09/10/2025 – La Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil de Córdoba ha emitido una alerta por riesgo extremo de incendios forestales que abarca todo el territorio provincial para la jornada de este jueves. Las condiciones meteorológicas, marcadas por un aumento de la temperatura, una notable disminución de la humedad y, sobre todo, la intensificación del viento, crean un escenario de alta vulnerabilidad. Para profundizar en las características de esta alerta y comprender qué precauciones debemos tomar, dialogamos con el vocero de la Secretaría, Roberto Schreiner, quien nos brindó precisiones técnicas sobre la situación.
Para entender el panorama, es crucial comenzar por uno de los actores principales: el viento. Este fenómeno, que a menudo percibimos como una simple brisa o una fuerte ráfaga, tiene un origen térmico que incrementa su peligrosidad en estas circunstancias. Schreiner lo explica de una manera muy gráfica y sencilla: «el sol calienta el aire, y eso hace que el aire comience a moverse. Así nace el viento». Este movimiento de masas de aire no solo aviva las llamas, sino que también transporta pavesas y material incandescente a grandes distancias, generando nuevos focos de incendio de manera impredecible y veloz.
A nivel técnico, los especialistas no se basan en percepciones, sino en mediciones precisas para determinar el nivel de peligrosidad. Existe un estándar internacional que permite unificar criterios y comunicar la gravedad de la situación de manera efectiva. «FWI es el índice para medir el riesgo de incendios», aclara Schreiner. Este Índice Meteorológico de Peligro de Incendios (Fire Weather Index) combina variables como la temperatura, la humedad, la velocidad del viento y la sequedad del combustible vegetal para arrojar un valor que indica la probabilidad de que un incendio se inicie y se propague.
Cuando las condiciones son críticas, se habla de una «tormenta de fuego» perfecta, una combinación de factores que facilitan enormemente la ignición y el avance de las llamas. El vocero lo resume en una regla fácil de recordar, conocida como «la triple 30». Según Schreiner, «el fuego tiene tres aliados: más de 30 grados centígrados, menos de 30% de humedad, y viento a 30 km/h». Cuando estas tres condiciones se presentan simultáneamente, como ocurre actualmente en gran parte de la provincia, cualquier chispa puede convertirse en un incendio de grandes proporciones en cuestión de minutos.
Una vez que el fuego se ha iniciado, la principal preocupación de los bomberos y brigadistas es su comportamiento, especialmente su capacidad para expandirse. Este es un factor clave que determina la estrategia de combate y la seguridad del personal. Schreiner introduce aquí el concepto de «tasa de propagación», que define como la «velocidad a la cual se expande el incendio». Con vientos fuertes y vegetación seca, esta tasa puede ser exponencial, haciendo que el perímetro del fuego crezca a una velocidad que supera la capacidad de control humano y de los recursos disponibles.
Frente a este panorama, la prevención es la herramienta más importante. El vocero subraya que está terminantemente prohibido encender fuego y que la gran mayoría de los incendios son de origen humano, ya sea por negligencia o intencionalidad. Es fundamental extremar las precauciones en las tareas rurales y domésticas. «Cuidado con el uso de herramientas chispeantes como las amoladoras o los soldadores, los incendios de Mendiolaza y Carlos Paz del año pasado se generaron por eso», advirtió Schreiner, recordando eventos trágicos que demuestran cómo un acto aparentemente inofensivo puede desencadenar una catástrofe ambiental y social.
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