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1/10/2014- David Pintos tiene poco menos de 30 años; fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Orán hace unas semanas y desde que llegó a su lugar de misión, un pequeño pueblito del “Chaco Salteño”, se le encendieron los sueños y se puso manos a la obra.
La Unión se encuentra dentro del departamento de Rivadavia, al suroeste de la provincia de Salta, limitando con Chaco y Formosa. Sobre el lugar cuenta el joven sacerdote que “al ser un pueblo aislado, es difícil de llegar, no hay mucho para estudiar, la gente mayoritariamente trabaja del campo aunque la zona es bastante seca. Los chicos no tienen qué hacer y lamentablemente aparecen las adicciones. Están aburridos y tienen eso a mano. Me sorprendió que en un pueblo tan alejado haya llegado el flagelo de la droga y sobretodo el alcohol. Por eso la prioridad y la primera acción pastoral que tuve era buscar la manera de atraer a los chicos para prevenirlos, para tenerlos conmigo, acompañarlos y sacarlos para adelante.”.
La Parroquia cuenta con un pequeño templo muy lindo, y un baldío grande que no está utilizado y está repleto de basura. En el entramado de éstas circunstancias surge la idea: “Me paré al frente y dijimos ¿acá qué podemos hacer? Se acercaron los chicos y me dijeron “padre, la cancha”. Se enteraron los demás jóvenes del pueblo y vienen todos los días para jugar al fútbol” cuenta el párroco de la Iglesia Señor y Virgen del Milagro.
“Me gusta mucho sorprenderme de las capacidades que tienen los jóvenes y que ellos mismos no se dan cuenta. Sólo hacen falta personas que se paren delante de ellos y le digan “ey vos podés hacer esto, tenés dones y talento”. La idea es contenerlos, convocarlos, decirles acá hay un espacio para ustedes, nos juntemos y empecemos a explotar lo que cada uno tiene” comentó emocionado el P. David Pintos.
Junto a varios jóvenes que se van involucrando, sueñan con armar un polideportivo en ese terreno que tenga un escenario, para utilizarlo para el deporte y para eventos culturales de modo que haya infraestructura para el compartir. El proyecto también incluye crear talleres de música y arte.
El P. David sonríe y confía: “Hoy es el día de Teresita y lo que ella nos enseña es que Dios no inspira deseos irrealizables, y que siempre nos hace desear aquello que Él nos quiere dar. Pongo en las manos de Dios este sueño para poder rescatar y salvar a los jóvenes. Pienso que se nos va a hacer realidad por Dios y con la ayuda de todos los hermanos que quieran darnos una mano”.
Podés colaborar con materiales de construcción, elementos deportivos e instrumentos musicales comunicándose a [email protected]
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