06/11/2021 – Lo designó el papa Francisco y la noticia fue oficializada por la Nunciatura Apostólica esta mañana. Sucederá a monseñor Carlos Ñáñez. Fundador de Manos Abiertas, colaborador permanente de Radio María Argentina y columnista de otros medios, el padre Ángel será el primer jesuita al frente del pueblo de Dios que peregrina en Córdoba.
El papa Francisco nombró al sacerdote jesuita cordobés Ángel Rossi sj nuevo pastor de la Arquidiócesis de Córdoba. Sucederá en este ministerio a monseñor Carlos José Ñáñez, quien en agosto pasado presentó su renuncia al Papa por haber cumplido 75 años, según lo establece la ley canónica.
El “padre Ángel”, como lo llaman los feligreses, será ordenado y asumirá formalmente como arzobispo el 17 diciembre próximo, en una ceremonia que tendrá lugar en la Catedral de la ciudad de Córdoba. Será el primer obispo jesuita en los 451 años de historia de esta jurisdicción eclesiástica que fue creada por el Papa Pío V en Tucumán en 1570. Esto, a pesar de que la vida religiosa local está íntimamente vinculada con la Compañía de Jesús, ya que los misioneros de la Orden fundada por San Ignacio de Loyola se instalaron en Córdoba en 1599, y su obra religiosa, educativa y cultural ha marcado la vida y la fe de las personas, y las paredes de los edificios reconocidos como Patrimonio de la humanidad.
De estas historias y entre estas paredes ha vivido en los últimos años el padre Rossi, de 63 años, aunque su formación jesuita lo llevó en su juventud a San Miguel, en provincia de Buenos Aires, donde lo recibió, allá por 1976, el entonces joven provincial de la Compañía de Jesús, Jorge Bergoglio, el actual Pontífice, “padre espiritual” de Rossi.
De su “maestro” y amigo aprendió a ser un “pastor con olor a oveja”, siempre cercano a los preferidos de Jesús: los pobres, los enfermos, los encarcelados, los marginados, tal como lo evidencian sus gestos y sus obras, entre ellas, la Fundación Manos Abiertas.
Autor de varios libros de espiritualidad, el padre Ángel es reconocido en todo el país porque desde hace muchos años predica ejercicios espirituales a laicos, religiosos y religiosas, según su vocación ignaciana; y sus reflexiones profundas y sencillas a la vez, son escuchadas por miles de personas a través de sus columnas permanentes en Radio María Argentina y en Radio Continental, entre otros medios de comunicación. En este sentido, desde hace muchos años acompaña con su discernimiento a esta Obra de María y a nuestro fundador, el padre Javier Soteras.
El padre Ángel nació en Córdoba el 11 de agosto de 1958 de la familia conformada por Ángel Sixto Rossi y Delicia Ruiz Caraffa, sus padres, ya fallecidos. En aquel hogar, con su hermana “Mene”, Ángel recibió la fe, la sencillez, la cercanía, la sabiduría y el buen humor que lo definen. Estudió en el colegio Carbó y en el Gabriel Taborín, antes de hacerse jesuita.
Su formación lo llevó a Ecuador y a distintos puntos de la Argentina hasta que fue ordenado sacerdote en 1986.
Es licenciado en Teología Espiritual, estuvo a cargo de la Iglesia del Salvador en Buenos Aires y fue maestro de novicios en la Compañía de Jesús. En Buenos Aires fundó, junto con voluntarios laicos, el Hogar San José, para personas en situación de calle. Ese servicio fue el germen de la Fundación “Manos Abiertas”, que en los últimos 20 años se extendió por varias provincias argentinas para atender, sostener, cobijar y promover a los que sufren: huérfanos, pobres, enfermos terminales, mujeres con VIH y personas privadas de la libertad.
Hace algunos años, Jorge Bergoglio, el papa Francisco, escribió el prólogo de uno de los libros del padre Ángel. Y dijo de él: “Ángel Rossi es un sacerdote que convoca con su palabra. Cuando se sabe que habla él, la gente se acerca; se acercan los jóvenes, se acercan las familias, se acercan los pecadores que hacen cola en su confesionario; se acercan los oyentes de la radio, se acercan todos”.
Así es el nuevo pastor de la Arquidiócesis de Córdoba.
El Padre Rossi tras ser designado Arzobispo de Córdoba: “Uno tiene la garantía de su propia fragilidad pero también la de la fuerza de la oración del pueblo”