“El gnosticismo es la herejía que desde la inteligencia resiste a la obra del Espíritu”, dijo el padre Javier Soreras

miércoles, 15 de mayo de 2019


15/05/2019 – Desde la cocina de María, el padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, siguió reflexionando sobre la tercera exhortación apostólica del papa Francisco «Gaudete et exsultate» sobre la santidad en el mundo actual.

Sobre el tema del día, <El gnosticismo actual: uno de los dos sutiles enemigos de la santidad>, comenzó diciendo que “Aquí lo que está en juego es quien el gran protagonista de la santidad, el espíritu o la naturaleza humana que intenta interferir en la obra creadora. El gnosticismo es la herejía que desde la inteligencia resiste a la obra del Espíritu, podríamos llamarlo así: la racionalización de la fe”.

Quiero llamar la atención acerca de dos falsificaciones de la santidad que podrían desviarnos del camino: el gnosticismo y el pelagianismo. Son dos herejías que surgieron en los primeros siglos cristianos, pero que siguen teniendo alarmante actualidad. Aún hoy los corazones de muchos cristianos, quizá sin darse cuenta, se dejan seducir por estas propuestas engañosas. (G.E. 35)

En este sentido, completó diciendo que “Es querer entenderlo todo y meterlo dentro de un esquema, lo que no entra en un esquema ni Dios entra”. “Es decir, lo que no entra dentro de mi esquema mental, de mi esquema de interpretación, de mi comprensión del misterio de Dios, de lo que Dios dice y de lo que Dios particularmente me dice o nos dice en el camino, yo lo dejo afuera porque no lo entendí”.

El gnosticismo supone una fe encerrada en el subjetivismo, se trata de una superficialidad vanidosa: mucho movimiento en la superficie de la mente, pero no se mueve ni se conmueve la profundidad del pensamiento. Una cosa es un sano y humilde uso de la razón para reflexionar sobre la enseñanza teológica y moral del Evangelio; otra es pretender reducir la enseñanza de Jesús a una lógica fría y dura que busca dominarlo todo.(G.E. 36 – 39)

“Es muy vieja esta herejía, tiende a espiritualizar las cosa o a racionalizarlas”, acertó el sacerdote.

Dejar a Dios trabajar de Dios

Tomando como ejemplo la masa para las roscas de limón que estaba cocinando Facundo, el padre Javier dijo que “Así tiene que ser la mente humana al misterio de Dios, tiene que aflojar, abrirse, tiene que saber qué entiende y que no entiende, tiene que saber qué sabe y que no sabe”. “Si nosotros no estamos en esa actitud mental frente al misterio de Dios, lo que hacemos es no permitirle a Dios que haga lo que tiene que hacer”.

Cuando san Francisco de Asís veía que algunos de sus discípulos enseñaban la doctrina, quiso evitar la tentación del gnosticismo. Entonces escribió esto a san Antonio de Padua: «Me agrada que enseñes sagrada teología a los hermanos con tal que, en el estudio de la misma, no apagues el espíritu de oración y devoción». (G.E. 46)

Finalmente, el padre Javier Soteras, dijo que “El espíritu de la oración y el espíritu de la devoción, son el espíritu que a nosotros nos permite entrar en sintonía de ardor en el vínculo con Dios”, concluyó.