Siendo poco mas que una niña el Señor a María dijo: te elegí entre todas las mujeres ¿quieres ser la madre de mi hijo?
Maria pensó un instante y respondió : Si,con decisión para eso he conservado inmaculado mi corazón. Asi fue que el Espiritu Santo con su sombra la cubrió quedando Maria encinta como el padre lo pidió.
Nueve meses llevó al niño en su seno virginal cuidando de ese tesoro con cariño sin igual.
Llego el momento esperado y un pesebre preparo San José su fiel esposo y alli al niño amparo.
Ese sí que dio María tuvo siempre un gran valor con su coraje y entrega nos regalo al redentor.
Hoy queremos Madre nuestra decirte con alegria. que tu ejemplo de cristiana siempre ha sido nuestra guía.
Café literario de Neuquen.