres y mujeres de nuestra época”, indicó Florencia. “El consagrado secular está inmerso en el mundo. Por ejemplo, yo soy docente de profesión. Consagro mi docencia dando clases a adolescentes y jóvenes del instituto salesiano Juan 23 de Bahía Blanca, y también a privados de la libertad. Muchas veces pasamos desapercibidos en el mundo. Somos contemplativos en acción”, añadió.
“A nuestra obra la fundaron el padre obispo Miguel Hesayne y la laica Beatriz Abadía, bonaerenses ambos y ya fallecidos. La fundación se dio en 1947“, dijo Marfía. “Desde el hoy de nuestra vida cotidiana, caminamos confiadas en Jesús, desde lo más íntimo de nuestro ser hacia la vida plena. Por eso hacemos de cada actividad y vivencia humana, personal y comunitaria, una presencia del Amor de Dios, en medio del mundo que nos toca vivir. Vivimos en nuestro mundo al ritmo de este tercer milenio, discípulas de Jesús, servidoras en todos los ámbitos de nuestra existencia laical”, definió.
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