13/02/2019 – El padre Héctor Espósito reflexionó sobre el misterio del perdón, tomando como punto de partida, el texto bíblico: San Mateo, capítulo 18, 21 en adelante, en el cual Pedro le dice a Jesús: <¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano?>.
El padre Héctor, siguiendo el camino del taller “Educándonos para el perdón”, dividió el tema en tres partes, para poder comprenderlo mejor, dijo:
Respondiendo a esta pregunta, expresó que “Si es tan difícil perdonar, al menos ciertas ofensas, ¿Qué necesidad tengo de hacerlo? ¿Vale la pena?”, se preguntó.
En consecuencia, indicó que “El primer motivo que probablemente vendrá a la mente, es que cuando perdonamos nos liberamos de la esclavitud producida por el odio y el resentimiento”. “Para recobrar la felicidad que había quedado bloqueada por esos sentimientos”, completó.
Por otro lado, dijo que “Al negarnos a perdonar, nuestro corazón se cierra, se endurece y esto impide experimentar la misericordia del Padre”.
“Es verdad, que es muy difícil perdonar, lo más difícil del amor”, señaló el sacerdote.
“¿Cómo perdonar de manera permanente a una suegra dominante, un marido fastidioso, a una esposa regañona, a una hija egoísta, a un hijo mentiroso, a un amigo traidor?”. “A mi modo de ver -confesó- sólo es posible conseguirlo recordando nuestra situación, comprendiendo el sentido de las palabras de las oraciones de cada noche: <Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden>”.
“Hay ofensas que parecerían imperdonables por su magnitud. Sólo desde la perspectiva de Dios podemos comprender que incluso lo que parece imperdonable puede ser perdonado, porque no hay límite ni medida en el perdón, especialmente el divino”.
Por otra parte, el padre Héctor alertó que “Si queremos perdonar tenemos que vincularnos con Dios”.
“¿Hasta dónde perdonar?, se preguntó, hasta el cielo, hasta siempre”, contestó el padre Espósito.
“Para poder perdonar tenemos que ser realistas, tenemos que ver la ofensa frente a frente y llamarla por su nombre. No distorsionar, ni negar la realidad”, dijo.
“El perdón verdadero implica mirar sin rodeos la realidad del pecado”, señaló.
Citó a San Juan Crisóstomo, que decía: <Aquel que considere sus propios pecados estará más pronto al perdón de su compañero>, por eso, reconocer nuestras ofensas, no es otra cosa que ser humildes, y la humildad es la base de cualquier acción buena”, expresó el padre Héctor.
Y en este aspecto, aclaró que “La decisión de perdonar no hace que desaparezca automáticamente la herida, ni desaparece de la memoria, por eso se debe reiterar la decisión de perdonar otra vez”.
“Tiempo, herida y memoria necesita el bálsamo del perdón”.
“El perdón en su esencia más profunda es divino, porque perdonar viene de Dios y de Dios lo recibimos”.
El padre Héctor enumeró cinco actitudes que nos disponen a perdonar:
El amor; la comprensión; la generosidad; la humildad y abrirse a los demás.
Finalmente, aclaró que “Es más fácil perdonar cuando el otro pide perdón, pero a veces hace falta comprender que en los que obran mal hay bloqueos, hay enfermedad, hay miedos que les impiden admitir su culpabilidad”. “El perdón es divino por eso es puro totalmente”, concluyó.
El padre Héctor Espósito, de la Pquia. Ntra. Sra. Del Rosario en Villa del Rosario, habla sobre: "El misterio del perdón. ¿Por qué perdonar? ¿Cómo? ¿Qué actitudes nos disponen a perdonar?”. ¿De todo este taller del perdón qué actitud para perdonar es la más importante para vos? pic.twitter.com/jCTwvy1JYq — Radio María Arg (@RadioMariaArg) February 12, 2019
El padre Héctor Espósito, de la Pquia. Ntra. Sra. Del Rosario en Villa del Rosario, habla sobre: "El misterio del perdón. ¿Por qué perdonar? ¿Cómo? ¿Qué actitudes nos disponen a perdonar?”. ¿De todo este taller del perdón qué actitud para perdonar es la más importante para vos? pic.twitter.com/jCTwvy1JYq
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