“El pobre es una gran oportunidad, es un clamor, es un grito, es una llamada de Dios a la conversión”, dijo el Padre Javier Soteras

jueves, 7 de marzo de 2019
image_pdfimage_print

07/03/2019 – “Es lindo comenzar con este tema, el de cuidar la fragilidad, en este tiempo donde iniciamos la Cuaresma, porque el ayuno que Dios quiere es que nosotros nos hagamos cargo de nuestros hermanos sufrientes”, indicó el Padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, junto a quien retomamos el ciclo “Magisterio de la Iglesia”.

Continuó reflexionando en torno a la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría de evangelizar), sobre el llamado del Papa a cuidar la fragilidad humana.

Conversión al Dios pobre y sufriente

En este sentido, dijo que “Poder contemplar al Cristo pobre, doliente, sufriente y sentirnos hermanados en Él, es la manera de igualarnos, y el camino, es el camino del despojo, de la entrega y de la renuncia a todo lo que es superficial, a todo lo que está de más, ese es propio del recorrido cuaresmal”, expresó el sacerdote.

“El pobre es una gran oportunidad, es un clamor, es un grito, es una llamada de Dios a la conversión, y más que alguien por el que hay que hacer, es alguien con quien encontrarme”, enfatizó el padre Javier.

Jesús, el evangelizador por excelencia, se identifica especialmente con los más pequeños (cf. Mt 25,40). Pero en el vigente modelo «exitista» y «privatista» no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles o menos dotados puedan abrirse camino en la vida. Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente. (E.G. 209- 210)

Al respecto, el padre Javier dijo que “El Papa confronta -en este punto de la encíclica- entre el Evangelio y un modelo exitista, triunfalista, y la exclusión, la marginalidad, el desecho de los más frágiles que es propio de una cultura del descarte, y citó a Francisco, que dice: <Atención, porque nos estamos perdiendo de algo muy importante, Dios se hizo para ellos o se hizo uno con ellos>.

Jesús vive en los pobres

Y en verdad que en el encuentro con los débiles, pobres y sufrientes, tenemos una gran posibilidad para encontrarnos con el rostro del Dios vivo, el Papa nos está advirtiendo que el pobre es un camino -dijo- y que emparentarse, familiarizarse con ellos, nos abre un camino de cielo”.

Y respecto de las nuevas formas de pobreza, el padre Javier dijo “Que la mayor pobreza es el vacío de trascendencia, es la falta de sentido de la vida”.

Se refirió al problema de la dinámica de vida actual, “hay una orfandad tanto en los adultos como en los niños, hay una gran pobreza de recursos humanos”, señaló.

Además indicó que “Rostros novedosos de pobreza en la sociedad que por un lado lo tiene todo y por otro es tan carente, que es poderosa y tan pobre, tan frágil, es un gigante de pie de barro”.

Cuidar con predilección a los niños por nacer

Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. (E.G. 212)

En cuanto a cuidar la fragilidad de la vida humana de los niños en el vientre materno del que también se refiere el papa Francisco, el padre Javier expresó que “En Argentina estamos de duelo, entre la vida y la muerte, porque hay una falta de conciencia del valor, de la dignidad de la vida en el seno materno, es de una oscuridad de conciencia gravísima”. “Hay una maledicencia de los planteos -completó- porque en la sociedad de hoy al que busca ser luz, diciendo, acá hay una vida, se lo llama oscurantista, y al que dice que se puede hacer lo que quiera, se dice que es una persona que tiene claridad”.

La pregunta ¿Dónde está tu hermano? es la que hoy me suena en el corazón”, confesó el padre Javier. “Ojalá podamos todos en esta vuelta a Dios, que es la Cuaresma, también volver al vínculo fraterno, al vínculo de la cultura del encuentro, que es único antídoto frente a una sociedad que tiene metido dentro suyo, por el príncipe de este mundo, que divide y que destruye, un instinto asesino, que busca la destrucción, haciendo que -como dijo el Papa en su último libro- se haya desmadrado una fuerza del mal, que tiene espíritu fratricida, que busca la muerte del hermano”, concluyó el padre Javier Soteras.