Anabel Thanos:
Están instalados en nuestra forma de ser pueblo, de ser país, algunos comentarios negativos acerca de nosotros mismos. Y creo que el Señor no puede haberse equivocado al poner argentinos en Argentina. Estoy convencida de que nosotros tenemos todas las herramientas para salir adelante. Están puestas dentro nuestro. Nuestro Señor de la historia ha confiado que en éste tiempo de la historia, somos las personas adecuadas en este escenario para salir adelante. Y por eso no nacimos en 1816 ni en el futuro, sino que somos hoy este pueblo necesario para dar el paso, para recomenzar, para volver a trazar lo que fue borrado, para volver, desde la reflexión, a encontrarnos con aquellos hechos históricos que no estuvieron de ninguna manera bien y que no deben volver a repetirse. Y reconstruir a partir de mirar y reconocer.
Esta canción del padre Eduardo Meana expresa de una manera muy acabada que nuestra bonita geografía y el crisol de raza que somos, muestra a nuestro Creador. Y tenemos la infinita posibilidad de ser reconstruidos, restaurados por este Alfarero del hombre que es Dios, en el cual confiamos, a quien rezamos y a quien cantamos. Que a través de esta canción nos miremos como en un espejo en esta geografía, en estas posibilidades que tenemos, y encontrando y reconociendo al Señor alrededor nuestro
VOS NOS DAS LA MIRADA CAPAZ DE VER LO BUENO AÚN SIENDO SIN TU GRACIA CIEGOS DE NACIMIENTO.
VOS NOS DAS UNOS OJOS SILENCIOSOS, SERENOS, Y AL MIRAR A TUS HIJOS, TE VAN RECONOCIENDO.
YA FRANCISCO DE SALES, POR DAR UN BUEN EJEMPLO SABÍA VER EN LO HUMANO LO AMABLE, BUENO Y BELLO
PUES NUESTRO PUEBLO ESBOZA TU ROSTRO EN LO DIVERSO Y ASOMA EN CADA UNO TU PRESENCIA Y MISTERIO
Y CAMBIAN LOS PAISAJES, Y TE RECONOCEMOS, Y LA GENTE ES DISTINTA, Y TE RECONOCEMOS
SI MIRANDO EL SAGRARIO TE AMAMOS EN SILENCIO A LA VEZ TE ENCONTRANDO CONTEMPLANDO A TU PUEBLO.
VOS NOS DAS LA MIRADA Y TE RECONOCOCEMOS.
Es como lluvia blanda sobre suelo sediento el habla dulce de mis hermanos litoraleños. Hoy te reconocemos entre los del noreste: santa alegría para luchar cueste lo que cueste. Nos dicen qué es la Iglesia: como un gran Río, el fluir lento de una esperanza. Y qué es la Eucaristía: como en el mate, no hay excluidos y siempre alcanza.
Y TE RECONOCEMOS SI CRUZAMOS LA PUERTA DE LA UNIDAD. Y TE RECONOCEMOS, SI EN TU MESA PARTIMOS, CRISTO, TU PAN. SI ARGENTINA COMPARTE EL MISMO PAN.
Como un cielo turquesa, limpio sobre los Andes, de mis hermanos cuyanos, límpido es el talante. Hoy te reconocemos en su hidalguía humilde: tenacidad de creer en pie aunque nos granice. Nos dicen qué es la Iglesia: es una viña, don y sudores, sangre por vino. Y qué es la Eucaristía: acequia que distribuye un milagro sencillo.
Es gaucho el horizonte que un viento fresco aclara, y el gesto llano de los hermanos de nuestras pampas. Hoy te reconocemos en su sabiduría que nace de aprender de la tierra en el “día a día”. Nos dicen qué es la Iglesia: cruza de sangres, tierra de todos, pasión que migra. Y qué es la Eucaristía: trigal que brilla, pan para todos, mesa tendida.
Como un beso de brisa perfumada de yuyos, hermanos del centro del país saben dar lo suyo. Hoy te reconocemos al calor de su chispa, y bajo el sol de sus tradiciones que nos entibian. Nos dicen qué es la Iglesia: subir la sierra y tras la sierra, una profecía… Y qué es la Eucaristía: un puente desde nuestra memoria hacia el nuevo día.
Casi como pioneros de un viento de utopías, nuestros hermanos del sur habitan una osadía. Hoy te reconocemos en su sembrar desiertos, en la pasión por llevar la vida hasta lo más lejos. Nos dicen qué es la Iglesia: la Casa nueva del Arquitecto que hizo el paisaje. Y qué es la Eucaristía: el tibio viático para el frío de nuestro viaje.
Como bullente trepa la vida en los veranos, de las ciudades grandes, vivaces son mis hermanos. Hoy te reconocemos en su mirada intensa -pues Vos que amabas a tu ciudad ¡lloraste por ella! Nos dicen qué es la Iglesia: ciudad posible, ritmo plural, amor hecho historia. Y que es la Eucaristía: tocar urgente nuestras pobrezas, misión ahora.
Necesitamos Su mirada, para poder reconocerlo. Que así sea: que lo reconozcamos en estos paisajes, en estas miradas, en estos argentinos que podemos visualizarnos al salir a la calle. Con todo. Con lo que nos pasa, con aquello que quisiéramos que pase y no pasa, teniendo esta fe y esta esperanza de que es el Señor quien puede permitirnos reconocernos.
“Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” ( 2Cor 3, 17). Y en estas búsquedas de libertad como Patria, búsquedas permanentes, difíciles por momentos, queremos esta libertad plena que tienen los hijos de Dios. Muchas veces no la encontramos. Por eso, podríamos hacernos la pregunta a la inversa: Aquí, ¿está el Espíritu del Señor?, porque hay en muchos lugares donde todavía no sentimos la libertad. Donde no hay libertad es porque todavía no habita el Espíritu del Señor. Por eso quiero invitarlos a descubrir estos sitios donde está el Señor. Y en donde no esté, tenemos que ser nosotros, hombres de esta historia los que llevemos el Espíritu del Señor. El Señor confía en estas manos: manos de argentinos para construir un país donde de verdad esté la libertad
oración por la PATRIA
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados. Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Amén.
“Solo se puede cantar a Dios con el corazón cuando nos hemos rendido a El, esto es, hemos aceptado su plan de salvación y buscamos su voluntad tomando en serio su palabra cuando lo amamos. Bien se dice que el cantar es propio del que ama. Pues. La voz del que canta no ha de ser otra que el fervor del amor” (San Agustín)
Virgencita Madre nuestra, que vives en medio del pueblo que llora y que sufre
Virgencita tan pequeña, tan grande es tu buen corazón que a tus hijos protege
Ruega por nosotros para que podamos vivir las promesas de Cristo
Ruega por nosotros, Virgencita nuestra, Madre de mi Salvador
Para que podamos alzar nuestras voces a una sola voz pueblos bolivarianos
Que la dignidad nuestra no se encuentra en venta y nadie la puede comprar
Virgencita escúchanos, en tu mano escóndenos danos tu bendición
Martín Valverde
PALABRAS DE VIDA (Padre Angel Rossi S.J.)
Decía Marechal: “La Patria se gesta en la cruz: tiene la vertical de los santos y la horizontal del héroe. Es esa mezcla entre el gesto heroico y el detalle pequeño”
Creo que en días como éste, se renueva el sentido de Patria. La Patria es paradójica: es el horizonte grande –si pensamos en los ideales de San martín, Belgrano-, y es también el espacio pequeño. Pero la Patria, en ese horizonte grande, se vive en el espacio acotado.
“Cuanto mas se globaliza el mundo, mayor es la exigencia de un pequeño lugar en el mundo. Cuanto mas difusas son las fronteras, mayor es el reclamo de un espacio acotado. Cada vez precisamos mas paraguas de barrio para no empaparnos con el diluvio cósmico. Llueve desasociego. Como se ve, la globalización no puede ser patria ni religión aunque en su afán totalizador aspire a serlo. La historia demuestra que la Patria y la Religión fueron siempre para el hombre raíces de unificación, de globalización acotada. Eran modos de la fe en cuyo torno se unían y se reunían las personas formando comunidades. Eran creencias totalizadoras. Contrariamente a las tecnologías que han globalizado, en el humano mundo no logran despertar más pasión que el uso. Son incapaces de generar sentido de pertenencia, fundamento trascendente o creencia vital . La Patria sigue siendo pequeña. La Patria se devela a través de las minúsculas cosas nos hacen humanos, las sencillas realidades sin las cuales todo es derrumbe, desgracia, desamparo. Lo grande no puede con lo pequeño, aunque a veces parezca que todo lo pequeño ha sido devorado por el omnívoro monstruo de la globalización. Cuando percibimos la intemperie en que nos dejan abandonados los instrumentos de la globalización, cuando la vastedad nos borra los límites de la piel, la cercanía de la sonrisa, la muerte de la muerte, cuando todo esto acontece y mucho más expuestos bajo el cielo insondable de la tecnología, lo pequeño pero nuestro, nos salva. Entonces, como la parábola bíblica, David vence a Goliat. Mejor aún: David puede salvar a Goliat. La condición humana tiene sed de universalidad, pero no está destinada a extraviarse en ella. Solo las pequeñeces nos permiten amarrarnos al mundo, saber de dónde somos, tener un lugar que sea nuestro lugar. No hay felicidad si la ciudadanía del mundo me roba una esquina de barrio que huele como ninguna otra esquina.”
Esta imagen tan linda de la patria no es negadora del gesto grande sino todo lo contrario. Pero esta es la paradoja: así se gestó nuestra Independencia. En el horizonte grande de un San Martín, no limitado a la Argentina sino con un espíritu de liberación de América, en la que también los pequeños detalles en los gestos de cada día quizá están simbolizados como imagen en esa Casita de Tucumán de horizonte tan chiquito encarnado como está simbolizado en los gestos de familia de cada uno de los argentinos.
Que Dios nos conceda la gracia de esta doble dimensión: que no perdamos nunca el horizonte grande y a la vez no descuidemos el pequeño detalle que es donde en definitiva se encarna ese horizonte grande, se hace real, se hace amable y que se vive en las cosas cotidianas.
LAS CAMPANAS DE TUCUMÁN * Vidala Chayera El Aconquija señala justo el lugar, llegan doctores y frailes a la ciudad. En una casa muy blanca van a jurar que las Provincias Unidas libres serán. Hoy las campanas de Tucumán cantan la gloria por la libertad. Hoy las campanas de Tucumán cantan la gloria por la Libertad. La merced, Santo Domingo, la Catedral, con San Francisco sus bronces repicarán. Los campanarios que alegran mi Tucumán, como si fueran palomas quieren volar. Hoy las campanas de Tucumán cantan la gloria por la Libertad. Desde aquel 9 de Julio mi Tucumán, más de cien años pasaron por la ciudad. Y tus campanas siguieron y seguirán, cantando por esta tierra libre y en paz. HOY LAS CAMPANAS DE TUCUMÁN CANTAN LA GLORIA POR LA LIBERTAD.
MIRE QUÉ LINDO MI PAÍS, PAISANO Argentino Luna
Mire qué lindo mi país, paisano, si usted lo viera como yo lo vi, un cielo limpio repartiendo estrellas, la madre tierra acunando el maíz. Viera qué lindo su país, paisano, los cuatro rumbos que le conocí, si usted lo quiere como yo lo quiero cuando lo conozca me dirá que sí.
Viera qué lindo este país, paisano, venga conmigo y no me mire así, si le han vendido una postal de afuera mire primero lo que tiene aquí. Viera qué lindo su país, paisano, rompa el boleto ése que tiene ahí, la tierra sufre si la abandonamos, yo que usted lo pienso y me quedo aquí.
Viera qué lindo mi país, paisano. Si usted lo viera como yo lo vi comprendería el por qué le pido lo que le pido cuando canto así.