21/12/2018 – El fin de año implica cierre de algunos ciclos, otros se abren y comienzan la preguntas: ¿voy a estudiar? ¿voy a trabajar? ¿aprender algún oficio? ¿a qué me voy a dedicar?.
Lo conversamos con el Lic. Marcelo Barenbaum, psicólogo por la Universidad de Buenos Aires, miembro de Tu vocación primero.
“En líneas generales finalizar la escuela secundaria para los adolescentes y encarar procesos de transición a la adultez siempre son situaciones de mucha incertidumbre. Lo que más le preguntan a un adolescente es qué vas a hacer o qué vas a estudiar. Cuando encaramos los procesos de orientación vocacional, desde “Tu vocación primero”, tendemos a promover y transformar la pregunta a ¿qué me pregunto yo en este momento? ¿cuál es mi propia pregunta?” comentó y aclaró que a veces es todo un desafío poder generar estos espacios para que se despierten las preguntas.
“Los adolescentes tienen una vida emocional muy turbulenta, con tendencia a lo inmediato junto a una creatividad formidable, también ns encontramos en la problemática vocacional con la incertidumbre y la poca tolerancia a lo que puede ser experimentar nuevas siutaciones” explicó Marcelo Barenbaum.
¿Y por donde empeza? Un consejo muy práctico, explicó, es buscar información: conocer que las universidades por ejemplo, ofrecen a mediados y fines de año de charlas informativas, en donde se dispone a los mejores profesores para responder preguntas sobre las carreras, cuál es el perfil del alumno, para qué capacitan, etc y pueden haber un montón de áreas que ni se imaginaban. En principio, no tenerle miedo a informarse.
“Hay muchos adolescentes que por el momento no pueden estudiar y tienen que trabajar. Ahí lo que nosotros proponemos es recuperar lo oficios: hay cursos cortos y con salida laboral rápida, que muchas veces los adolescentes ni consideran. Es algo a recuperar en nuestra comunidad el tema de los oficios, porque hay trabajo, hay demanda y falta gente que se dedique a esos oficias”.
El especialista, comentó que desde la psicología, “hoy vinculamos la vocación con el bienestar y con la alegría. Cuando vemos un profesional que está a gusto con lo que hace y que puede cambiar cuando el contexto y en lo personal lo necesite, es que entendemos que hay una acomodación entre lo que esa persona quiere y desea y lo que es su vocación”.
La orientación vocacional inicia desde la primera infancia, y es un proceso que se va construyendo durante toda la vida. “Lleva trabajo preguntarse qué es lo que se quiere hacer, cómo quiere uno verse” pero es necesario, aclaró.
“El verano es un momento de descanso y ocio, y un tiempo para dejar que incluso el aburrimiento tenga su lugar. Muchas veces desde el no tener nada que hacer surgen los proyectos” agregó el especialista.
¿Cómo puede el verano ayudar a tomar decisiones vocacionales? Entre los tips concretos, Marcelo propuso ingresar a páginas web con carreras o propuestas de oficios, curiosear, investigar y mirar películas o series, que ayuden a hacerse preguntas. “Es un momento para leer cosas que nunca se leen, cosas que despierten el deseo, poder hacer deporters, conversar con los amigos a ver qué están pensando, conversar con profesores. El verano es un momento que puede ser de mucha ocupación en términos de preparar lo que pueda ser una decisión en marzo o abril”.
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