El sello: una marca de pertenencia

martes, 20 de noviembre de 2012
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Los sellos tenían, en relieve, un motivo que fuera difícil de reproducir, para evitar la falsificación. El motivo era el símbolo de alguna autoridad, o también de un reino o ciudad. Era común que los dignatarios llevaran un anillo con una piedra con su sello.

Estos sellos se estampaban sobre cera, arcilla o metal. Era común usar el plomo, por su ductilidad. Así lo hacían los emperadores romanos. El lacre comenzó a usarse recién en el siglo XVII.

 

La cera fue empleada ya por los asirios, los egipcios, los hebreos, los fenicios y otros pueblos de la antigüedad. Para sellar, se imprimía sobre la cera adherida al documento la piedra grabada, engarzada en un anillo, costumbre que duró hasta muy adentrado el siglo VIII y que se hizo extensiva a toda suerte de personas sin distinción de clase. De ahí el gran número de piedras grabadas que han llegado hasta nuestros días.

 

El sello era utilizado para grabar la firma de los gobernantes en documentos, libros y correspondencia oficial. El sello revelaBA la autoridad y competencia de quien lo imprimía. En base a esto podremos comprender por qué el Apocalipsis habla de un mensaje que está sellado, y que sólo el Cordero puede revelar.

 

 

El sello se usaba:

+ Al final de un documento, para darle fuerza de ley.

+ Para cerrar cartas o libros, indicando que su contenido estaba reservado sólo para los destinatarios.

+ Para indicar la propiedad de un animal, “la marca”.

 

SELLAR LA  ALIANZA

 

El libro de Nehemías, en los caps. 9-10, nos ubica en el momento del post-exilio (c.450 a.C.). El pueblo que ha regresado del destierro en Babilonia tiene el compromiso de reconstruir la nación y reorganizar su vida. Para esto, en una solemne ceremonia, renuevan la Alianza con Dios. Todo el pueblo firma y sella este documento.

 

De acuerdo con todo esto, nosotros tomamos un firme compromiso por escrito. En el documento sellado figuran nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes, y el resto del pueblo, los cantores y los porteros del templo, y todas sus mujeres, sus hijos y sus hijas, cuantos tienen uso de razón, se adhieren y se comprometen a caminar en la Ley de Dios. (Neh 10,1.30)

 

 

EL APOCALIPSIS Y LOS SIETE SELLOS

 

Vi también en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por el anverso y por el reverso, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que proclamaba con fuerte voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y soltar sus sellos? (Ap 5,1)

 

En Ap 5,7 el Cordero recibió el rollo de la mano derecha de Dios entronizado, precisamente por estar seguro de poder abrirlo. El Cordero entonces rompió el primero de los siete sellos, iniciando así un proceso de revelación que continúa hasta 8,1. Apocalipsis no dice gran cosa sobre el contenido de este libro sellado; es más bien el símbolo de transferir al Cordero la responsabilidad de llevar a cabo el plan divino:

a) el poder de Jesús opera en áreas elementales tales como la agresión, la guerra, el hambre y la plaga, que hasta ahora parecen determinar la historia mundial;

b) se plantea la cuestión del destino de la iglesia, como multitud comprada por el sacrificio del Cordero y que, aunque participa ya en el reino futuro, vive todavía en medio de la historia con sus catástrofes (6,9-11 y ,1-17).

 

En conjunto, todo el cap. 6 describe con realismo la experiencia que se repite en el siglo I: el desastre que causan los ejércitos, desde la perspectiva de los débiles que son siempre sus víctimas. La historia mundial, con sus acontecimientos bárbaros, de ninguna manera confirma el punto de vista que insiste en que Dios haya abdicado; más bien la historia, a pesar de sus contradicciones, está bajo la voluntad de Dios, quien ha prometido llevarla a feliz término por causa de Jesús. Así que las calamidades del presente nos preparan para el inicio visible del señorío de Jesucristo sobre el mundo.

 

Los 144.000 sellados:

Aparecen por un lado 144.000 sellados, o sea, 12.000 por cada una de las tribus de Israel. Además, hay una multitud de personas provenientes de todas las naciones de la tierra.

Apoc 7 enfoca un acontecimiento actual [para el autor]: los integrantes del “Israel escatológico”, que creen en Jesús sin ser necesariamente judíos, reciben sellos que los anuncian como propiedad de Dios. No son sellos mágicos que protejan de la persecución reinante, sino garantía de ser resguardados en el momento del juicio.

 

Bibliografía: Ricardo Foulkes, Apocalipsis, en Comentario Bíblico Latinoamericano, Ed. Verbo Divino

 

EL LIBRO SIN SELLAR

 

“No selles las palabras proféticas de este libro, porque el tiempo está cerca.”
                                                                                                              
(Ap 22,10)

 

Esta última indicación que Dios da al vidente, señala que nos hallamos ante una revelación que no debe ser escondida ni guardada como un secreto, sino que debe darse a conocer.