El jardín

jueves, 28 de abril de 2011
“Dios plantó un jardín en Edén, al Oriente” (Gén 2,8).

La etimología de Edén probablemente significa “lugar de delicias”. Otros explican el término como derivación de la palabra sumeria “edinu” que significa “llanura bien regada”, lo cual da la idea de fertilidad.

La traducción griega de la Biblia usó el término Paraíso, que significa parque.

 

La descripción que hace el libro del Génesis 2,5 ss , da cuenta de estas distintas interpretaciones:

* se habla de un manantial y de cuatro ríos que riegan el Edén;

* dice literalmente que Dios “plantó”, como si fuera un jardinero disponiendo bellamente “toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer”;

* y afirma que Dios pone al ADAM (ser humano, hecho de la tierra) en ese jardín, “para que lo labrara y lo cuidara”.

 

Estas imágenes fueron retomadas con un sentido escatológico por el profeta Ezequiel cap. 47 y en el libro del Apocalipsis:

“Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza, a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto doce veces, una vez cada mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles.” (Ap 22,1-2)

 

 

 

MARÍA MAGDALENA EN EL JARDÍN

 

Proclamamos: Juan 20,1-18

 

* Releemos el texto en silencio.

* Comentamos espontáneamente nuestras impresiones.

* Enumeramos todas las acciones que hace María Magdalena.

* ¿Cuáles son los pasos del proceso por el cual María Magdalena reconoce a Jesús? Tengamos en cuenta los “títulos” con que ella lo nombra, las acciones y el diálogo.

 

 

MEDITACIÓN: QUÉ NOS DICE EL TEXTO

 

* ¿Qué oscuridades estamos atravesando? ¿Por qué lloramos?

* En este episodio aparecen signos de muerte: sepulcro, vendas, su­dario… Ante esos signos de muerte, los discípulos volvieron a su casa, en cambio María Magdalena siguió buscando. ¿Cuál es nuestra reacción frente a los signos de muerte? ¿Nos paralizan, nos atemori­zan, nos inquietan…?

* María Magdalena fue y dijo; cumplió el mandato de Jesús. ¿De qué modo nosotros y nosotras hoy llevamos el anuncio de la Resurreción?

* ¿Qué Buena Noticia tiene este texto para nosotros y nosotras hoy?

 

 

 

“Muy temprano, de mañana, María Magdalena va a la tumba. To­davía es de noche. Llora y el Jardinero la llama por su nombre. Si evocamos aquí el cap. 10 de Juan y el secreto del Buen Pastor, del Pastor hermoso (como dice el texto griego, “kalós”), nos damos cuenta de que Juan quiere presentar a María de Magdala como el modelo de discípulo: ella oye su Voz y lo reconoce al oírlo; se abren sus ojos al oír la voz de Jesús pronunciando su nombre.

María Magdalena, como la Esposa del Cantar de los Cantares, se levanta de noche a buscar. El amor busca. No se resigna ni soporta la au­sencia ni la idea de la muerte: busca. Busca, de noche, al alba, en el jardín. Como en la espera de la primera creación, se sitúa en el mismo escenario de la primera página del Génesis.

Y el nuevo Adán se le manifiesta porque el amor la había im­pul­sado a buscarlo, a El; El la envía a buscar a sus hermanos y a hacerla gran heraldo de la Vida, del Amor, de la Esperanza.

Es ella la primera en anunciar la buena noticia de la Resurrec­ción. Encarna la diaconía teologal de la fe, de la esperanza suprema: no sólo el Amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6) sino el Amor más fuerte que la muerte.” (Teresa Porcile, Con ojos de mujer, Ed. Claretiana, págs. 113-114)

 

 

Himno de Laudes

 

Estaba al alba María

llamándolo con sus lágrimas.

 

Vino la Gloria del Padre

y amaneció el primer día.

Envuelto en la blanca túnica

de su propia luz divina

– la sábana de la muerte

dejaba en tumba vacía –

Jesús, alzado, reinaba;

pero ella no lo veía.

 

Estaba al alba María

la fiel esposa que aguarda.

   

Mueva el Espíritu al aura

en el jardín de la vida.

Las flores huelan la Pascua

de la carne sin mancilla,

y quede quieta la esposa

sin preguntas ni fatiga.

¡Ya está delante el esposo

venido de la colina!

 

Estaba al alba María

porque era la enamorada.

                                  Amén.