El Tiempo de nuestra Alma

martes, 3 de agosto de 2010
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Un joven indio se compró un auto e invitó a su tío, ya mayor, a dar un paseo. Luego de andar un cuarto de hora el tío le pidió que hiciera un alto. El tío se bajó y se sentó en el cordón de la vereda. El sobrino un poco preocupado le preguntó si sentía mal.

  • No para nada . Contestó el tío. Solo estoy esperando que mi alma me alcance.


Un ejemplo claro de como nuestra alma no puede seguir el ritmo a la tecnología, al mundo moderno. Pienso en la situaciones que nos implican, desapegos personales, despedidas, distanciamientos abruptos, ausencias que no hemos planificado y vemos de que manera estos procesos internos que tenemos no guardan relación en sincronización con lo hechos que estoy experimentando exteriormente, como la muerte, el alejamiento repentino de un amigo, una desilusión amorosa, el despido en el trabajo.


Estas situaciones son muestras más que evidentes de que exteriormente somos impulsados a llegar a un determinado lugar , pero en el alma, en nuestros pensamientos y en nuestras sensaciones estamos todavía en otra parte . Esto sucede porque nuestra alma no se rige por conceptos racionales o por la lógica de nuestra razón.

Los procesos anímicos que experimentamos llevan su tiempo y poseen sus propias leyes. Tomemos en cuenta esto y miremos de frente asumiendo tal cual se nos presentan.

Este es el desafío de mirar hacia adentro para poder salir hacia fuera de un modo diferente

La consiga es: ¿ Qué cosas están acaparando el tiempo en el interior de mi alma? Que cosas son las que percibo que han tomado mi alma y hacen que se quede quieta ?. Algunos ejemplos : aceptar que mis hijos se vayan a vivir solos, la ausencia de mi madre que hace poco tiempo que falleció o la decisión de casarte .


Al alma le resulta ajeno el tiempo , esta se sitúa en el kyros donde se descubre el significado del instante, es el tiempo donde el hombre puede ser totalmente él mismo y está por completo en ese instante como en este preciso instante.

El kayros es el tiempo que le pertenece a Dios y en el que Dios preside soberanamente, el kayros es el tiempo del cumplimiento de las promesas, es el tiempo de la salvación.

Los procesos anímicos requieren tiempo y comprensión. Tiempo y atención que le damos a nuestra alma en la búsqueda paciente de sentido a estos acontecimientos que desencadenan estados del alma y varía en cada caso porque somos diferentes. Es necesario que comprendamos que los sentimientos, el plano del alma no se pueden encender o apagar o modificarse como si fueran circuitos eléctricos. Tenemos que aprender a adaptarnos y es lo que olvidamos en nuestros entornos, familia, trabajo etc. Queremos hacer cambios y reestructuraciones y pasamos por alto la gran incidencia o el impacto que tienen estos cambios en el alma y en el corazón de los involucrados. Como consecuencia de esto, aparecen estructuras desalmadas porque no se ha tenido en cuenta los tiempos y los procesos de quienes forman parte de estas comunidades.


¿Quién no desea con ansias que todos se puedan sumar a los nuevos proyectos, por ejemplo en una empresa, quien no anhela que todos se comprometan y que asuman los cambios en una familia?.

¿Cómo lograr que cada uno de los involucrados pueda abocarse con alma y vida a esta nueva propuesta? Esto que se da a nivel comunitario, también se presenta a nivel personal . Miremos y reflexionemos en nuestro corazón dándole la importancia y atención a estos tiempos que nos tocan vivir.


Es preciso que entusiasmemos a la gente con lo nuevo. El entusiasmo es una cualidad anímica del orden del alma. Para garantizar el cambio hacia esto que es nuevo y la transformación de los proyectos que se están proponiendo, la clave es apostar e invertir tiempo en el convencimiento del sentido de este cambio y que la gente se sienta partícipe de esto nuevo. Esto lleva tiempo. Muchos proyectos fracasan a causa de quienes no fueron convencidos por el cambio.

Aquí vemos como se han involucrado los sentimientos de la personas, incluso sus almas, y es aquí donde debemos prestar atención.

¿Qué pasa cuando no prestamos atención al alma? Esto trae como consecuencia que ella misma se tome el tiempo, el tiempo que le negamos . Esto se pone de manifiesto cuando nos dominan estos sentimientos fuertes y persistentes en lugar de que impere la razón, estamos tomados puramente por el sentimiento y a veces no tenemos posibilidad de pensar. De allí la expresión ‘ciego de ira’, es como estar bloqueado por este sentimiento.


Es importante tener en cuenta que el alma utiliza el tiempo según sus necesidades. Si las negamos o las ocultamos el alma en algún momento va a buscar recuperar su tiempo, por ejemplo bajo la forma de algún trastorno físico, una enfermedad, la depresión o el mal humor. Estas situaciones condicionan nuestras conductas. Darle tiempo a nuestro interior en la presencia del Señor es un gesto saludable y más para quien tiene el rol de conducir a otros, papá, mamá, empresario.


San Benito lo señalaba cuando hacía referencia al mayordomo del monasterio cuando prescribía que debe mirarse siempre el alma. Atender el alma significa escuchar que sentimientos hay ahora en mí, esto significa que hemos de relacionarnos atentamente con ella sin perder contacto.

Jesús lo deja en claro en Marcos cuando decía ‘de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida ‘.


Poniendo la atención en lo exterior el hombre pierde contacto con el alma y allí perdemos el rumbo puesto que el alma es la que orienta al hombre sobre el camino más apropiado para el.

¿Qué pasa cuando pierdo el contacto con mi alma? Es bueno aprender a pararnos un momento a través de la meditación sobre nuestras acciones y así percibir por donde hemos pasado, que sentimiento y que emociones han pasado por nosotros, esto es mirar el alma y contemplarla a la luz de la fe de un Dios que también nos habla en estas situaciones y nos quiere ayudar a purificarnos y a encontrarnos con Él.


Prestar atención a nuestra alma es un gesto saludable.

Frecuentemente nos encontramos con sentimientos como la ira, el enojo, el rencor la envidia, los sentimientos de culpa que nos insumen mucho tiempo de nuestra alma cuando estas dominan nuestra conciencia instalándose permanentemente en nuestro pensamiento y acciones.


Estas emociones desvían nuestro pensamiento en dirección al hecho que desencadenó esos sentimientos. Me hirieron, me ofendieron, pasó la situación pero me quedo enganchado allí. Mi alma queda tomada allí, en ese hecho. Me quedé en la fantasía de las posibles reacciones, en las palabras que no dije y puede haberlas expresado. De esta manera no soy libre para realizar mis tareas para poder seguir creciendo, avanzando y abriéndome a los demás.


Estos sentimientos desvían nuestros pensamientos en una dirección. La ira me desencadena las infinitas maneras de venganza.

Cuando obramos por enojo o por rencor nuestro obrar se vuelve autodestructivo y nocivo para mí y los demás

Los elementos en lo que estamos trabajando pertenecen al libro: Espiritualidad y administración del tiempo reflexiones desde la biblia de la editorial Bonum de, Anselm Grün y Friedrich Assländer.


Maneras para poder relacionarme sanamente con los sentimientos destructivos.


  • Debemos aprender a compartir con personas que nos puedan escuchar objetivamente, lo cual nos va a permitir , tomar la situación y no que la situación me tome a mí. Sentirme escuchado y comprendido permite que yo pueda objetivizar ese sentimiento tan subjetivo que me toma y lo pueda sacar afuera


  • Otra modalidad es practicar deportes y así despejar la mente para mirar hacia adelante. Preguntarme que puedo hacer o dejar de hacer para obtener ahora y no mañana , el mayor provecho de mi y de los demás. Sacar lo mejor que tenemos.


  • Ejercitarnos en perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.


  • La autoexigencia: cuando no estamos a la altura de nuestras expectativas , nos sentimos mal. Debemos aprende a bajar un cambio y quedarnos con la palabra del Señor que dice: ‘no juzguen y no serán juzgados … no condenen y no serán condenados .. perdonen y serán perdonados..’


¿Cómo está el perdón en nosotros? ¿ Qué nos aportan estos sentimientos negativos?

Gastamos mucha energía en estos autorreproches y en los sentimientos de culpa que nos dan vuelta , por nuestra autoexigencia y nuestra falta de perdón.

No gano nada criticando, juzgando y condenando a los demás, esto es tiempo de mi alma que es tomada. ¿Cuánto tiempo se pierde por ejemplo con los chismes o con los juegos de poder o el querer tener siempre la razón?

Ejercitemos este juego de soltar, el perdonar y el aceptar a las personas tal cual son desprendiéndonos de estos sentimiento negativos y reemplazándolos por la compasión.

Cuando ya no estemos peleando con los errores propios o ajenos vamos a descubrir una libertad que ayuda a buscar nuevas y buenas soluciones que nos orientan definitivamente hacia el futuro. No nos anclan en el pasado sino que nos orientan hacia el futuro y nos permiten salir y trascender


A veces en nuestro interior el tiempo transcurre dentro del temor, por ejemplo en el ámbito laboral el no satisfacer nuestras propias exigencias y el de sentir amenazas externas. Las propias exigencias , las normas que nos impusimos o nos impusieron desde chicos tienen efectos decisivos. Vivimos la exigencia como una presión para resolver las cosas bien y rápido. No sabemos decir que no. No ponemos límites y si no somos fieles a estas exigencias que nosotros nos pusimos, nos auto castigamos.


En algunos casos es la exigencia cristiana de llevar una vida perfecta lo cual nos impide que podamos ver las cosas de manera serena, llevándonos a vivir en la prisa de tenerlo todo controlado movidos por el perfeccionismo

No podemos dar el gusto a todos o cumplir con todas las expectativas. Por no cumplirlas yo no dejo de tener valor. El secreto está en el modo en el que yo reacciono frente a este temor y allí vamos a ir descubriendo como en muchos casos nuestra libertad está jaqueada y por lo tanto debemos protegerla.

Solo si me siento libre voy a poder reaccionar adecuadamente sin dejarme presionar ni por mis propias autoexigencias ni por las exigencias de los demás


Muchas veces hemos escuchado del libro Eclesiastés capitulo 3 versículo 1 al 8

Hay un tiempo para cada cosa y un momento para hacerla bajo el cielo.

Hay un tiempo de nacer y un tiempo para morir.

Tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado.

Un tiempo para dar muerte y un tiempo para sanar.

Un tiempo para destruir y un tiempo para construir.

Un tiempo para llorar y otro para reír.

Un tiempo para los lamentos y otro para las danzas.

Un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas.

Un tiempo para abrazar y otro para abstenerse de hacerlo.

Un tiempo para buscar y otro para perder.

Un tiempo para guardar y otro para tirar fuera.

Un tiempo para rasgar y otro para coser.

Un tiempo para callarse y otro para hablar.

Un tiempo para amar y otro para odiar.

Un tiempo para la guerra y otro para la paz.


Dios hace todas las cosas apropiadas a su tiempo y da al hombre el deseo de considerar el conjunto. A pesar de eso el hombre no llega a descubrir la obra de Dios desde el principio hasta el fin.