20/04/2021- En nuestro tiempo notamos un nivel elevado de violencia y agresividad en el mundo adulto.
La persona agresiva, hace lo que sea para ganar, sin importar los derechos, las necesidades, sentimientos o los deseos de otras personas. Nos preguntamos: ¿Cómo afecta a los niños la agresividad de los adultos?; ¿Cómo podemos enseñar el manejo de conflictos a los niños si no podemos controlar nuestro nivel de agresividad? Sobre estos temas charlamos en esta entrevista con Laura Lewin autora, capacitadora, formadora docente y consultora; en el programa “Hoy puede ser”.
El adulto naturaliza la violencia y la agresividad “No podemos estar parados en nuestra postura a como dé lugar, debemos escucharnos. Cuando escuchamos nos entendemos, desarrollamos la empatía, desarrollamos la compasión. Es necesario que el adulto aprenda a gestionar sus emociones, porque si no ¿cómo podemos enseñar el manejo de conflictos a los chicos?”, dijo la especialista.
Manejo de los conflictos en el hogar “Si en casa aprendemos a manejar los conflictos de manera constructiva, a los chicos les estamos enseñando habilidades que los chicos podrán aplicar en sus propias vidas. Los conflictos forman parte de cualquier dinámica familiar, pero no todos tienen las mismas consecuencias. Tenemos que tratar de salvaguardar la seguridad emocional de los chicos; mantener la armonía familiar más allá del problema. Cuando hay gritos, agresividad verbal hasta física; esto en los chicos genera miedo, frustración, ansiedad, incertidumbre”, comentó Laura.
Como adultos tenemos que pensar ¿qué hago con lo que siento? Los chicos aprendan a manejar los conflictos viendo como sus padres los manejan. Pero ¿qué hago cuando siento bronca, enojo, odio, etc.?; ¿cómo lo manejo?
Estas son emociones súper genuinas, ¿quién no pierde el control cuando parece que te pasó un tsunami por encima? Cuando nosotros aprendemos como actúa el enojo en nosotros, ahí tenemos una pista para poder desandar el camino.
Cuando una persona está muy enojada, se activa en nuestro cerebro una estructura muy chiquita llamada amígdala. Una vez activada, entramos en un secuestro emocional y es muy poco lo que podemos hacer racionalmente. Entonces ¿qué opciones tengo? Tenemos dos opciones: o parar la crisis para que no escale o terminar de explotar. Para desescalar el enojo es fundamental el movimiento, para liberar toda la tensión que hay en la cabeza. Es difícil, pero hay que dar un primer paso. Otra cosa es ponernos auriculares y escuchar una música que nos relaje. Una opción que siempre es muy buena es respirar pausadamente, nos relaja y nos calma.
Los adultos no nos damos cuenta el nivel de influencia que tenemos en los chicos; debemos aprender a estar en eje para responder y no reaccionar,” finalizó la especialista.
No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.
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