17/11/2020 – Doña Jovita, como cada semana, llegó con su alegría y una invitación a la esperanza:
“Hay que poner el cuero bajo la sombrita de la esperanza en estos tiempos. Una sombrita amable como la del algarrobo, como la de los talas…”
En esta oportunidad la querida abuela de Traslasierra nos recitó su original versión de la parábola del hijo pródigo, obra de su amiga Marta “la Iguana” Ferrer. Compartimos algunos versos:
“Un hombre rico tenía treinta vacas, diez terneros, dos redomones enteros, cuatro yeguas, tres caballos, varias gallinas, dos gallos y una chancha en el chiquero.
En los oficios del campo los dos chicos trabajaban a la par de la peonada. Hacía años los muchachos se habían quedado guachos cuando se fue la finada.
Aunque eran criados parejos y con el mismo rigor era el hermano mayor tranquilo y habilidoso pero era medio mañoso y retobao el menor.
Estaba muy disconforme y un día le dijo: “Tata ¿no quiere darme la plata?” Quiero irme de este lugar, me he cansao de trajinar de bombacha y alpargatas
Quiero irme pa’ rodar tierra y ver que hay en otros laos Me han dicho q en el poblao hay lujos y diversiones, y con pocos patacones se puede vivir olgao.”
Escuchá la interpretación completa de doña Jovita al inicio de esta nota y compartila en tus redes sociales
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